La organización Ovilam Argentina realizó una investigación acerca de la circulación por la Avenida General Paz entre más de 300 usuarios que quedó al descubierto el alto desconocimiento de los conductores sobre muchas de sus normas
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La organización Ovilam Argentina realizó un estudio acerca de “La circulación en la Avenida General Paz” que consultó a más de 300 usuarios cotidianos de esta vía tan importante de la Ciudad de Buenos Aires. Entre todas las consultas, se preguntó por ejemplo a quién pertenece, y el resultado arrojó que un 52% considera que la mano que va del Riachuelo hacia el Río de la Plata pertenece a la Ciudad de Buenos Aires, y la mano contraria a la Provincia de Buenos Aires. Un 8% dijo que está bajo la jurisdicción de la Nación y un 40% acertó que en su totalidad está bajo la jurisdicción de la Ciudad de Buenos Aires.
De lunes a viernes, circulan por día aproximadamente 300.000 vehículos siendo los tramos con mayor tránsito el de Panamericana a Lugones y el del Acceso Oeste a Panamericana. Desconocer a quién pertenece la Avenida General Paz incentiva a no cumplir las normas, plantean desde Ovilam. “Hemos escuchado a gente que circula desde el Riachuelo hacia el Río de la Plata diciendo ‘acá tenemos que cuidarnos porque estamos del lado de la Ciudad’. El mito que el otro sentido de circulación pertenece a la Provincia de Buenos Aires y la menor cantidad de controles en dicha jurisdicción hace que muchos usuarios crean que están más a salvo de recibir multas”, dice el presidente de la organización, Fabián Pons.
El ingeniero explicó que el único tipo de multa que se realiza en la General Paz es por exceso de velocidad en sólo seis puntos sobre la traza: en sentido Río de la Plata en el km 4.3 (y Av. Balbín); km 13.1 (y Santo Tomé) y km 22.5 (y Corrales). Y, en sentido Riachuelo en el km 4.3 (y Av. Balbín); km 10 (y Mosconi) y km.17.5 (y Tapalqué).
Las multas son cobradas en Unidad Fija (está entre los $40 y los $4000) y van desde los $10.266 hasta los $586.640 siendo la más cara cuando se pasan los 140 km/h. “Prácticamente los únicos controles son electrónicos y lo único que se controla son velocidades máximas en unos pocos puntos de la traza, el usuario tiene un sentimiento de casi total impunidad”, afirma.
En un repaso del desarrollo de esta vía, Melina Dorsa, auditora y parte del equipo de investigación de Ovilam, explica que la Avenida General Paz corresponde a la autopista de circunvalación de la Ciudad de Buenos Aires, entre el Riachuelo y la Avenida Lugones, en las cercanías del Río de la Plata. Su nombre homenajea al cordobés José María Paz y corresponde a los kilómetros 0 a 24,3. Junto con el Riachuelo y el Arroyo Raggio en sus secciones al aire libre y entubado, forma el límite entre la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires.
“La Avenida Gral. Paz pertenece en su totalidad a la Ciudad de Buenos Aires, que establece el marco regulatorio para la circulación. La Ley 2148/06 (Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) establece las normativas generales de circulación vehicular en esta jurisdicción y a través de la Ley 4413/12 se introducen modificaciones relacionadas con las velocidades de circulación en varias avenidas de CABA”, indica Dorsa.
Según detalla, la velocidad máxima de circulación para vehículos de menos de 3500 kg. en el tramo comprendido entre Av. Leopoldo Lugones y Autopista Ingeniero Pascual Palazzo (Panamericana), en los carriles centrales de la General Paz es de 100 km/h, y para el resto de su extensión, la señalización vertical indica que la velocidad máxima es de 80 km/h. “Sin duda sería mucho más sencillo para todos los usuarios si esas velocidades se unificaran”, acota la especialista.
Dorsa explica que en el mismo artículo, inciso 3, se establece que la velocidad máxima será de 60 km/h para todos los vehículos en las calzadas para tránsito pesado de la Avenida General Paz entre la Panamericana y Avenida del Libertador. Y que los vehículos de transporte de carga de más de 3500 kilos tienen prohibida la circulación por las colectoras y solo pueden circular los de 2500 kilos por el carril derecho a una máxima de 60 km/h.
