Encuentran evidencia de lepra en un cráneo de 200 años hallado en una isla deshabitada del Caribe
Los registros históricos sugieren que ese lugar podría haber sido destinado a aislar a los enfermos a principios del siglo XIX
Un cráneo desenterrado en una isla caribeña deshabitada es un hallazgo raro, ya que es uno de los pocos ejemplos de lepra identificados en un esqueleto en el hemisferio occidental. Y es el único que fue datado directamente usando radiocarbono, analizando un fragmento de la muestra en lugar de estimar una edad usando artefactos o materiales cercanos. Los huesos son de finales del siglo XVIII o principios del XIX, informa un equipo dirigido por el arqueólogo de la Universidad de Oregon Scott Fitzpatrick.
El equipo detalló sus hallazgos en un artículo publicado en línea en la revista International Journal of Paleopathology. El espécimen fue encontrado en Petite Mustique, una escarpada isla deshabitada. Los registros históricos sugieren que la isla podría haber sido el sitio de una leprosería a principios del siglo XIX, cuando se aislaba a las personas con lepra para prevenir la propagación de la enfermedad.
“Hay una serie de casos bastante conocidos en el Caribe y el Pacífico donde islas más pequeñas se utilizaron como lugares para segregar a las personas con lepra, como Molokai en Hawai”, dijo en un comunicado Fitzpatrick, quien también es el director asociado de investigación del Museo de Historia Natural y Cultural.
Pero aunque la lepra se documentó en el Caribe a través de pruebas escritas a partir de mediados del siglo XVII, esos informes fueron incompletos. Los arqueólogos encontraron escasa evidencia esquelética de la enfermedad que podría ayudar a rastrear su patrón de propagación. Este nuevo hallazgo se suma a esa imagen. La lepra causa una desfiguración dramática de las manos, los pies y la cara, y esos cambios se manifiestan en los huesos. Nelson determinó que la persona tenía lepra basándose en el patrón de deformación esquelética en la nariz y la mandíbula superior del cráneo.
La enfermedad se propaga a través del contacto cercano prolongado con alguien que está enfermo, pero “el hecho de que la lepra también puede provocar una desfiguración notable de las manos, los pies y, en particular, la cara la convirtió en una enfermedad muy aterradora y probablemente precipitó medidas para aislar a las personas con lepra”, concluyó Nelson.