Los llamados banquineros no solo infringen la ley de tránsito, sino que pueden generar inconvenientes y hasta accidentes; una práctica que se expande debido a la falta de controles por parte de las autoridades
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Sí, las banquinas tienen un para qué. En las horas pico, en la ida o vuelta de las vacaciones, ante un accidente en la ruta o por otras tantas circunstancias que producen congestionamientos, se despierta en algunos conductores el deseo de ser banquineros. Sin embargo, estos espacios en la trama vial tienen un objetivo y es importante recordarlo.
“Las banquinas se diseñan para ser usados en casos de emergencia, ya sea para el paso de vehículos de emergencia que necesiten realizar adelantamientos o para que un vehículo pueda estacionarse con seguridad en caso de necesitarlo por algún problema. Además, garantizan menores tasas de siniestros por irse fuera del camino y choques frontales, evitando la caída del borde del pavimento. Asimismo, aportan visibilidad entre secciones y cumplen un rol estructural, ya que funcionan como soporte lateral de la estructura de la calzada”, dijeron desde la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
Estos espacios “son el carril de emergencia que se tiene o debería tenerse en rutas, semiautopistas y autopistas. Y, en caso de problemas técnicos o por las circunstancias del tránsito, se recurre a ese carril de emergencia para evitar entorpecer la movilidad del resto del entorno vial, salvar situaciones peligrosas o realizar ciertas reparaciones circunstanciales”, comentó el presidente de Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam), Fabián Pons.
“La banquina no debe ser una zona para el estacionamiento, la detención o para la carga o descarga de personas o cosas. De ser posible, si debe esperarse un auxilio se recomienda hacerlo fuera de la banquina, y si el vehículo no puede movilizarse deberá advertirse al tránsito con balizas. En las rutas y caminos con banquinas pavimentadas el índice de siniestros es menor, ya que éste resulta un espacio para cubrir maniobras evasivas, un error del conductor y ser un área de recuperación para el control del vehículo. Donde la banquina no existe, como en las cabeceras de alcantarillas o en los puentes, deben existir señales preventivas que adviertan sobre su no existencia”, aportó de la oficina Educación Vial del Automóvil Club Argentino la licenciada Graciela Valles.
Respecto de las características de este trazado, se sugiere un ancho deseable de tres metros. “Sin embargo, los anchos de las banquinas se adoptaron en función de la categoría del camino y de la topografía. Por ejemplo, en zonas montañosas se reduce el ancho con relación al adoptado en zonas llanas u onduladas”, aportaron desde la ANSV. Y aclararon: “Las banquinas se diseñan preferiblemente pavimentadas; sin embargo, pueden ser de suelo conformado. Adicionalmente, las banquinas pavimentadas deben tener una sección contigua de suelo (banquina externa de suelo, banquina interna de suelo), con el propósito de garantizar que no se generen descalces de las mismas”.
La directora de Investigación y Educación Vial de Luchemos por la Vida, licenciada María Cristina Isoba, agregó que “la Ley 24.449 en el artículo 5 inciso f) define a la banquina como ‘la zona de la vía contigua a una calzada pavimentada, de un ancho de hasta tres metros, si no está delimitada’. Es un elemento que no debería faltar en vías de circulación rápida, pero en la Argentina muchísimos kilómetros de ruta no las tienen o las tienen deterioradas porque son de tierra o ripio y no son mantenidas adecuadamente”.
Mal uso
“Para ser claros: está prohibido circular por la banquina porque éstas están dispuestas solo para la detención y circulación en situación de emergencia. Tampoco se puede estorbar u obstaculizarlas tal como lo establece la Ley 24.449 en su artículo 48″, afirmaron desde la ANSV.
Sin embargo, respecto de las prohibiciones, esta ley en el inciso c) dice: ‘Está prohibido en la vía pública a los vehículos, circular a contramano, sobre los separadores de tránsito o fuera de la calzada, salvo sobre la banquina en caso de emergencia’. Y en el inciso i) dice que ‘queda prohibida la detención irregular sobre la calzada, el estacionamiento sobre la banquina y la detención en ella sin ocurrir emergencia’. “Resulta inequívoco que su uso está reservado solamente para situaciones de emergencia”, detalla Isoba, y destaca que “la ley de tránsito 2148 de la Ciudad de Buenos Aires, define a la banquina como ‘zona adyacente y paralela a la calzada de rutas, autopistas, semiautopistas o caminos, provista para mayor seguridad del tránsito de vehículos’”.
Las banquinas deben ser diseñadas en Autopistas (Categoría Especial V 120-110km/h); Autovías (C. I, V 80-120km/h); Carretera (C. II, V 50-120km/h); Vías Común (C. III, V 40-110km/h) y Vías Bajo Volumen (C. IV y V, V 25-90km/h), como indica el Manual de Diseño Geométrico DNV (2010, Diseño, Pág. 90).
“En la ruta, autopista o camino pavimentado siempre debería haber banquinas. Estas siempre están a la derecha del carril de circulación, aunque en algunas autopistas o semiautopistas también se las encuentra a la izquierda del carril de máxima velocidad”, dijo Pons.
Quienes pueden hacer uso de las banquinas son los vehículos en situación de emergencia que pueden circular y estacionar sobre ella; vehículos de carga pesada y maquinarias especiales podrán hacer uso de la banquina en caminos angostos para permitir el adelantamiento de los demás vehículos. Asimismo, los peatones en zonas rurales cuando no existan veredas, sendas, ni espacio lo más alejado posible de la calzada, pueden transitar en sentido contrario al tránsito del carril adyacente y se recomienda que por la noche usen brazaletes refractarios para facilitar su visualización, como lo establece la Ley 24.449 en sus artículos 38, 42 y 48.
