Un 'think tank' cifra en al menos 6.000 los civiles muertos en los primeros 20 meses tras el golpe de Estado
El 'think tank' Peace Research Institute Oslo (PRIO) ha alertado este martes de que al menos 6.000 civiles han muerto en los primeros 20 meses que siguieron el golpe de Estado que tuvo lugar en Birmania en febrero de 2021, una cifra significativamente superior a la presentada por varias organizaciones internacionales, incluida Naciones Unidas.
"Nuestros datos muestran que el número de víctimas mortales es mayor que el registrado anteriormente y, si bien la junta es el principal causante, las fuerzas rebeldes también tienen las manos ensangrentadas", ha señalado el investigador de la organización, Stein Tonnesson, en un comunicado.
El PRIO ha indicado así en un informe que el Ejército, la Policía y las milicias afines a la junta son responsables de la muerte de más de 3.000 civiles entre febrero de 2021 y septiembre de 2022. En el mismo periodo de tiempo, los grupos contrarios a la junta mataron a unas 2.000 personas, mientras que otro millar murieron a manos de grupos no identificados.
Así, ha alertado de que la cifra total podría ser muy superior que la establecida hasta el momento y ha matizado que el estudio apunta a asesinatos políticamente motivados, que representa la "principal forma de violencia contra los civiles tanto en áreas urbanas como rurales".
"Esto es especialmente claro en ciudades (...) como Rangún y Mandalay", recalca el texto, que sostiene que al menos el 67 por ciento de las víctimas civiles fueron asesinatos perpetrados por motivos políticos.
En este sentido, cuatro regiones --Sagaing, Magway, Rangún y Mandalay--, han presenciado el mayor número de civiles muertos en los primeros seis meses tras el golpe de Estado. "El régimen militar prevé celebrar elecciones generales a finales de este año, por lo que el riesgo de que se produzca un aumento de la violencia es alto", ha apuntado el PRIO, que ha advertido de que ya se han registrado incidentes y amenazas contra funcionarios por parte de la junta.
"Los civiles en Birmania están a punto de enfrentarse a un aumento de la violencia. Existe un gran peligro de que se produzcan politicidios, con ejecuciones extrajudiciales. Esto debería hacer saltar todas las alarmas en Naciones Unidas y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN)", ha dicho Min Zao Oo, director del Instituto para la Paz y Seguridad de Birmania.
El informe hace un llamamiento a la ONU para que mejore su sistema de documentación de estos asesinatos contra civiles en Birmania de acuerdo a la resolución 2669 del Consejo de Seguridad y sin tener en cuenta la afiliación política de los presuntos responsables.
Esta resolución exige el cese de todas las hostilidades y aboga por la contención y reducción de tensiones. Además, pide a todas las partes del conflicto iniciar el diálogo para proteger a la población civil.
La junta militar al frente del Gobierno de Birmania ha endurecido la represión y, según la Asociación de Asistencia a Presos Políticos de Birmania (AAPP, por sus siglas en inglés), acumula ya 23.299 detenidos. Desde el golpe, más de 3.649 personas han muerto a manos de las fuerzas leales a las actuales autoridades, mientras que otras 4.331 han sido puestas en libertad, según estos datos.