Respecto de las motos, Pons indica que son un vehículo más en el tránsito y deben respetar velocidades, prioridades de paso y el carril que deben utilizar en función de la velocidad a la que circulan. “En la General Paz vemos en las motos estos problemas: excesos de velocidad; conducción temeraria (hacer zig zag entre los vehículos) y la circulación por banquinas que genera gran cantidad de siniestros, porque los vehículos que quieren dejar la traza de la autopista tienen motos a la derecha difíciles de visualizar”, resalta.
En cuanto a las limitaciones en la circulación al tratarse de una autopista, Dorsa recuerda que la Ley establece que “tienen prohibido circular peatones, vehículos propulsados por el conductor (ciclorodados), vehículos de tracción a sangre, ciclomotores o maquinaria especial”.
Choque con la realidad
Durante el estudio, habiendo analizado la legislación y al recorrer la Avenida General Paz en toda su extensión, Pons señaló que “nos chocamos con una realidad que no tiene nada que ver con las normativas vigentes. Si nos ceñimos completamente a ellas vemos que un simple furgón de carga no podrá circular por esta arteria ya que su peso bruto total excedería los 2500 kg. Sin embargo, hemos observado la circulación de camiones simples, con acoplado e incluso porta contenedores. Y es habitual ver los fines de semana al ‘Trencito de la alegría’ circulando por Avenida General Paz”.
Algunos datos obtenidos: en días hábiles, horarios picos y en ambos sentidos de circulación, el 8,4% de los vehículos que circulan por la Avenida General Paz están impedidos de hacerlo según la ley vigente. Son vehículos de mayor porte pesados para detenerse y volver a arrancar, más lentos, no circulan por los carriles determinados, lentifican el tránsito en esta vía congestionada y muchos circulan por los carriles de la izquierda, lo cual no deben hacer.
“En cuanto al transporte público de pasajeros (colectivos) no respetan la prohibición de circular por ciertas zonas de los carriles troncales de la Av. Gral. Paz y lo usan de vía de escape cuando el tránsito sobre las colectoras ralentiza su avance. Y a los micros de larga distancia (que la legislación no los detalla) aplicando solamente el sentido común, es un vehículo que pesa alrededor de 25 toneladas por lo que le cabrían las generalidades de la ley del transporte de carga. Pero, suponiendo que esos ‘grises’ habilitaran la circulación de esos ómnibus por los carriles troncales, deberían hacerlo exclusivamente por el carril derecho y a una velocidad no mayor a 60 km/h. Todos quienes somos usuarios de la General Paz, vemos cotidianamente que circulan por el carril izquierdo y muchas veces excediendo los 80 km/h permitidos para los vehículos livianos”, apunta el presidente de Ovilam.
“Tampoco es inusual observar a ciclistas y usuarios de ciclomotores que circulan por los carriles troncales de esta autopista, lo cual, está expresamente prohibido. Y se suma el uso intensivo de las banquinas que llega a más del 11% del total del flujo vehicular en horas pico, en ambos sentidos de circulación”.
Otros aspectos observados en la traza es que prácticamente no hay controles dinámicos por parte del cuerpo de tránsito de la Ciudad de Buenos Aires sobre la Avenida General Paz y que el anillo de monitoreo de tránsito en toda su extensión “parece no percatarse de todas las irregularidades mencionadas y lo que es peor, de la importante cantidad de vehículos que circulan sin su patente trasera (y tampoco la delantera) para evitar las fotomultas”, expresa Dorsa.
¿Cómo mejorar?
Al cierre del estudio acerca de “La circulación en la Avenida General Paz” los profesionales se preguntan: “¿No sería conveniente derogar todas las reglamentaciones especiales y restricciones que hoy tiene la Avenida General Paz? En caso contrario, si la legislación actual es coherente con lo planificado por la Ciudad de Buenos Aires, ¿No va siendo hora que se implementen los controles necesarios?¿Qué es preferible, mantener una legislación que no se cumple y que nadie hace nada para que se cumpla o ser estrictos con las reglas vigentes y realizar los controles para la mejora del flujo de circulación por esta importante arteria?”
Como afirma Pons, las respuestas están en manos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y si bien, la traza de esta avenida se ha ido modificando y ampliando “ya está completamente colapsada, principalmente en horarios pico. A esto se le suman ciertos cuellos de botella como los que se producen a la altura de Avenida Rivadavia o en el acceso a Panamericana. ¿Una posible solución? Hubo un proyecto de construcción de una ‘segunda planta’, es decir, dos General Paz superpuestas en los que cada uno de los niveles tendrían un único sentido de circulación, lo que permitiría tener seis a ocho carriles por cada sentido”, recordó el experto.