Voluntarios llevan un rayo de luz a las ciudades españolas asoladas por las inundaciones
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Un gran número de voluntarios se unen a las labores de limpieza
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Algunos llevan alimentos y agua embotellada a las zonas más afectadas
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Otros ayudan a limpiar el barro y los escombros de calles y viviendas
Por Nacho Doce y Eva Máñez
PAIPORTA, España, 1 nov (Reuters) - Algunos acudieron armados con fregonas y cubos, picos o palas, otros llevaban botellas de agua potable y bolsas de comida. Miles de voluntarios de todas las edades, condiciones sociales y nacionalidades se presentaron el viernes en la Comunidad Valenciana para ayudar en las tareas de limpieza tras las catastróficas inundaciones que han causado la muerte de al menos 205 personas.
"A Paiporta, a ayudar", respondió un grupo de jóvenes que caminaban a paso ligero cuando se les preguntó a dónde se dirigían, refiriéndose a uno de los suburbios más afectados de Valencia, la tercera ciudad más grande de España.
"Donde haga falta", añadió uno de ellos. La muestra de solidaridad fue un destello en medio de la devastación causada por las inundaciones de esta semana, la catástrofe meteorológica más mortífera que ha sufrido el país en la historia moderna.
Las inundaciones han asolado las infraestructuras de Valencia, arrasando puentes, carreteras y vías férreas y han sumergido tierras de cultivo en una región que produce aproximadamente dos tercios de los cítricos españoles, como las naranjas, que el país exporta a todo el mundo.
Nuria, diseñadora de interiores, vino desde un suburbio lejano de la ciudad de L'Eliana para ayudar "a la gente con pico y pala y con todo lo que se pueda y con todo el corazón", dijo. Bart, un neerlandés que también vive en L'Eliana, dijo que le había conmovido la solidaridad mostrada por los numerosos voluntarios. "Es increíble, miles de personas que vienen desde Valencia, como un gran corredor de gente ayudando a las víctimas de este increíble desastre", dijo mientras se dirigía a ayudar.
Los alimentos traídos por algunos voluntarios estaban muy solicitados. "Es que aún no ha pasado lo peor. Porque ahora ni pueden traer comida, ni pueden traer nada. Lo único que son los camiones de emergencias, que a lo mejor te pueden traer algo de comer. (...) Pero que tienes que andar a lo mejor 15 o 20 kilómetros para ir a por una barra de pan", dijo Rafael López, de 59 años, que vive en un barrio próximo a Paiporta.
Reme Montero, de 59 años, dijo que quería ayudar a limpiar los pisos bajos que se habían inundado.
"Me he visto motivada por el desastre, porque toda mano es poca", dijo. "Hay mucho barro, hay que limpiar, a lo que me digan". El viernes por la tarde, las autoridades regionales agradecieron profundamente a los voluntarios en una publicación en la red social X, pero pidieron a la gente que se mantuviera alejada de las zonas más afectadas, diciendo que grandes multitudes de voluntarios podrían complicar el acceso de los servicios de emergencia. (Información de Nacho Doce, Eva Máñez y David Latona; escrito por Andrei Khalip; edición de Charlie Devereux y Helen Popper; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)