45 años de Shakespear: historia con imágenes y personalidad
Un estudio caracterizado por proyectos de escala urbana y marcas privadas
El estudio Diseño Shakespear cumple 45 años de destacada trayectoria profesional y lo festeja con nuevos proyectos y el anuncio de la próxima edición del libro de su fundador, Ronald Shakespear, titulado Señal de Diseño-Una memoria de la práctica.
Para cualquier estudio de diseño del mundo cumplir 45 años de historia es un logro importantísimo, pero en la Argentina el valor aumenta por varias razones. En primer lugar, porque, de hecho, la historia del diseño gráfico en la Argentina se remonta a sólo unos pocos años antes. Los hermanos Raúl y Ronald Shakespear, fundadores del estudio hacia 1958, debieron abrirse camino a fuerza de mucho convencimiento, en un medio desacostumbrado y reticente a esta nueva idea de concebir la gráfica como proyecto. Sin embargo, Ronald Shakespear pudo darse el gusto de escribir como prólogo de su último anuario: "El diseño ha dejado de ser una alternativa. Hoy crear y mantener una imagen fuerte y memorable es fundamental en toda estrategia comercial".
La segunda razón de este gran festejo es la continuidad, algo tan difícil de mantener en un país con permanentes cambios políticos, económicos y culturales, que más de una vez amenazan con hacer zozobrar los proyectos más sólidos. Hoy Diseño Shakespear está dirigido por Ronald Shakespear en asociación con sus tres hijos: Lorenzo (diseñador gráfico), Bárbara (arquitecta) y Juan (diseñador industrial). Los cuatro forman el Equipo de Proyecto. Junto a ellos, ocho colaboradores manejan el área de documentación y administración: el arquitecto Fernando Strasser, la diseñadora gráfica Cecilia Bonefon, Joaquín Viramonte, Juan Hitters, Silvina De Gennaro, Raúl Beherán, Enrique Camarero y Juan Cerda.
Megaproyectos urbanos
La historia del estudio Shakespear se ha caracterizado por los grandes proyectos de escala urbana. La señalización de la ciudad de Buenos Aires, realizada en 1971 junto al arquitecto Guillermo Palito González Ruiz, fue el puntapié inicial de una larga lista de emprendimientos que transformaron definitivamente el paisaje visual urbano de la Argentina. Su sello propio se instaló en la ciudad a partir del uso de colores brillantes y de alto contraste; el manejo de un nuevo lenguaje visual enamorado de la síntesis y de las formas puras, y la imposición de la gran escala en los hitos y arquigrafía.
Buen ejemplo de esto son la señalización de los Hospitales Municipales (1978), que incorporó por primera vez las señales a la arquigrafía en interiores y fachadas; ExpoAmérica (1992), donde estas señales eran vectores volumétricos de más de tres metros de altura y un metro de espesor; subterráneos de Buenos Aires (1995), que elevó a la vía pública la gráfica y el color proyectados bajo tierra, y también Autopistas del Sol (1996); Tren de la Costa (1996); Parque de la Costa (1996); TBA (1997), y, más recientemente, el mobiliario urbano de la ciudad de Córdoba (2001) y el Parque Temaikèn (2002).
Sin embargo, el escenario urbano no sólo cambió a partir de los megaproyectos. Las marquesinas de tiendas, bancos, empresas de correos, AFJP, shoppings, y también las fachadas de museos, centros de exposiciones y hasta las canchas de fútbol, comenzaron a transformarse en potentes símbolos visuales, de gran reconocimiento, referentes indiscutibles de un nuevo concepto de ciudad.
La característica más notable de las marcas creadas por los Shakespear es su perdurabilidad. Un caso paradigmático es el de Harrods. El recordado isologo, con su verde característico, fue diseñado en 1975. La idea de unir el logotipo al isotipo (novedosa para la época) buscaba establecer un mayor dinamismo en los usos cotidianos de la marca. El recurso le confirió tal fuerza y solidez al signo que hoy, casi treinta años después, los responsables del nuevo emprendimiento que recuperará y aggiornará la famosa tienda porteña, decidieron mantener la marca como símbolo de una identidad inalterable.