Comportamientos
“El mal uso de la banquina no tiene una época del año, sino que surge más comúnmente cuando existe un embotellamiento aunque de ninguna manera eso justifica la acción, pues la banquina no es un carril más. También hay conductores que utilizan la banquina para realizar adelantamientos, lo cual está expresamente prohibido por la ley, ya que todo adelantamiento debe realizarse siempre por la izquierda”, apuntó Valles.
Además, en situaciones de emergencia “implica la imposibilidad de usarla por aquellos que lo necesitan y puede promover choques tanto en ella como en las rutas. Es un comportamiento que demuestra el egoísmo de muchos que pretenden ganar algo de tiempo adelantándose a los demás desconociendo las normas y poniendo en riesgo a los otros. Los banquineros generan además una lógica irritación entre quienes se mantienen en su fila, respetando la norma de no circular por la banquina, lo que a veces suscita situaciones de agresividad verbal y de violencia”, apuntó Isoba.
Además, según un estudio hecho por el Ovilam, “en la avenida General Paz y en horarios pico casi el 12% del tránsito circula por las banquinas. Eso abarca autos, motos, colectivos, vehículos oficiales, etcétera. Es una falta de respeto y una demostración cabal de la carencia de valores culturales de respeto al prójimo el hecho de adelantar a otros vehículos al circular por la banquina. Si hay una detención o congestión de tránsito no debe usarse la banquina para circular por ella y así evitar las demoras. Con respecto a las estadísticas, al igual que en casi todos los aspectos de la seguridad vial, nuestro país carece de números que nos ayuden a cuantificar esta infracción”, aportó Pons.
Un punto importante a destacar es que para obtener la licencia de conducir “en los cursos de capacitación y examen de otorgamiento de la licencia nacional de conducir se trabaja sobre todos los contenidos de la normativa, incluyendo este en particular”, dijeron desde la ANSV. Por su parte, Valles destacó que “en los cursos teóricos siempre debe explicarse cuál es la función y uso de la banquina, dejando bien determinado que no se trata de un carril más para circular o detenerse. Cabe aclarar que la capacitación para el otorgamiento de licencias de conducir corre por cuenta de cada jurisdicción”.
Las acciones contra estos infractores implican “el desarrollo de intervenciones de control y fiscalización específica para estas vías, como la General Paz, Riccheri o Panamericana, tanto con presencia de agentes de control como de carácter automático”, acotaron desde la ANSV.
En esta línea, “la palabra banquinero como dicho popular ya describe a quien actúa fuera de la norma. De hecho, la ley establece que la circulación por la banquina constituye una falta grave. El control en estos casos es muy importante y la ANSV ya ha empezado a aplicar multas y la retención provisoria de la licencia de conducir”, aportó Valles.
Actualmente, más en algunas zonas del país que en otras, el control y la fiscalización de esta acción temeraria en infracción se efectúa mediante patrullajes aleatorios, presencia de agentes y vehículos, drones de observación, cámaras, dispositivos de control de velocidad y la recepción de denuncias de ciudadanos sobre quienes circulan por las banquinas.
Sin embargo, en este punto, Isoba señala que los banquineros “tienen muchos argumentos para esgrimir: que están apurados, que no molestan a nadie, que su hijo o su mujer se sienten mal, que todos lo hacen… Sin embargo, sus excusas los delatan. Saben que están infringiendo la norma y lo hacen igual porque piensan que no va a pasar nada. La falta de controles y sanciones efectivas a los infractores promueve este tipo de comportamientos y refuerza la creencia de que vale la pena hacerlo para ganar unos minutos”.
Y Pons detalló que en cuanto a tecnología para sancionar a estos infractores “hoy en nuestro país no hay casi ninguna. Hubo unos pocos controles con drones realizados por la ANSV pero que representan una lágrima en el mar sobre el total de infracciones que se cometen diariamente. Pueden usarse cámaras o sencillamente controles dinámicos que detecten a los infractores, los detengan y los multen. La mezcla del sentimiento de omnipotencia que mostramos por la pérdida de valores culturales, sumado a la sensación de impunidad que tenemos al saber que no hay controles, lleva a que esta infracción sea una de las más comunes”.
Actualmente, el valor de las multas lo establece cada jurisdicción. Por ejemplo, “en la provincia de Buenos Aires van desde 300 a las 1000 Unidades Fijas, (el valor de cada UF es de $123,40 desde el 1° de marzo de 2022), es decir, puede ser multas desde $37.020 a $123.400. Y en la Ciudad de Buenos Aires circular por zonas o carriles prohibidos puede corresponder multas de hasta 150 Unidades Fijas. El valor de la UF equivale al menor precio de venta al público de un litro de nafta especial que fija el Automóvil Club Argentino, en la jurisdicción donde tenga su asiento la Autoridad de Juzgamiento, Ley 24.449″, aclaró Valles.
Seguros que no cubren
En caso que se produzca un accidente donde esté involucrado un rodado que vaya por la banquina la responsabilidad la determinará la Justicia. “La responsabilidad civil estará en manos de la compañía de seguros, si es que ésta no lo considera una exclusión de póliza lo cual es perfectamente factible. De ser así, el infractor deberá afrontar los costos de su negligencia. Pero en el caso de generar lesiones, la responsabilidad penal del conductor va a ser muy difícil de eludir”, aportó Pons.
“La premisa es combatir todo tipo de violencia vial en el espacio público. Estas acciones temerarias son, además, realizadas al frente de innumerables personas que deciden convivir pacíficamente en el tránsito a pesar de los inconvenientes que supone la espera o la marcha a velocidades más lentas que las previstas. Esto implica una mayor presencia activa de las fuerzas de control y fiscalización para reducir las cifras de siniestralidad vial en nuestro país”, concluyeron desde la ANSV.
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