Juan Grabois cuestionó a Alberto Fernández por poner en duda las cifras de la pobreza: “La Argentina sí está estallada”
El dirigente social le contestó al Presidente quien negó que haya un 40% de pobreza, de acuerdo con los recientes números del Indec; además, dijo que él mismo y el Frente de Todos deben pedir perdón
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Juan Grabois criticó este lunes al presidente saliente Alberto Fernández quien en una entrevista había cuestionado el índice de pobreza del 40,1% difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). “Si hubiera semejante cantidad de pobreza, la Argentina estaría estallada”, había dicho el mandatario. “La Argentina sí está estallada, Alberto... solo que ya nos acostumbramos”, apuntó el dirigente social desde un largo posteo en X.
No quería participar de discusión interna de ningún tipo, pero un tema abordado por el presidente en la entrevista de Noticias Argentinas me interpela fuerte. Voy a evitar calificativos personales. Personalizar demasiado despolitiza. Me centro en el tema específico.
— Juan Grabois (@JuanGrabois) December 4, 2023
Alberto:…
Este domingo, faltando entonces 7 días para el traspaso de bando al presidente electo, Javier Milei, Fernández dio una entrevista en la que hizo un balance de su gestión y, entre otros temas, se refirió al índice de pobreza, que en el primer semestre de 2023 fue del 40,1%.
“Está mal medida la pobreza”, dijo al medio Noticias Argentinas. “Si hubiera semejante cantidad de pobreza, la Argentina estaría estallada. Yo no puedo entender cómo se concilia que haya 40% de pobreza y al mismo tiempo llevemos 37 meses consecutivos de creación de empleo registrado”, detalló.
Fernández explicó que como esoos datos se miden a través de la Encuesta Permanente de Hogares, la gente “podría no decir toda la verdad”. “Si le preguntás a una persona que tiene una familia qué ingreso tiene y te dice ‘tengo un plan’, de ahí en más empieza a mentir porque tiene miedo de que se lo quiten”, justificó el jefe de Estado.
Grabois tomó esas palabras y desde X analizó la gestión del aún actual presidente y le reprochó haber empeorado la calidad de vida de muchos argentinos, pero dijo que tanto él como el Frente de Todos deben pedirle disculpas a la sociedad por las cifras de la pobreza.
“Más allá de esa consideración personal, la realidad es que todos los que de una u otra forma participamos del Frente de Todos, hayamos tenido o no cargos públicos, debemos asumir cierto grado de responsabilidad, sea por acción, sea por omisión, en la situación actual de pobreza e indigencia”, indicó el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE).
“Hagamos una reflexión profunda para comprender qué hicimos mal como conjunto, cada sector, cada dirigente, cada militante, para que nunca más se repita que un gobierno que se autopercibe y proclama popular y peronista, en un contexto de crecimiento del producto bruto y aumento de la actividad, tenga estos niveles de pobreza e indigencia. Yo pido humildemente perdón por la parte que me toca, sea grande o pequeña, Dios sabrá”, señaló.
La crítica al Presidente y sobre el Frente de Todos
“No quería participar de discusión interna de ningún tipo, pero un tema abordado por el presidente en la entrevista de Noticias Argentinas me interpela fuerte. Voy a evitar calificativos personales. Personalizar demasiado despolitiza. Me centro en el tema específico”, comenzó.
“La argentina sí está estallada, Alberto... solo que ya nos acostumbramos; no explota, implota. Hace menos ruido, pero la gente se desangra por dentro”, apuntó tras defender el sistema de medición del Indec y advertir que “las cifras son objetivamente peores [a la gestión de Mauricio Macri]: pobreza 40,1% e indigencia al 9,3% (primer semestre), todo indica que para diciembre los números serán aún más alarmantes”.
Luego, habló de “un problema grave de comprensión” del Presidente y de la nueva injusticia, instaurada en su gobierno junto a Cristina Kirchner como vicepresidenta.
“Que no puedas explicarte las cifras de pobreza en un contexto de crecimiento del empleo, en una economía con la mitad de su fuerza de trabajo informalizada o registrada bajo modalidades precarias como el monotributo, es realmente un problema grave de comprensión. En primer lugar, hay una enorme cantidad de trabajadores que son pobres aún con empleo registrados de jornada completa: una injusticia nueva, grave e imperdonable porque resolverla está al alcance de este gobierno”, afirmó Grabois.
Además, lo trató de “gorila” al explicar que la gente miente en las encuestas del Indec cuando “son los más ricos los que mienten para no pagr impuestos o cosas peores”.