Lo nuevo
El trabajo más reciente de Diseño Shakespear corresponde a una nueva etapa de expansión regional (ver recuadro). Se trata del proyecto de comunicación visual para el nuevo hipódromo de Maroñas en Montevideo, Uruguay.
A fines de junio volvió a abrir sus puertas este tradicional predio hípico, que pasó en 2002 a manos privadas. Maroñas Entertainment, es un nuevo complejo de alta tecnología que incorpora al juego tradicional, la alternativa de las apuestas electrónicas con enlaces a distintas agencias locales y extranjeras. El proyecto de recuperación del predio, a cargo del Estudio Manuel Herrera Lussich, incluyó la restauración de la antigua Villa Hípica y sus edificios históricos, el rediseño de las dos pistas principales con sus respectivas tribunas y palcos, dos grandes playas de estacionamiento, cafetería, restaurante y espacios para oficinas.
Diseño Shakespear fue convocado para realizar el proyecto de comunicación visual que incluyó la fisonomía corporativa y el sistema de señales del nuevo hipódromo. La identidad visual rescató como significante principal el nombre original del predio hípico, pero también puso énfasis en su nuevo enfoque comercial destinado al entretenimiento electrónico. Según explicaron sus autores, en el eje central del logotipo, la letra O fue reemplazada por el disco de llegada, el cual fue reforzado cromáticamente para aumentar su percepción visual. Por otro lado, "el isotipo del caballo enfatiza la libertad, la velocidad y la dinámica de la hípica".
El proyecto de señales estuvo centrado en la organización de un importante flujo de público en áreas externas y cubiertas. En el exterior, los diseñadores prefirieron el hormigón a la chapa para realizar los tótems y algunas señales de circulación. "El mayor enemigo de las señales de grandes espacios abiertos no es el vandalismo, sino la erosión producida por el sol, la lluvia y el viento", explicó Ronald Shakespear. Por eso la estructura de estas piezas volumétricas de concreto son las que contienen y resguardan las señales de chapa. En el interior, se generaron distintos sub-sistemas de señales que abarcaron las zonas públicas de circulación, de recreación y también las áreas privadas de oficinas.
Proyectos en el horizonte que asoma
Actualmente asociado al estudio de diseño australiano Tucker Design (dirigido por el reconocido Barry Tucker), Diseño Shakespear abrió recientemente un departamento dedicado al diseño corporativo y también de envases y de etiquetas para bodegas extranjeras, principalmente chilenas y australianas. Esta alianza formó parte de una nueva estrategia destinada a abrir nuevos canales comerciales en el exterior, una alternativa que se hizo para muchos indispensable luego de la devaluación. Si bien en la actualidad el estudio se encuentra realizando el diseño de nuevas piezas para el sistema visual de Metrovías (Subtepass y gráfica para el nuevo parque ferroviario), el último proyecto a gran escala del estudio también se realizó fuera del país. Se trata de un mega proyecto de comunicación visual, que incluyó la marca y el sistema de señales, para el nuevo hipódromo y centro de entretenimientos de Maroñas, en Uruguay.
Leer el espacio, destreza de cierta complejidad
Recopilación de artículos y conferencias
Ronald Shakespear prepara para septiembre el lanzamiento de su nuevo libro Señal de diseño -Una memoria de la práctica" (de editorial Infinito), que con introducción de Jorge Frascara recopila artículos periodísticos y conferencias producidas tanto en el país como en el exterior a lo largo de su extensa carrera. "Leer el espacio es una destreza de cierta complejidad -escribe Shakespear en la presentación- y su aprendizaje ha sido en mi caso casi un duro trabajo. Prueba y error." También se refiere y destaca el esfuerzo personal de muchos diseñadores de todo el mundo, que lograron instalar al diseño gráfico como parte del paisaje y la escala urbana. "También cuentan las batallas libradas -admite Shakespear en el libro- para hacer esas intervenciones posibles. La erosión de esa lucha por insertar la gráfica en el cemento ha sido la lucha de muchos, y al citarlos -Jock Kinneir, Leonardo, Raymond Loewy, Harry Beck, Alan Fletcher, George Nelson, entre otros-, lo hago con agradecimiento y admiración. Son muchos los que pavimentaron los caminos por donde hoy transitamos. Estoy en deuda con ellos."