El Museo Mitre, recuperado
Puesto en valor, este monumento histórico ya está abierto al público
El 26 de junio último, en coincidencia con el aniversario del nacimiento del general Bartolomé Mitre, se inauguraron las obras de restauración y puesta en valor de su casa-museo, en San Martín 336, pleno microcentro porteño. Se trata de una de las viviendas particulares más antiguas de Buenos Aires (1785), que fue ocupada por Mitre a partir de 1862.
El director nacional de Arquitectura, doctor Julio César Herrero Anzorena, comentó que estas obras se encuadran dentro de las tareas específicas de su oficina (depende de la Secretaría de Obras Públicas del Ministerio de Infraestructura y Vivienda). "Entre sus objetivos, tiene la conservación de monumentos históricos nacionales; mediante los siete distritos del país se analiza el estado de cada uno de ellos." El jefe de distrito de Capital Federal y Buenos Aires es el arquitecto Guillermo Frontera que, junto con Omar Fernández, tuvo a cargo los trabajos en el Museo Mitre.
"Con relevamientos periódicos se llega a la necesidad de intervención en el monumento", explicó Herrero Anzorena. "Debido a los escasos recursos presupuestarios, según los estudios preliminares y fondos se programan las acciones."
La solicitud de intervención en un monumento puede provenir del titular de la entidad que tenga a su cargo el edificio; de la Comisión de Museos, Monumentos y Lugares Históricos; del defensor del pueblo; de un legislador o del público. En el caso del Museo Mitre, fue su director, el doctor Jorge Carlos Mitre, el que tomó la iniciativa, apoyado por la Comisión de Museos. También la Dirección de Arquitectura puede tener la necesidad de intervenir. Se empieza por lo más urgente, por lo general la reparación de cimientos y cubiertas para evitar que la humedad continúe el deterioro. Completado el proyecto, se eleva a la Comisión de Museos para su aprobación, previo llamado a licitación de los trabajos.
"Cuando se hizo el relevamiento en el Mitre, cada uno de los locales presentaba un problema particular; de ahí que la intervención fue integral", comentó Frontera. Se descubrieron las mismas patologías en todo el edificio: humedad ascendente que deterioraba los muros hasta una altura de 1 metro, fallas en revoques externos e internos, solados de madera, mármol y cerámica con intervenciones no adecuadas. Con una inversión de 618.000 pesos se renovaron instalaciones -eléctrica, sanitaria, de prevención contra incendio-, se hicieron refuerzos estructurales y se recuperaron elementos originales, artefactos de iluminación, carpinterías de madera y cielo raso artísticos (del comedor y antecomedor son imperdibles en una visita) y se construyeron sanitarios para discapacitados. Pero el problema más serio era la humedad, tanto en cimientos como en cubiertas, que producía un deterioro generalizado. Resultó interesante el descubrimiento de inscripciones murales en la Biblioteca Americana, cubierta por sucesivas capas de pintura. Restauradores las quitaron con bisturí, fijando la original y completando las letras perdidas con un tono más bajo, para hacer evidente la intervención actual.
Con cateos en las carpinterías se llegó al color primitivo, tras descubrir 10 capas de pintura. Para recuperar el aspecto de las salas como las vivió Mitre, se investigó mediante fotos de época o pinturas, gracias a la documentación con que cuenta el museo.