¿Redes sociales protegen lo suficiente a los adolescentes?
A medida que aumentan las inquietudes en torno a los efectos nocivos que pueden tener las redes sociales en los adolescentes, plataformas como Snapchat, TikTok e Instagram incorporan medidas que, dicen, harán esos servicios más seguros y apropiados para esa edad. Pero esas novedades rara vez lidian con el problema de fondo: los algoritmos que generan contenido que puede arrastrar a cualquiera, no solo los adolescentes, a sitios peligrosos.
Las herramientas en cuestión ayudan en cierta medida. Por ejemplo, impiden que desconocidos envían mensajes a los chicos. Pero también comparten serias falencias, empezando con el hecho de que los adolescentes pueden burlar las restricciones si mienten acerca de su edad. Las plataformas, por otro lado, dejan la vigilancia en manos de los padres. Y hacen poco o nada por vetar el material inapropiado o nocivo generado por algoritmos que pueden afectar el bienestar mental y físico de los adolescentes.
“Estas plataformas saben que sus algoritmos pueden a veces magnificar el contenido dañino y no toman medidas para impedirlo”, sostuvo Irene Ly, consejera sobre temas de privacidad de la organización sin fines de lucro Common Sense Media. Cuanto más tiempo se pasan en la internet los adolescentes, más se enganchan, y cuanto más enganchados, más dinero les generan a las plataformas, manifestó. “No creo que tengan muchos incentivos para cambiar eso”.
A título de ejemplo, considere lo que pasa con Snapchat, que el martes presentó nuevos controles para los padres a partir de lo que llama un “Centro Familiar”, una herramienta que permite a los padres ver a quiénes envían mensajes sus hijos, aunque no su contenido. Un detalle: tanto padres como hijos tienen que inscribirse en el servicio.
Nona Farahnik Yadegar, directora de políticas sobre la plataforma y de impacto social de Snap, dice que es como cuando los padres quieren saber con quién sale su hijo.
Si los chicos se van a la casa de un amigo o se encuentran con amigos en un centro comercial, señaló, los padres preguntan “¿con quién te vas a ver?” o “¿de dónde se conocen?”. La nueva herramienta, acotó, “permite a los padres tener ese tipo de conversaciones, preservando la privacidad y la autonomía del adolescente”.
Estas conversaciones son importantes, según los expertos. En un mundo ideal, los padres tendrían charlas constantes con sus hijos sobre las redes sociales y sobre los peligros latentes en la internet. Pero muchos chicos usan una cantidad sorprendente de plataformas, todas las cuales evolucionan constantemente, y los padres difícilmente tengan conocimientos suficientes como para manejarse con soltura en ese mundo, de acuerdo con Josh Golin, director ejecutivo de Fairplay, una organización que vela por los niños en la internet.
“Sería mucho mejor exigir a las plataformas que tomen medidas en lugar de aumentar la carga de padres que ya están sobrecargados”, dijo Golin.
Los nuevos controles, agregó, tampoco resuelven los numerosos problemas que tiene Snapchat. Desde el hecho de que los chicos pueden mentir acerca de su edad hasta el “uso compulsivo” que alienta la plataforma. Tampoco ayuda el que los mensajes desaparezcan al poco tiempo, lo que facilita el “cyberbullying”.
Farahnik Yadegar dijo que Snapchat ha tomado “firmes medidas” para evitar que los chicos digan que tienen más de 13 años. Quienes sean pillados mintiendo acerca de su edad, serán expulsados de la plataforma de inmediato.
Incluso los chicos que son mayores de 13 mienten sobre su edad, exagerándola, y se les da una oportunidad de corregirla.
Detectar esas mentiras no es sencillo, pero las plataformas tienen varias formas de hacerlo. Si los amigos de un chico son todos menores, es previsible que él haya exagerado su edad. Las empresas usan la inteligencia artificial para detectar incongruencias. Los intereses que expresa un usuario también pueden revelar su edad verdadera. Y los padres pueden pillar a sus hijos mintiendo sobre su edad si tratan de activar los controles de que disponen y no encuentran a su hijo al colocar su edad verdadera.
En marzo, los procuradores generales de varios estados pusieron en marcha una investigación de TikTok a nivel nacional para estudiar el posible impacto nocivo de la plataforma en la salud mental de los chicos.
TikTok es la aplicación más popular entre los adolescentes de Estados Unidos, según un informe difundido el miércoles por al Centro de Investigaciones Pew, que encontró que el 67% usan la plataforma china. La empresa dice que promueve experiencias acordes con la edad del usuario y dice que algunos servicios, como los mensajes directos, no están disponibles para los más jóvenes. Afirma que hay una herramienta que permite vigilar el tiempo que un chico pasa en la plataforma y lo que ve.
Pero hay quienes dicen que estas medidas no bastan.
“Es fácil para los chicos sortear estos controles y hacer lo que quieran”, dijo Ly, de Common Sense Media.
Instagram, propiedad de Facebook y de la casa matriz Meta, es la segunda aplicación más popular entre los chicos, de acuerdo con el Pew. El 62% la usan, seguida por Snapchat, con el 59%. Solo el 32% dijo usar Facebook, comparado con el 71% del 2014 y el 2015.
El año pasado, la ex empleada de Facebook Frances Haugen reveló que la red sabía que los algoritmos que emplea contribuían a los trastornos metales de muchos niños que usan Instagram, sobre todo mujeres.
Esa revelación hizo que se tomasen varias medidas, pero Ly dijo que “le dan vueltas al asunto, sin atacar las raíces”.