Una ceremonia de clausura distópica para los Juegos Olímpicos de París
Los Juegos Olímpicos de París se cerrarán el 11 de agosto con una ceremonia de baile y acrobacia que unirá emoción y distopía, según un fragmento del espectáculo al que pudo asistir la AFP.
La ceremonia tendrá lugar el 11 de agosto en el Estadio de Francia (la ceremonia de apertura se llevará a cabo a lo largo del río Sena el 26 de julio).
El director artístico de las ceremonias de los Juegos, Thomas Jolly, ya está ensayando junto a un centenar de bailarines y acróbatas desde hace una semana en un lugar confidencial de la región parisina.
El sitio de ensayos es al aire libre, oculto detrás de los árboles y lonas de varios metros de altura.
La música la escuchan los intérpretes mediante auriculares en sus oídos.
"Espero poder aportar emoción, admiración, y que todo tenga sentido", explica a los periodistas este director que utiliza varias veces la palabras "distopía".
- "Un monumento frágil" -
Los Juegos Olímpicos son "un monumento frágil", explica Jolly, que junto a su equipo ha imaginado un espectáculo que evoca el fin de esta cita deportiva, como si hubiera "desaparecido y alguien volviera para recrearlos en un futuro lejano".
Durante la corta secuencia que fue revelada a la prensa se podía ver a "viajeros provenientes de otro espacio que llegan a nuestra Tierra y descubren vestigios de la historia del olimpismo".
El espectáculo quiere aportar una reflexión sobre "las decisiones importantes para todos, para nuestro futuro en común, ya sea político, ecológico, todo lo que nos pueda amenazar", explica.
Jolly asegura que el espectáculo fue diseñado hace un año y medio, pero añade: "Creo que todos nos preguntamos en estos momentos sobre nuestro futuro en común".
Los artistas ensayan con camisetas y pantalones de gimnasia de color negro, pero se pueden entrever las letras del cuerpo de bomberos de París, que participa con 29 miembros.
Dos de esos bomberos, la caporal Sophia Benchouna y el lugarteniente Benjamin Guy, hablan con la prensa.
- Artes de la calle -
"No es nuestro trabajo habitual, pero estamos acostumbrados a trabajar en grupo, sabemos que lo vamos a lograr y que será un éxito", asegura Benchouna.
Y entre los acróbatas, Mohamed Keita también se muestra encantado por esta colaboración.
"Es genial trabajar codo a codo con estos bomberos que vienen del gimnasio. Hacen más o menos lo mismo que nosotros, un poco diferente, pero es un gran placer", sonríe este joven originario de Guinea.
Muchos artistas fueron reclutados de boca a oído.
"Es un espectáculo que se centró mucho en la acrobacia, en las artes de la calle. Es un entorno donde todos se conocen un poco", explica Johan Tonnoir.
"Conocemos toda la historia del espectáculo, que no podemos revelar", revela.
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