Próximamente será reemplazado por un nuevo modelo; mientras, hace gala de un diseño inconfundible, una gran habitabilidad, una mecánica confiable y un muy buen nivel de equipamiento
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El Kia Rio siempre fue de los hatchbacks chicos (segmento B) más atractivos y equilibrados de nuestro mercado. Con un perfil moderno, una estética muy personal y una mecánica confiable y de las más potentes entre sus competidores, no tuvo el éxito que merecía no por el producto en sí, sino porque estuvo sujeto a los desaguisados de nuestra economía (cupos de importación, impuestos disparatados, cepo cambiario, etcétera).
Una pena, ya que la automotriz surcoreana anunció hace unos meses que será reemplazado por el Kia 3, que será más grande y que busca “redefinir el espacio de los subcompactos”, como dicen desde la compañía.
Fabricado en México, aquí todavía se sigue ofreciendo en dos versiones, SX 1.6 AT SC y SX 1.6 AT, que es la tope y que evaluamos.
El último restyling del Rio apuntó a dotarlo de la nueva imagen de marca de la firma coreana. Por eso, en el capot se encuentra el flamante logo de un tamaño destacado y luego la parrilla bien fina –dividida en dos y de forma irregular– que está enmarcada por apliques cromados que la unen con las ópticas (alargadas y con faros halógenas bifuncionales); más abajo aparece el paragolpes voluminoso que acoge la gran toma de aire hexagonal en plástico negro brillante, a los costados de la cual se ubican los antiniebla.
- Largo: 4,065 m
- Ancho sin espejos: 1,725 m
- Alto: 1,46 m
- Distancia entre ejes: 2,58 m
- Capacidad del baúl: 325 L
- Capacidad del tanque: 45
- Peso: 1265 kg
- Neumáticos: 205/45 R17″
Con una silueta muy bien proporcionada, en el replanteo de esta última generación el Rio ganó un perfil un poco más deportivo dada por un diseño más dinámico (con la cintura alta y el frente más lanzado), el alerón posterior al ras del techo y detrás de la antena (estilo aleta de tiburón) y las llantas de aleación de 17″ (con neumáticos 205/45)
El interior ofrece mucha calidad en los materiales y terminaciones (este mismo modelo es el que se vende en los exigentes mercados de América del Norte), con una muy buena disposición de los comandos y una posición de manejo óptima gracias a que tanto el asiento del conductor como la columna de dirección se regulan en altura y profundidad y que el espacio es abundante en las plazas delanteras (en las traseras tiene el largo justo para que viajen dos adultos con comodidad, aunque es sobrado en altura y anchura).
En cuanto al equipamiento, encontramos luces automáticas, techo corredizo, sensores de estacionamiento traseros, cámara de retroceso, butacas en cuero ecológico, volante multifunción, pedalera de aluminio sport, pantalla táctil de 8″ desde la cual se comanda la central multimedia (compatible con Android Auto y Apple CarPlay) mediante Bluetooth y USB y climatizador automático, entre otros.
En el rubro seguridad no descuella, pero tampoco desentona: cuenta con frenos a discos con ABS y EBD, 6 airbags, anclajes Isofix, control de frenado en curvas (distribuye la tracción para asegurar el trayecto del auto), control de estabilidad electrónico, asistente de arranque en pendiente y más.
No desentona
La mecánica es la misma que viene acompañando al modelo hace unos años y que también hallamos en otros Kia: motor naftero de 4 cilindros, 16 válvulas y 1.6 L de cilindrada con inyección electrónica multipunto, que produce generosos 123 CV a 6300 rpm e interesantes 15,4 kgm de torque a 4850 rpm, asociado a una transmisión automática de 6 marchas con convertidor de par y opción manual-secuencial que lleva el poder al eje delantero.
El propulsor tiene un rendimiento muy paulatino y lineal, con la máxima entrega de potencia y par en la parte alta del cuentavueltas. Esto fantástico para moverse en ciudad o para una conducción tranquila, ya que ahí las demandas no son tan bruscas; entonces, cuando se lo exige la respuesta demora un poco porque necesita subir mucho las revoluciones para lograr el punch esperado (que, por cierto, es bastante y de los más altos entre sus competidores), pese a que la caja se nota rápida y decidida en el paso de cambios.
- Motor: naftero
- Cilindrada: 1591 cc
- Cilindros: 4 en línea
- Válvulas: 16
- Potencia: 123 a 6300 rpm
- Par: 15,4 kgm a 4850 rpm
- Caja: automática de 6 marchas
- Tracción: delantera
- Dirección: asistida eléctricamente
Yendo a los números, las prestaciones están acordes con lo que se pretende de un coche de este tipo: acelera de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos, recupera de 80 a 120 km/h en 7,6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 183 km/h. Los consumos están en el mismo orden, con un gasto promedio en uso mixto (urbano y autopista) de 8,5 L/100 km.
Balanceado, silencioso, mullido, brinda un andar muy suave y armónico, aspecto en el que las suspensiones sirven para contener los rebotes que generar tanto las llantas de 17″ como las ruedas de perfil bajo.
Se comporta como pez en el agua en el tránsito (es ágil, fácil y dócil) y se lo siente aplomado y agarrado en la ruta a velocidad, donde tanto las suspensiones como la dirección (bien precisa y rápida), los frenos (a discos en las cuatro ruedas) y el buen balance de la carrocería (con un centro de gravedad bajo) colaboran para transmitir mucha seguridad. En síntesis, un auto que dan ganas de manejarlo a buen ritmo durante horas.
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