Arquitectos y estudiantes dieron el último adiós a Horacio Baliero
El jueves último, a las 15, el arquitecto y maestro Horacio Bucho Baliero falleció en su casa particular de Palermo Viejo, a los 76 años, donde se realizó el velatorio. Asistieron familiares, amigos, colegas, representantes de entidades profesionales y académicas y alumnos, que lo recordaron tanto por sus dotes de arquitecto como por su integridad humana y cultura intelectual.
Aunque padecía de una grave enfermedad detectada a mediados de 2003, esto no le impidió continuar con sus actividades favoritas: la arquitectura y la docencia. Junto con el arquitecto Fernando Jaime estaba construyendo una casa de campo, y el domingo último manifestó que quería "que empezaran ya las clases" en la FADU-UBA, donde era jefe de cátedra de Arquitectura I a V, desde la vuelta de la democracia.
En los años 50, cuando todavía era estudiante, formó el grupo OAM, que aportó al desarrollo de la corriente racionalista; ganó concursos internacionales y construyó obras como el Colegio de Nuestra Señora de Luján, en Madrid, y el Cementerio Israelita de Mar del Plata, y un museo público que quedó inconcluso en Costanera Sur. Además recibió el premio Konex 2002. En su obra se destacaron soluciones inteligentes con recursos simples y austeros, alejadas de cualquier moda pasajera. Antes de su partida, el mismo miércoles, Baliero había terminado de preparar el material para una publicación retrospectiva, coordinada con los arquitectos Ariel Bartolini y Esteban Urdampilleta.