Surfside rechaza reportes sobre demora en reparaciones
Un funcionario de Surfside arremetió el domingo contra la idea de que esa localidad de Florida fue la responsable de desacelerar los planes de la junta de condóminos para realizar reparaciones estructurales necesarias a un edificio que a la larga se desplomó, cobrando la vida de decenas de personas.
Después de que el diario Miami Herald reportó que el ayuntamiento tardó más de un mes en responder a los planes que presentó la administración del edificio en mayo, el administrador de la localidad, Andrew Hyatt, difundió un comunicado en el que asegura que los temas a discusión eran planes preliminares que no estaban relacionados con las obras estructurales ni versaban sobre los permisos para iniciar las reparaciones que requería el inmueble con el fin de ser recertificado por los 40 años de su construcción.
“Parecería que la Asociación de Condóminos de Champlain Towers South intentó atender una serie de asuntos fuera del ámbito de cualquier obra propuesta para la recertificación de 40 años”, tales como nuevos ductos de gas natural y mayor espacio de estacionamiento, señaló Hyatt. “Durante las comunicaciones entre el ayuntamiento y la asociación, ya fuera por teléfono o correo electrónico, no hubo indicio alguno de que esta propuesta requería de acción inmediata por parte de la localidad de Surfside”.
Los correos electrónicos a los que el Herald tuvo acceso en primera instancia muestran que el administrador del edificio se impacientaba cada vez más por la falta de respuesta del ayuntamiento respecto a los planes para incrementar el espacio de estacionamiento temporal con el fin de continuar con la reparación de una losa de concreto ubicada bajo la terraza de la piscina y de columnas dañadas en la cochera.
“Como estamos por licitar nuestro proyecto, necesitamos recibir respuesta a estas preguntas", escribió el administrador del edificio, Scott Stewart, a un funcionario de obras de la ciudad el 21 de junio, más de un mes después de la primera solicitud vía correo electrónico. ”Esto nos está retrasando y los costos están subiendo y (la recertificación por) los 40 años se acerca rápidamente".
Añadió: “¿Podríamos por favor recibir una respuesta para poder seguir avanzando?”
El ayuntamiento respondió con solicitudes de mayor información el 23 de junio, apenas 14 horas antes de que grandes secciones del edificio de 12 pisos cayeran unas encima de las otras, enterrando a residentes bajo escombros de concreto y metal retorcido. Hasta el momento se ha confirmado la muerte de 24 personas, y 121 más continúan desaparecidas.
Un portavoz de la junta de condóminos se negó a comentar.
Incluso sin la demora del ayuntamiento, se desconoce si ello habría representado alguna diferencia en el desenlace. La aprobación de solicitudes y permisos para ese tipo de obras podría haberse llevado más de un mes. Y a pesar de que los problemas estructurales que requerían reparación han sido analizados a profundidad, no se ha determinado definitivamente que hayan sido la causa del derrumbe.
El intercambio de correos electrónicos entre la administración del edificio y el ayuntamiento se dio luego de años de demoras en las reparaciones estructurales.
Los problemas del edificio salieron a la luz por primera vez en un reporte de inspección que una compañía de ingeniería presentó a la junta de condóminos en 2018. En el reporte se indicaba que se necesitaba reparar una losa de concreto que había sido colocada totalmente plana y no con cierta inclinación, lo que impedía el drenaje del agua y ello estaba causando un “importante daño estructural”.
El reporte de Morabito Consultants no advertía que el edificio estuviera en riesgo de venirse abajo. Y un funcionario de la ciudad le garantizó a la junta de condóminos poco después de emitirse el reporte que el condominio estaba “en muy buen estado”.
Otro posible factor que favoreció la demora fue el costo estimado de obras que presentó Morabito Consultants, el cual rebasaba los 9 millones de dólares.
Algunos propietarios protestaron, miembros de la junta dejaron su cargo, otros nuevos ocuparon su lugar y las reparaciones se postergaron. Cuando la nueva junta estuvo lista para iniciar las obras este año, el precio se había disparado a más de 15 millones de dólares, según una carta que la junta de condóminos envió a los propietarios en abril.
Al venirse abajo el edificio el 24 de junio, la administración ya había solicitado un crédito, se habían iniciado las obras en el techo y se había iniciado el proceso de licitación para las reparaciones estructurales, además de que algunos de los propietarios ya habían liquidado la totalidad de lo que les correspondía por los trabajos. Aquellos que eligieron realizar pagos fijos a lo largo de varios años tenían hasta el 1 de julio para realizar el primero.