Una piel verde para el Mamba
Avanza el proyecto de ampliación del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, del arquitecto Emilio Ambasz, que podría inaugurarse en un año y medio. Tendrá balcones con árboles en la fachada de la avenida San juan, y enredaderas en la opuesta, hacia la autopista 25 de mayo
Finalmente avanzan las obras de ampliación del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, 12 años despúes de que el arquitecto Emilio Ambasz donara el proyecto y de que una saga de idas y vueltas, y falta de efectivo, retrasaran la ejecución.
Ahora por los andamios se ve circular a los obreros, en plena tarea, gracias -al decir de sus mecenas- a los diez millones de pesos destinados al plan, y a la voluntad política del actual jefe de gobierno que se propone inaugurar las salas en al menos año y medio, lo que llena de expectativa a los vecinos del barrio.
El proyecto casi no ha sido modificado, y parte de la reutilización de las estructuras existentes de la ex fábrica de la tabacalera Nobleza Picardo, construída en el siglo XIX, y del edificio lindero levantado en la década del 50 en hormigón armado. Ambos quedarán unificados y envueltos en una piel verde lograda mediante balcones cubiertos de plantas, una forma de rendirle homenaje al caracter residencial del barrio donde está emplazado el edificio, donde aun quedan casas de patios en flor y terrazas con geranios. Sobre av San Juan la fachada tendrá balcones verdes y la parte trasera que mira a la autopista presentará, según explica la memoria descriptiva, "un muro poroso, a traves del cual crecerán enredaderas, y del cual emergerá una neblina de agua para refrescar las plantas".
Para Emilio Ambaz, que vive y trabaja en Nueva York, lo importante es que finalmente el edificio está en marcha, y que con un poco más de viento a favor (fondos), estará a la altura de los museos internacionales.
-¿Cuáles fueron los elementos del paisaje local que tuvo en cuenta a la hora de diseñar el Mamba?
-Las casas coloniales con grandes patios y plantas, canteros con malvones, zaguanes también llenos de plantas. Ese era el recuerdo que yo tenía del barrio que rodea al museo, balcones que salían de la terraza, espacio que algun dia sería cedido a la hija, cuando se casara.
-¿Cómo se relaciona la propuesta con ese entorno urbano, hoy decadente?
-La idea es que un edificio de importancia pública bien hecho, con buenos materiales convencerá a los vecinos de la zona, que deben ser bien tratados, porque de esa manera respetarán también el edificio. Está probado que en zonas decadentes, cuando se construye un edifico de importancia, eso tiene un efecto en todo el tejido urbano, mejorándolo. Por ejemplo, cuando Rockefeller donó el terreno a las Naciones Unidas era zona de Mataderos y hoy están ahí las residencias más caras en Nueva York, lo mismo sucedió con Lincoln Center, y así en todas las ciudades donde en las áreas deterioradas se levantaron edificios de importancia, con materiales buenos y construidos a partir de una arquitectura de calidad han tenido un gran efecto en zona circundante.
- ¿Cree que será capaz el diseño de cumplir el objetivo de ser un modelo de cómo se puede refuncionalizar edificios patrimoniales, como el que ocupa el Mamba?
-Tengo una gran experiencia en Italia en refuncionalizar edificios existentes. Como usted sabe en Italia gran parte del patrimonio arquitectónico está congelado, no se puede en muchos casos construir nada nuevo y ciertamente tampoco derrumbar los de valor histórico, de modo que parte de la ocupación de arquitectos italianos es poner en valor lo antiguo. Tengo la mayor esperanza de que viendo cómo se ha reutilizado la fábrica de Nobleza Picardo se entienda que es posible hacerlo en esta zona de San Telmo y en Barracas, donde han quedado muchos edificios de arquitectura industrial
-¿Cómo se modificó la fachada que da a la autopista?
-La fachada que mira hacia la autopista ha sido un poco modificada porque se pensaba que si se usaba para proyectar imágenes abstractas o anuncios de programas del museo distraería a los automovilistas, mucho más de lo que ya los distraen los carteles de señoritas en ropas menores que hay a los costados. Lo que hice fue rediseñarla, que fuera una barba verde de la que sale una especie de niebla, resuelta mediante un sistema utilizado para regar las plantas. Quizá con el tiempo se pueda proyectar ahí alguna imagen.
-¿la nueva propuesta cumple estandares museológicos internacionales?
-Este museo fue diseñado para cumplir con las normas impuestas por el ICOM – Internacional Congress of Museum – y si se construye con una mano abierta y se hace lo que se debe para que sea capaz de preservar su patrimonio y merezca respeto de otros museos, para que éstos le puedan prestar obras, y entonces cumpliría las normas del ICOM, va a ser un museo de nivel internacional.
-¿Qué evaluación hace de las idas y vueltas que dieron los sucesivos gobiernos locales hasta impulsar el comienzo de la obra, casi 12 años después de haber donado el proyecto?
-Mire, yo soy una persona que mira pa´lante , como decíamos cuando éramos gauchos. Yo miro para adelante. Si pudiera mirar para atrás tendría que amargarme y contarle una cantidad de historias tristes de miserias locales, lo importante es que el actual jefe de Gobierno entendió la importancia del edificio y lo ha impulsado y dedicado fondos, no obstante la situación económica tan critica.
-¿Participa directamente (a la distancia) en la ejecución de las obras?
-Claro, si. Tenemos conferencias telefónicas todas las semanas y está el arquitecto Martin Fourcade a cargo de desarrollar el proyecto según las pautas de mi diseño. A su vez, el ministerio de cultura ha nombrado al arquitecto Alejandro Corres que tiene la autoridad para examinar todo lo que propone el Ministerio a cargo del arquitecto Daniel Chain, esta área es la que está encargada de la etapa o proceso real de la construcción.
-Respecto de trabajar en la Argentina, ¿ha recibido propuestas para hacer proyectos en el país? Si las rechazó, ¿cual fue la razón?
-No, ninguna propuesta.
-¿Qué piensa acerca del discurso contemporáneo sobre la arquitectura sustentable y las prácticas constructivas amigables con el medio ambiente?
-Si se me permite la arrogancia, hace 35 años que hago arquitectura verde, sustentable, pretendo ser el precursor de ese tipo de arquitectura; tengo hijos y nietos, así que estoy muy contento de que finalmente lo que una vez se vió como una actividad de un loco lindo, yo, una cosa utópica que no tenía razón práctica y que no me proveía una fila de clientes frente a mi estudio, hoy se ha convertido en una idea respetable y difundida por muchos arquitectos. Ahora que he tenido ese gusto de ver la cosa con éxito, si solo pudiese aprender a "robarles" a mis clientes, me abriría mi propio banquito.