El campeón 2019 de Súper TC 2000 se considera un automovilista cauto y sin distracciones para disfrutar de una conducción placentera, confortable y segura
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Desde 2000 como piloto profesional, el tandilense Leonel “Leo” Pernía se ha batido entre los primeros lugares en las grillas de diversas categorías del automovilismo profesional como el Turismo Carretera, Top Race, Turismo Nacional (en la que fue campeón de la Clase 3 en 2018); así, en 2021 cerró el año obteniendo el segundo lugar en la general al cierre del Súper TC 2000, especialidad en la que se coronó campeón en 2019.
Si bien en la pista se presenta como un piloto explosivo, aunque analítico, en la calle se maneja de manera cauta; así lo comenta mientras repasa sus inicios al volante de un vehículo… poco pistero.
“Si bien mi papá corrió en auto, a mis diez años la que me enseñó a manejar fue mi mamá. Arranqué de muy chiquito en Tandil, donde vivía, era campo y eso me permitió intentar y poder manejar. Ella confió en mí y me dio un Fiat 600; no me olvido más, iba sentado en la punta de la butaca y miraba entre el volante y el tablerito para adelante y ahí estaba yo, manejando por primera vez”, recordó el piloto de TC. Y añadió: “Después de eso, siempre le pedía a mi vieja que me dejara ir a hacer los mandados por el barrio –donde casi que no había nadie–'manejando un poquito’. Así fue cada vez que tenía la oportunidad, hasta que saqué mi registro en Tandil cuando cumplí 17 años”.
Nada de tunning
El primer auto que adquirió fue un Volkswagen Bora y desde siempre Leo definió que no iba a personalizar los vehículos. “No es algo que me atraiga, no fui nunca de tunear los autos; en cambio, mi hijo sí lo hace ahora con su Renault Sandero RS; le encanta todo eso, lo bajó un poquito, le pintó las llantas, el techo... ¡Le pone todo lo que quiere!”
En cuanto a transmitir su experiencia, cuenta: “Le enseñé a manejar a mi esposa cuando éramos novios y fue muy tranquilo, recién arrancábamos y eso creo que ayudó mucho. También le enseñé a mi hijo. En lo cotidiano me gusta disfrutar el auto, me relajo manejando, no soy de tener un andar rápido. No lo hice de chico, menos lo voy a hacer ahora de grande. En la actualidad tengo una Renault Alaskan, mi señora un Koleos y mi hijo el Sandero RS”, dijo Pernía.
De su pickup actual afirmó: “Me sorprendió. Es una camioneta espectacular por dentro por el espacio para las personas que viajan atrás y su techo corredizo, es la única en el sector que lo ofrece. Tiene un motor muy bueno y potente, que sirve mucho a la hora de un sobrepaso en la ruta. Obviamente la tracción 4x4 es todo y puedo entrar en cualquier terreno. Me impacta su confort, el estilo para andar en la ciudad y la fuerza para cualquier condición de terreno. Me ofrece de todo”.
Si se presenta algún desperfecto pide que no sea del motor “porque no sé mucho (risas); puedo meter mucha garra para intentar solucionarlo, pero soy sincero: si tengo algún problema o desperfecto en la parte electrónica o mecánica del auto, estoy complicado. Tengo que llamar a que me remolquen. Lo único que puedo hacer es cambiar un neumático”.
Concentración máxima
Fuera de su espacio habitual de trabajo, las pistas, otro terreno que le ha generado mucha adrenalina ha sido la arena. “Una experiencia inolvidable es cuando te metés en la playa o senderos muy angostos alejados de todo; ahí es cuando te ayuda la experiencia. Esta me ha salvado varias veces; una vez, por ejemplo, me animé a manejar por un túnel que estaba inundado y tenía que mantener el auto a muchas revoluciones para que no se detuviera y el agua pasaba casi por encima del capot; ahí pude salir de una situación difícil”, aportó Leo.
Al elegir un vehículo dice que busca uno con “un andar sereno y que no sea duro para viajar. Como pilotos tenemos demasiada ruta y ya es demasiado duro el auto de carreras que nos golpea bastante la espalda; entonces, el auto de calle debe ser muy confortable para el viaje en ruta y, además, con buena potencia de motor”.
Como conductor en el tránsito diario se considera prudente, y confiesa que siempre va “mirando el error ajeno más que el propio. Uso mucho los espejos y trato de estar siempre atento, que nada me distraiga para intentar una solución si pasa algo de imprevisto”.
Y describe cómo es como profesional antes de entrar a la pista y competir: “Soy concentración pura, no meto los pensamientos de la posición o del campeonato. En mi trabajo me preparo, concentro y en el momento que tengo que salir a pista, salgo a ganar. Esa es mi manera de encarar cada carrera”.
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