Carlos Ott, un singular diseñador
El arquitecto uruguayo se siente honrado por haber podido concretar un edificio para Buenos Aires
- El nuevo edificio fue construido dentro de los plazos previstos
- Son casi 10.000 m2 de superficie cubierta, con detalles de avanzada
- Es la segunda obra de Ott en la Argentina
El viernes último, en una gélida mañana entibiada apenas por un luminoso sol invernal, Carlos Ott dialogó con La Nación a propósito del edificio que diseñó en la esquina de Cerrito y Marcelo T. de Alvear.
El arquitecto Ott vino a Buenos Aires por pocas horas, las que dedicó intensamente a las tareas inherentes a la última etapa de construcción de la original esquina porteña, que acaba de ser entregada a sus dueños.
Atentos a esa condición nómada que asumen algunos arquitectos exitosos de la actualidad, la inquietud inmediata fue averiguar dónde tiene su sede el cuartel general de su estudio.
"Es difícil hoy decir con precisión dónde está eso que tú llamas el cuartel general . A veces está en la butaca de un avión. Como estoy haciendo varios trabajos en China, tenemos tres despachos allá; otro está en Weimar, Alemania; hay una pequeña oficina en París, tengo el estudio en Toronto y, obviamente, en Montevideo.
"En ese sentido, ya Buenos Aires y Montevideo dejaron de estar en el fin del mundo y ésa es una consecuencia positiva de la tan mentada globalización. Para una sala de ópera que proyectamos en China, los estudios de acústica se hacen en Munich, la escenografía en Francfort, la estructura en Toronto, y el proyecto y la coordinación en Montevideo."
Por supuesto, una pregunta que se imponía estaba directamente relacionada con el flamante edificio.
-¿Cómo ves la imagen de tu criatura y qué opinión te sugiere ahora que ya se muestra prácticamente terminada?
-Es muy difícil para uno hablar de la propia obra y creo que el crítico la ve de otro modo que el realizador. Yo puedo ver, quizá, qué se ganó y qué se perdió en el resultado final. Es como dicen los ingleses, The proof is in the pudding : puede hablarse mucho de la receta, de los ingredientes, pero la prueba cierta es cuando se degusta el budín horneado.
-Esta duda es mayor cuando, como en este caso, la construcción no sigue cánones preestablecidos y es más difícil conocer cómo serán las reacciones. Yo estimo, personalmente, que tu proyecto es movilizador y que le hace bien a la avenida 9 de Julio, que propone un lenguaje armonioso pero diferente. ¿Cómo crees que será la respuesta de la gente?
-Supongo que a algunos les gustará y a otros no. Pero lo lindo es correr riesgos. Además, filosóficamente no podría haberlo hecho de otra forma. No me sale. Si alguien, por ejemplo, me pidiera que le diseñara una casa inglesa en un barrio residencial, me rehusaría porque no podría hacerla.
-En los últimos tiempos se habla mucho de la arquitectura sustentable; ¿cuál es tu punto de vista al respecto?
-A mí me parece una idea muy importante, y es estimulante que al respecto haya una posición ética latinoamericana. Tenemos en ese sentido ejemplos formidables como los de Luis Barragán y Eladio Dieste. Sin embargo, los concursos internacionales y las revistas glamorosas consagran construcciones que confunden a los colegas y a los estudiantes.
Hay recursos tecnológicos para hacer casi de todo. Hoy, por ejemplo, se puede hacer una biblioteca o un museo íntegramente vidriados, pero no me parece ético. Porque un edificio que debería costar X no debe hacerse por un valor de 3 veces X.
Quizás este razonamiento no sea tan aplicable cuando se trata de edificios emblemáticos o singulares, sobre todo en países muy desarrollados, pero es difícil aceptarlo desde el punto de vista ético en América latina.
-Estoy seguro de que para muchos arquitectos jóvenes o estudiantes sonará extraña tu admiración por Dieste y Barragán; ¿cómo les explicarías ese juicio de valor?
-Adoro la arquitectura de Luis Barragán porque es capaz de hacer arte con muy pocos materiales, lo mismo que admiro a Eladio Dieste en Uruguay, o a Charles Correa en la India. Pero quiero aclarar un punto que tal vez sea necesario dilucidar. Cuando hice el aeropuerto de Ushuaia tuve en cuenta la necesidad de trabajar en plazos muy cortos, por razones climáticas, con materiales acotados y formas simples. Y en esta esquina, que tiene rasgos e instalaciones de primera categoría, los costos no podían superar una media que la hiciera rentable; además no todo pasa por el costo inicial, sino en lo que se llama el0 life cost , lo que cambia mucho a su favor. Porque a largo término es aún menos costoso.
Pero volviendo a Barragán, estoy seguro que si hubiera diseñado un edificio en Toronto no hubiera hecho lo mismo que dibujaba en México. Además, esto lo decía Reyner Banham hace cuarenta años. No se puede hacer lo mismo en Tokio y en Tierra del Fuego.
-Por lo que se ve -de día y de noche-, la nueva esquina tiene detalles de avanzada no sólo en lo visual.
-En primer lugar, esta parcela exigía un tratamiento transparente. Si se compró esta esquina no era para cerrarla, sobre todo cuando da a dos plazas, porque la avenida 9 de Julio es prácticamente un parque. Por eso se impuso el uso de cristal aislante, lo que no resultará costoso ya que se estará cómodo en invierno y en verano.
La estructura que calculó el ingeniero Soubié fue resuelta con una ética inteligente, con limpieza y calidad. Además es el primer edificio en el mundo con esta iluminación de la fachada (que utiliza diversos colores con el uso de simples tubos fluorescentes). Ese procedimiento que aplicamos es más económico que las estructuras de hierro que soportan los carteles en el coronamiento de los edificios céntricos. Y más elegante.
Con la terminación de un edificio peculiar, el arquitecto Ott suma otro logro en una carrera que se realimenta con cada nueva experiencia.
UNa silueta diferente
Para un edificio no convencional
El edificio que se alza en la esquina de Cerrito y Marcelo T. de Alvear cumplió con el cronograma previsto. Se comenzó a construir en febrero de 1999 y tenía prevista su terminación en agosto de este año, lo que está dentro del cuadro pronosticado, ya que los trabajos se encuentran en su etapa final. El proyecto, con rasgos de difícil ejecución como grandes voladizos, planos inclinados en planta y en corte, un muro cortina de fachada que es único en el mundo por sus características, tuvo como ejecutora a una empresa constructora de larga experiencia: Hochtief SA.
También es destacable el diseño y cálculo estructural (realizado por el estudio de los ingenieros Soubié, Fernández y Asociados), con un esqueleto de losas sin vigas, un módulo de 7,50 por 7,50 metros y voladizos de formas triangulares.
Para la aislación térmica y acústica de los frentes vidriados se utilizaron termopaneles con perfiles de aluminio nacional (Aluar). Un sistema de iluminación interior de esas fachadas, de colores variables, dimerizado y computarizado, llama la atención de los transeúntes todas las noches.
Hay cuatro subsuelos con 80 cocheras y montaautos de última geneación y alta velocidad, un local comercial en la planta baja y diez plantas de oficinas de superficie variable con un penthouse en el piso once.