“Que además digas que los índices de pobreza se explican porque los pobres subdeclaran sus ingresos ya me parece una bajeza gorila, cuando lo que en realidad sucede es que son los más ricos -entre ellos, no pocos políticos, sus amigos empresarios, testaferros, etc, etc.- los que mienten en las declaraciones para no pagar impuestos o cosas peores. Esa mentalidad -los pobres mienten, los pobres compran dólares, viajan en yate, reciben demasiado, las organizaciones sociales son un obstáculo- precisamente, explica en cierta medida porque aumentó el PBI y no se redujo la pobreza”, escribió.
Luego de asumir parte de la responsabilidad de los números de la pobreza, y de pedirle al Frente de Todos, militantes y funcionarios, un debate sobre lo que se hizo, apuntó: “¿Esto quiere decir que se hizo todo mal?... no, hubo políticas públicas acertadas y posiciones adecuadas en algunos temas. Pero el balance general es pésimo y hay que hacerse cargo. Creo, Alberto, que cómo máxima autoridad del gobierno y del principal partido de la coalición deberías hacer lo mismo: sin excusas, sin anestesia, sin repetir lo que todos ya sabemos de la pandemia y la sequía y la guerra y la mar en coche, sin volver a caer en la idiotez cíclica de echarle la culpa a las mediciones por la realidad que miden”.
Tras ello, advirtió que quienes participaron del Gobierno sufrirán consecuencias no gratas, como ser “demonizados” y “perseguidos”, más aún si se quedan en el país, en referencia al viaje que realizará Fernández a España, donde se quedaría unos meses.
“Los problemas no van a resolverse pidiendo perdón, pero en algún punto sería reparador para la sociedad en su conjunto y para todos nosotros, los que vamos a quedarnos en Argentina, posiblemente perseguidos y seguramente demonizados en una proporción muy superior a nuestra responsabilidad personal en la situación social y política del país”, teorizó Grabois quien la semana pasada fue insultado por una mujer cuando se encontraba en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a punto de realizar un viaje.
Por último, criticó el plan de Gobierno propuesto por el presidente entrante, Milei: “Vamos a dar el debate frente a los que los que quieren justificar en esta realidad tristísima un programa deshumanizado y antinacional, un dogma según el cual la justicia social es una aberración y la redistribución de la riqueza un factor de atrasa”.
Así, Grabois le pidió al Presidente que se disculpe por los números de la pobreza en representación de los que en 2019 “votaron y llamaron a votar” la boleta de Fernández-Kirchner y que integraron “la coalición como simples militantes o altos funcionarios” y con respecto a esos últimos, señaló: “a los que no pudiste liderar en un proceso de reconstrucción nacional”.
“Hacelo ahora pidiendo perdón, en nombre de todos, a esos hombres y mujeres por los que íbamos a empezar, a los pobres, que llegaron últimos, siguen últimos y ahora son dos millones más”, cerró.
El texto completo de Grabois a Fernández
No quería participar de discusión interna de ningún tipo, pero un tema abordado por el presidente en la entrevista de Noticias Argentinas me interpela fuerte. Voy a evitar calificativos personales. Personalizar demasiado despolitiza. Me centro en el tema específico.
Alberto: durante la campaña 2019 prometiste empezar por los últimos para llegar a todos y cuando comenzó el mandato convocaste una mesa contra el hambre. En ese momento, las escandalosas cifras de pobreza que había dejado el presidente Macri, que asumió con la consigna “Pobreza 0″, te sacaban lágrimas ¿te acordás del niño que comía cartón mojado en Moreno que te contaba el Gringo y tanto te conmovió? ¿Pensás que ahora come carne, leche, frutas y verduras?
Tenías razón en tu zozobra de entonces: los indicadores sociales de 2019 arrojaban un panorama desolador: 35,5% en pobreza y 8% en indigencia respectivamente. Fueron precisamente esos indicadores sociales los que me llevaron a mí y muchos compañeros a pensar que con la lucha social no llegábamos a todos y teníamos que abordar la lucha política; esas cifras nos llevaron a participar de la campaña del 2019 en Frente de Todos y llevarte a la presidencia.
Hoy, las cifras son objetivamente peores: pobreza 40,1% e indigencia al 9,3% (primer semestre), todo indica que para diciembre los números serán aún más alarmantes. El sistema de medición es exactamente el mismo. Esta es la realidad que es la única verdad. Hay que hacerse cargo. La argentina sí está estallada, Alberto... solo que ya nos acostumbramos; no explota, implota. Hace menos ruido, pero la gente se desangra por dentro.
