Un informe de la ONU alerta de que todo Malí está en riesgo yihadista salvo "una burbuja" en torno a Bamako
El dato se conoce en un momento en que varios países europeos, con Francia al frente, sopesan abandonar el país
MADRID, 7 Feb. 2022 (Europa Press) -
La amenaza yihadista en Malí, que comenzó su avance inexorable hace una década desde el norte aprovechando una nueva rebelión tuareg, se ha extendido ya a todo el territorio con la única salvedad de una pequeña "burbuja" en torno a Bamako, la capital, en un momento en que precisamente se está debatiendo la posible retirada de las tropas extranjeras, principalmente francesas, que participan en la lucha antiterrorista.
Según el último informe del comité de la ONU encargado de hacer seguimiento a las actividades de Al Qaeda y Estado Islámico a nivel mundial, al que ha tenido acceso Europa Press, las filiales de ambos grupos "han seguido avanzando en África" en el segundo semestre de 2021, periodo que evalúa el documento.
En el caso de África Occidental, y en particular el Sahel, donde operan el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, filial de Al Qaeda) y Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), estos grupos "han sabido aprovechar los agravios locales y la debilidad de la gobernanza para sumar cada vez más seguidores y recursos, a pesar de las divisiones y rivalidades internas".
De acuerdo con el informe del comité, que se encarga de recopilar y analizar la información que le brindan los distintos estados miembro de la ONU, varios de ellos han hecho saber que en Malí "está amenazada la propia capital, con una burbuja de seguridad que se limita ahora a un círculo de 40 kilómetros alrededor de Bamako".
Recomendaciones de francia y españa
Este dato es consistente con las recomendaciones de viaje que hace Francia para su antigua colonia, con un mapa que ha ido tiñéndose paulatinamente de rojo a medida que los yihadistas avanzaban desde el norte y se iban haciendo fuertes en el centro del país, además de extender su actividad a la vecina Burkina Faso y también al oeste de Níger.
El Ministerio de Exteriores galo alerta de que los yihadistas concentran su actividad principalmente en el norte y el centro pero también cabe la posibilidad de ataques en otros puntos, incluida la capital y sus alrededores, donde "la amenaza es particularmente elevada".
En este sentido, solo pinta de naranja en el mapa como "zona desaconsejada salvo imperativo" el sur de Malí, donde está también Bamako, mientras que el resto del país aparece en rojo, incluida la frontera con Costa de Marfil, al sur, al igual que la frontera con Mauritania, al oeste.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores español, en su última actualización de las recomendaciones de viaje sobre Malí, fechada el pasado noviembre, alerta de que "existe un serio riesgo de que se produzcan secuestros así como ataques terroristas en las regiones del norte y del centro y en todas las zonas fronterizas menos Guinea y Senegal" por lo que "se desaconseja totalmente el viaje a estas zonas".
En cuanto al resto, es decir, el sur y las fronteras con estos dos países, "el riesgo es menos elevado pero se ha de extremar la precaución y viajar solo por motivos imprescindibles", advierte el departamento que dirige José Manuel Albares. A Bamako se la considera una "zona de riesgo medio" si bien se apunta en este caso sobre todo a un problema de "criminalidad", citando robos de dinero y otros efectos de valor.
Pulso bamako-parís
Francia mantiene desde hace meses un duro pulso con la junta militar que gobierna Malí desde el golpe de Estado de agosto de 2020 y el nuevo autogolpe de mayo pasado, principalmente a raíz de que el presidente francés, Emmanuel Macron, anunciara en verano una reconfiguración de la 'Operación Barkhane', heredera de la 'Operación Serval' que en enero de 2013 logró frenar el avance yihadista hacia Bamako.
En las últimas semanas, la acritud había venido motivada por la denuncia de la presencia de mercenarios rusos del grupo Wagner en el país, algo que Bamako sigue negando rotundamente pero que tanto Francia como Estados Unidos aseguran haber confirmado en terreno.
En este contexto de cruce de declaraciones y reproches entre París y Bamako, el Gobierno de transición maliense decidió la semana pasada expulsar al embajador galo. Como consecuencia de ello, Francia ha adelantado que se va a replantear su permanencia militar junto a sus aliados y se ha dado de plazo dos semanas para tomar una decisión.
Entretanto, Dinamarca se vio forzada también a retirar al contingente que había enviado para la Fuerza 'Takuba', una misión de fuerzas especiales europeas que lidera Francia, después de que Bamako denunciara que no había obtenido permiso y Noruega ya ha adelantado que también retirará a sus efectivos de esta misión.
Por su parte, Alemania, que cuenta con más de 300 efectivos en EUTM Malí y más de 1.000 en la Misión de la ONU (MINUSMA), también ha hecho saber que está sopesando si mantiene dicha participación a la luz de los últimos acontecimientos.
Mientras, el Gobierno español se ha mostrado partidario de no actuar de forma apresurada habida cuenta de la amenaza para Europa que supone la violencia yihadista en Malí, y en el Sahel en su conjunto, y a la luz de la reciente experiencia en Afganistán.
En este sentido, fuentes diplomáticas señalaron la semana pasada a Europa Press que España, que actualmente es el principal contribuyente de EUTM Malí con más de 500 efectivos, "apuesta por un análisis realizado con la debida serenidad y objetividad" respecto al futuro de la misión de entrenamiento de la UE, que "tiene que ser decidido a nivel europeo".