El motor V8 fue estirado hasta 1025 CV en la última versión exclusiva del famoso muscle car
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La “despedida” del Dodge Challenger no podía ser de otra manera que llevando todo a los extremos. Es que fiel a su tradición de superarse cada vez con modelos más radicales, el mítico muscle car lanzó una versión limitada que supera ampliamente a cualquiera de las anteriores, la SRT Demon 170.
Y hablamos de despedida porque esta es la última variante con motor atmosférico que saldrá al mercado antes de volcarse íntegramente a la electrificación.
Está plantado sobre la plataforma del Demon de 2017, pero se le realizaron varios cambios para maximizar el rendimiento. Por ejemplo, se ofrece con llantas de carbono (opcional); las tomas de aire del capot, paragolpes y luces delanteras son más grandes para aumentar el flujo hacia el turbo; los guardabarros delanteros no tienen protectores; la refrigeración del supercargador deriva del aire acondicionado, etcétera.
Además, el motor V8 de 6.2 L tradicional del modelo fue totalmente modificado (solo se mantuvieron el bloque y los árboles de levas) para poder estirar la potencia al máximo. Para eso, los ingenieros de la marca le colocaron un supercargador modificado de 3.0 litros para lograr una mayor entrada; un diferencial un 53 por ciento más resistente realizado con metales aeroespaciales, y un eje trasero un 30 por ciento más resistente. Así, lograron llevarlo a 1025 CV y 131 kgm de torque, con lo que cual puede cubrir el 0 a 100 km/h en 1,6 segundos y el cuarto de milla en 8,91 segundos (a 243,23 km/h). Una bestialidad. El motor se anexa a una caja automática de 8 relaciones.
Como detalles, es el primer auto de producción en serie pensado para dragster (carreras de aceleración) que no cuenta con jaula de seguridad ni paracaídas para detenerlo.
De este Challenger se fabricarán solo 3300 unidades (3000 para EE.UU. y 300 para Canadá). No fue informado el precio y las unidades se entregarán antes de final de este año.
LA NACION