La Ruta Provincial 11 se perfila como la más trágica del verano
Terminó el primer mes del año y la Ruta Provincial 11 tristemente se perfila hasta ahora como la más trágica del verano. Y a estas alturas ya no caben dudas: la famosa ruta interbalnearia, ante el caudal vehicular que presenta, sobre todo en la época estival, debería ser una autovía de doble carril por mano en toda su traza, tal como lo es desde hace varios años la Autovía 2. Sin embargo, esto no es así y sólo un pequeño porcentaje de su recorrido tiene esta configuración.
El anterior concesionario que tuvo a su cargo la construcción y mantenimiento de la RP 11 se retiró en diciembre de 2016. Al entregar la concesión teóricamente debería haber dejado construida la semiautopista entre las localidades de General Conesa y San Clemente del Tuyú, algo que cualquiera que circule por esta ruta puede constatar que no sucedió. Y la realidad es que la RP 11 lejos de convertirse en una verdadera semiautopista, está plagada de parches, con sectores de pavimento en mal estado, con pobre señalización horizontal y hasta con obras provisorias dignas de principios del siglo XX.
Cada uno, desde el gobierno y desde los concesionarios, tendrán sus explicaciones para justificar esta realidad, pero la única verdad es que en sólo un mes fallecieron ocho personas en una ruta de doble sentido de circulación. Tal vez se lo tome como contrafáctico, pero si las obras de construcción de la Semiautopista 11 se hubiesen realizado en toda su extensión esas personas hoy estarían comentando cómo fueron sus vacaciones...
Solemos tomar a la corrupción y la falta de realización de obras públicas (como lo es la construcción de rutas) como fenómenos económicos o políticos, pero no nos damos cuenta de que en realidad también se trata de hechos socialmente perturbadores, ya que el famoso y nefasto robar y no hacer termina con la vida de mucha gente.
Esperemos que cambie rápidamente esta triste tendencia y que las obras empiecen a salvar vidas.