El icónico modelo de Renault cumplió 40 años del comienzo de su producción en Córdoba
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El Renault Fuego es un auto icónico para los argentinos. De diseño provocativo, rupturista y audaz, rápidamente causó furor y se convirtió en un modelo aspiracional, lo cual se vio reforzado luego por la conquista de grandes hitos en el automovilismo deportivo. Por eso, la marca organizó un encuentro en su planta de Córdoba para conmemorar los 40 años del comienzo de la producción a nivel local y del que participaron Juan María Traverso, expiloto y múltiple campeón argentino de automovilismo; Oreste Berta, proyectista, desarrollista y constructor integral de motores y automóviles de competición; Raúl Barceló, periodista especializado en automovilismo que ofició de moderador, y el presidente y director general de Renault Argentina, Pablo Sibilla.
“Es un orgullo para Renault Argentina rendir este homenaje a un vehículo que marcó una época en la vida de muchos argentinos. Me emociona aún más, hacerlo en nuestra propia casa, recibiendo a tamañas figuras de nuestro país y disfrutarlo junto con fanáticos y excolaboradores de la fábrica que trabajaron en esa época dorada. Sin dudas, es una experiencia sin precedentes”, aseguró el presidente y director general de Renault Argentina, Pablo Sibilla.
La historia de este clásico comenzó en 1980, cuando en el Salón del Automóvil de Ginebra la firma francesa lo presentó como su nuevo deportivo que llegaba para cubrir el espacio dejado por los discontinuados R-15 y R-17. Y fue un suceso, porque redoblaba la apuesta al asumir el reto de ocupar un lugar protagónico en un segmento competitivo donde debía desafiar a automotrices con larga tradición en la fabricación de autos sport. Para lograrlo, Renault recurrió a una extensa gama de versiones, completo equipamiento y un diseño provocativo; y con la denominación Fuego, la automotriz interrumpía la identificación de sus modelos con números y se alineaba con el criterio adoptado con otros de sus recordados deportivos como el Floride y el Alpine.
La Fuego fue desarrollada a partir de la plataforma del Renault 18, pero con algunas modificaciones realizadas por el diseñador Michel Jardin que se ajustaban a sus pretensiones deportivas. Uno de los grandes desafíos del proyecto fue concebir un auto con cualidades aerodinámicas pero sin sacrificar su habitabilidad; de hecho, fue el primer auto deportivo de cuatro plazas y producción masiva diseñado con asistencia del túnel de viento, tecnología que le permitió lograr un coeficiente aerodinámico de 0,34.
Así, quedó una coupé de gran superficie vidriada y baja línea de cintura, acentuada por una moldura plástica acanalada que recorría todo el lateral y envolvía la cola; además, la luneta en forma de burbuja envolvente rematada en un deflector le daban aires de competición.
La tracción delantera y la disposición del motor por delante del eje delantero e inclinado 15° determinaron un piso bajo y plano y una trompa aguzada.
Durante el primer año se ofreció con dos opciones de motor: 1.4 L (versiones TL y GTL) y 1.6 L (TS y GTS). A partir de 1981 se sumaron las versiones TX y GTX equipadas con el 2.0 L. La línea europea contó, además, con un turbodiésel de 2.0 L y otra naftera turboalimentada de 1.6 L que entregaba 132 CV y alcanzaba una velocidad máxima cercana a los 200 km/h.
En 1981 la Fuego se convirtió en la coupé más vendida de Europa y fue entonces que comenzó a llegar a la Argentina, primero importada de Francia y luego producida a nivel local.
Pasión local
En 1979 Renault Argentina empezó a desarrollar un millonario plan de inversiones de la casa central francesa en su complejo industrial de Santa Isabel, Córdoba, que incluyó la producción nacional de la Fuego, cuyo proceso comenzó el 1° de julio de 1982 y terminó 10 años después (la última unidad salió de la línea de producción el 9 de septiembre de 1992) y durante esa década se produjeron 19.952 unidades.
En la Argentina se tomó como base la versión GTX y nació con un 50% de integración nacional que un año después se incrementó al 63%. Compartía el motor M 2000 de 1995 cc con el Renault 18, con algunas modificaciones para lograr una potencia de 103 CV que le permitió alcanzar una velocidad máxima de 185 km/h y acelerar de 0/100 km/h en 11″. Tenía todas las prestaciones, tecnología y equipamiento de un auto deportivo de comienzos de los años ochenta.
Por su éxito, siguieron mejorándola: en 1985 incorporó dirección hidráulica y como opcional la caja automática de 3 velocidades con un nuevo sistema de encendido electrónico integral (AEI), el primero de su tipo instalado en un auto de producción nacional.
En 1987 sumó el nuevo motor J6T–792 de 2165 cc y 116 CV que alcanzaba una velocidad máxima de 193 km/h y aceleraba de 0/100 km/h en 9 segundos junto con un nuevo equipamiento.
En 1988 llegaron cambios estilísticos y al cierre se lanzó la versión GTA Max que introdujo mejoras en su motor para alcanzar una potencia hasta los 123 CV y llegar a una velocidad máxima cercana a los 200 km/h.
En las pistas
En 1985 la Renault Fuego debutó en el TC2000 y logró su primer triunfo de la mano de Ernesto Bessone en el circuito de Las Flores. En 1986 Renault presentó un equipo oficial con preparación de Oreste Berta, integrado por los pilotos Juan María Traverso y Ernesto Soto, y en esa temporada Traverso logró el título de la categoría.
Entre 1988 y 1993 el dominio los Renault Fuego oficiales fue total adjudicándose todos los campeonatos de la categoría, en tanto, Traverso lo hizo en 1988, 1990, 1991, 1992 y 1993, y Miguel Ángel Guerra en 1989. En el TC2000, el Renault Fuego se impuso en 66 competencias.
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