Solar Orbiter superó su maniobra más peligrosa: atravesó con éxito la zona de nubes de desechos espaciales
La misión de la ESA finalizó con éxito su sobrevuelo a 460 kilómetros de la Tierra, traspasando sin problemas un cúmulo de escombros cósmicos
La misión de la ESA completó con éxito este fin de semana su sobrevuelo a solo 460 kilómetros de la Tierra, atravesando sin problemas nubes de desechos espaciales. Esta nave, lanzada en febrero de 2020, tiene como objetivo final obtener las imágenes más cercanas del Sol, las primeras vistas en primer plano de las regiones polares del Sol, medir la composición del viento solar y vincularlo a su área de origen en la superficie solar.
El paso más cercano de la Tierra de Solar Orbiter, misión en la que colabora la NASA, tuvo lugar el 27 de noviembre a las 04.30 UTC, a solo 460 kilómetros sobre el norte de África y las Islas Canarias. Esto es casi tan cercano como la órbita de la Estación Espacial Internacional.
La maniobra era esencial para disminuir la energía de la nave espacial y alinearla para su próximo paso cercano del Sol en marzo de 2022, pero conlleva un riesgo. La nave espacial tuvo que atravesar dos regiones orbitales, cada una de las cuales está poblada de desechos espaciales.
En su cuenta de Twitter, la misión informaba este 29 de noviembre que el sobrevuelo a través de las nubes de escombros espaciales había sido completado, dando paso al inicio de la principal actividad científica para la misión, con un acercamiento a 50 millones de kilómetros del Sol en marzo. Antes, la nave sobrevolará Venus, lo que proporcionará las mejores imágenes del Sol.
#ICYMI 🌍 460km #EarthFlyby through #spacedebris clouds completed this weekend! 😅⁰
— ESA's Solar Orbiter (@ESASolarOrbiter) November 29, 2021
✅ Cruise phase complete⁰
😎 Main science mission begins!⁰
🔜☀️ March '22: 50million km close solar pass⁰
🔜🟠Regular #VenusFlyby to give us best views of the #Sun! https://t.co/3hdhRCkWLj pic.twitter.com/DcAsomKpK2
El sobrevuelo de la Tierra ofreció una oportunidad única para estudiar el campo magnético del planeta. Este es un tema de gran interés porque el campo magnético es la interfaz de nuestra atmósfera con el viento solar, esta “brisa” constante de partículas emitidas por el Sol. Las partículas del viento solar no solo pueden penetrar el campo magnético y provocar la aurora en nuestros cielos, sino que los átomos de nuestra atmósfera también pueden perderse en el espacio.
Al respecto, la misión adelanta que los datos tomados fueron excelentes y que se están procesando los datos de alta resolución. El sobrevuelo marcó un hito importante para Solar Orbiter. Desde su lanzamiento en febrero de 2020 hasta julio de ese año, la nave espacial estuvo en su fase de puesta en servicio, durante la cual los científicos e ingenieros probaron la nave espacial y sus instrumentos.
Desde julio de 2020 hasta ahora, Solar Orbiter estuvo en la fase de crucero. Durante este tiempo, los instrumentos in situ estuvieron tomando medidas del viento solar y otras condiciones alrededor de la nave espacial, mientras que los instrumentos de teledetección diseñados para mirar al Sol estuvieron en su modo extendido de calibración y caracterización, informa la ESA.
Sin embargo, ahora es el momento de comenzar a operar los dos conjuntos de instrumentos juntos a medida que la misión pasa a la fase científica principal, y la anticipación es palpable. En marzo, Solar Orbiter hará su segundo paso cercano al Sol, llamado perihelio. Su primer perihelio tuvo lugar en junio de 2020, y la nave espacial se acercó a 77 millones de kilómetros. Esta vez, Solar Orbiter se acercará a 50 millones de kilómetros, lo que proporcionará un impulso significativo a la ciencia que se puede hacer.
Esto incluye nuevas vistas de las enigmáticas “fogatas” que Solar Orbiter vio en el primer perihelio. Las fogatas podrían contener pistas sobre cómo la atmósfera exterior del Sol tiene una temperatura de millones de grados, mientras que la superficie tiene una temperatura de miles, lo que aparentemente desafía la física porque el calor no debería poder fluir de un objeto más frío a uno más caliente.