Zaporiyia, un refugio para los ucranianos que huyen de la ocupación rusa
Iryna Tyshenko sujeta un pequeño dragón de juguete que hizo ella misma. Esta mujer de 35 años huyó de la línea del frente y de la ocupación rusa en el sur de Ucrania para refugiarse en la ciudad de Zaporiyia.
Fabricar peluches ayudó a su familia a mantener la mente despejada durante los largos meses de ocupación rusa en Jersón, en el sur de Ucrania.
"Nos salvó", reconoce Natalia Nelybyna, su madre, de 68 años.
La AFP habló con la familia pocas horas después de su llegada a Zaporiyia, una ciudad bajo control ucraniano a unos 250 kilómetros de su casa en Jersón.
Tras tres meses viviendo bajo la ocupación rusa, con escasa comida y sin acceso a internet ni conexión telefónica, Iryna decidió huir con su madre y su hija de 10 años, Veronika.
Las tropas rusas se hicieron con casi toda la región de Jersón en los primeros días de la invasión, lanzada el 24 de febrero.
La ciudad homónima de Jersón es una de las mayores que controla Moscú en Ucrania.
Las fuerzas ucranianas afirman haber lanzado una contraofensiva en esta región, reconquistando decenas de pueblos y atacando varios puentes en la zona para romper las cadenas logísticas rusas.
"Pedimos a la gente que se vaya. Las operaciones militares no pueden llevarse a cabo aquí sin que los civiles no corran riesgo", explicó el domingo el responsable ucraniano de Jersón, Yaroslav Yanushevich, desde el centro de desplazados de Jersón en Zaporiyia.
"Nos espera un invierno duro y necesitamos ayuda para salvarnos del frío y del enemigo, que seguirá aumentando la presión", afirmó, por su parte, la viceprimera ministra Iryna Vereshchuk.
Las autoridades ucranianas afirman en el último mes llegaron a Zaporiyia 24.000 habitantes de Jersón.
- "Tengo miedo" -
Durante la visita de Vereshchuk al centro de refugiados, una mujer con su perrito rompió a llorar.
"No llore", le respondió la viceprimera ministra, tomándola en sus brazos.
El centro, bautizado "Ia Kherson" ("Yo soy Jersón"), acoge a cientos de personas, que pueden dormir en las literas o descansar.
Anastasia Protasova, de 25 años, recuerda su vida durante la ocupación rusa en Jersón, donde afirma haber visto carteles con la inscripción "Rusia está aquí para siempre".
"Seguíamos encontrando cuerpos de civiles ahogados en el río. No sabíamos lo que iba a pasar. No sabíamos si seguiríamos con vida ese día", cuenta.
Responsables rusos anunciaron su intención de organizar un referéndum para anexionar Jersón a Rusia, como ya pasó con Crimea en 2014.
Esto empujó a muchos ucranianos a irse, según las autoridades de Kiev. Pero no es fácil salir de Jersón.
Antes de la guerra, el viaje entre Jersón y Zaporiyia apenas duraba 4 horas. Ahora, hay que contar un día entero. Incluso hay refugiados que pasaron varios días en los puestos de control rusos.
Kateryna, de 32 años, explica que los soldados hurgaron todas sus valijas y comprobaron ordenadores, discos duros y fotografías.
"Me hacían preguntas, querían saber por qué me iba. Les dije que porque tengo miedo", cuenta.
Los soldados respondieron, según ella: "¿De qué tiene miedo? Al contrario, no tocamos a la gente como usted. La protegemos".
"Me quedé en silencio porque tenía a mi hijo conmigo", añade.
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