Que no puedas explicarte las cifras de pobreza en un contexto de crecimiento del empleo, en una economía con la mitad de su fuerza de trabajo informalizada o registrada bajo modalidades precarias como el monotributo, es realmente un problema grave de comprensión. En primer lugar, hay una enorme cantidad de trabajadores que son pobres aún con empleo registrados de jornada completa: una injusticia nueva, grave e imperdonable porque resolverla está al alcance de este gobierno.
Sin embargo, el hecho fundamental es que la estructura social, en particular la composición de la clase trabajadora, cambió. Es precisamente este sector -los últimos por los que nos dijiste que iba a empezar, los que no tienen salario estable, convenio colectivo, paritarias, aguinaldo ni vacaciones- quienes sufrieron la más brutal reducción en su poder adquisitivo en los últimos años. La fórmula es fácil: inflación sin paritarias ni aumentos indexados.
Que además digas que los índices de pobreza se explican porque los pobres subdeclaran sus ingresos ya me parece una bajeza gorila, cuando lo que en realidad sucede es que son los más ricos -entre ellos, no pocos políticos, sus amigos empresarios, testaferros, etc, etc.- los que mienten en las declaraciones para no pagar impuestos o cosas peores.
Esa mentalidad -los pobres mienten, los pobres compran dólares, viajan en yate, reciben demasiado, las organizaciones sociales son un obstáculo- precisamente, explica en cierta medida porque aumentó el PBI y no se redujo la pobreza. En vez de universalizar definitivamente el salario social para que alcance a los cinco millones de excluidos del empleo registrado y eliminar así la indigencia y cualquier forma de intermediación, se cuentan las costillas de cada pobre como si se fuera a encontrar entre las personas que reciben este magro complemento de ingreso a los grandes responsables de los problemas del país y se pone en a las organizaciones sociales el chivo expiatorio del drama económico que las hizo nacer. Un buen día, no se habló más del impuesto a la renta extraordinaria ni de que la deuda la paguen los que la fugaron… el problema pasó a ser si la gente no busca trabajo porque se conforma con cobrar un “plan” equivalente a la compra de una semana de alimentos. Está bien para un diario finoli, pero ¿un gobierno popular con ese discurso?
Más allá de esa consideración personal, la realidad es que todos los que de una u otra forma participamos del Frente de Todos, hayamos tenido o no cargos públicos, debemos asumir cierto grado de responsabilidad, sea por acción, sea por omisión, en la situación actual de pobreza e indigencia. Ellos, ellas, sobre todo los niños, por los que íbamos a empezar y siguen postergados, más postergados que antes, merecen que les pidamos perdón, que hagamos una reflexión profunda para comprender qué hicimos mal como conjunto, cada sector, cada dirigente, cada militante, para que nunca más se repita que un gobierno que se autopercibe y proclama popular y peronista, en un contexto de crecimiento del producto bruto y aumento de la actividad, tenga estos niveles de pobreza e indigencia. Yo pido humildemente perdón por la parte que me toca, sea grande o pequeña, Dios sabrá.
¿Esto quiere decir que se hizo todo mal?... no, hubo políticas públicas acertadas y posiciones adecuadas en algunos temas. Pero el balance general es pésimo y hay que hacerse cargo.
Creo, Alberto, que cómo máxima autoridad del gobierno y del principal partido de la coalición deberías hacer lo mismo: sin excusas, sin anestesia, sin repetir lo que todos ya sabemos de la pandemia y la sequía y la guerra y la mar en coche, sin volver a caer en la idiotez cíclica de echarle la culpa a las mediciones por la realidad que miden. Los problemas no van a resolverse pidiendo perdón, pero en algún punto sería reparador para la sociedad en su conjunto y para todos nosotros, los que vamos a quedarnos en Argentina, posiblemente perseguidos y seguramente demonizados en una proporción muy superior a nuestra responsabilidad personal en la situación social y política del país.
Convencidos de nuestros principios, vamos a dar el debate frente a los que los que quieren justificar en esta realidad tristísima un programa deshumanizado y antinacional, un dogma según el cual la justicia social es una aberración y la redistribución de la riqueza un factor de atrasa. Vamos a hacerlo, remando en dulce de leche; por eso, para todos nosotros y nosotras, que en 2019 votamos y llamamos a votar tu boleta, que integramos la coalición como simples militantes o altos funcionarios, a los que no pudiste liderar en un proceso de reconstrucción nacional, hacelo ahora pidiendo perdón, en nombre de todos, a esos hombres y mujeres por los que íbamos a empezar, a los pobres, que llegaron últimos, siguen últimos… y ahora son dos millones más
Respetuosamente.