Rafael Nadal cae en la Copa Davis: 'Ha sido un día emotivo"
MÁLAGA, España (AP) — Rafael Nadal mordió su labio inferior y fijó la mirada en las gradas cuando junto a sus compañeros del equipo de España de la Copa Davis escuchó el himno nacional el martes antes de lo que el zurdo de Mallorca — y todos los presentes — sabían que podría ser el último partido de su carrera, una derrota 6-4, 6-4 ante el neerlandés Botic van de Zandschulp.
Pero el campeón de 22 Grand Slams reconoció después que el momento le desbordó: “Ha sido un día emotivo, puede que sea mi último individual, así me he sentido".
“Por supuesto que las emociones con el himno nacional por última vez han sido muy especiales”, añadió al admitir que sintió nervios en medio de los rugidos de sus compatriotas.
“Un poco de sentimientos encontrados, lo ha hecho más difícil”, indicó Nadal.
Y aunque España logre derrotar a Holanda en los cuartos de final al mejor de tres partidos, Nadal dijo que si él fuera el capitán del equipo, “no me pondría el próximo día” para las semifinales tras su actuación contra van de Zandschulp, el número 80 del mundo.
“Probablemente, viendo que la decisión de ponerme hoy no ha funcionado, el movimiento fácil y quizás correcto es cambiar”, señaló Nadal con una sonrisa. “Yo lo pienso así”.
Al menos estaba de humor para bromear después de que el resultado acabó su racha de 29 victorias consecutivas en individuales de la Copa Davis. La única otra mancha en su récord, que estaba en 29-1 al entrar el martes, ocurrió en su debut en 2004.
“Probablemente, ha sido mi último partido. Si nada raro pasa, perdí mi primer partido de Davis y pierdo el último. Se cierra el círculo”, dijo Nadal, cuya esposa e hijo estaban en las gradas.
El mallorquín de 38 años anunció el mes pasado que la Davis sería el punto final de su carrera como tenista profesional después de dos años de lesiones que le permitieron competir esporádicamente.
La derrota de Nadal levantó el telón del cruce entre España y Holanda. Fue seguido por la victoria de Carlos Alcaraz, número 3 del mundo, por 7-6 (0), 6-3 sobre Tallon Griekspoor, el 40mo del ranking. Nadal animó desde el costado de la cancha.
Empatados 1-1 después de los individuales, la serie se decidiría con el partido de dobles.
Alcaraz y Marcel Granollers enfrentaban a Van de Zandschulp y Wesley Koolhof para terminar el día. Así que dependía de los compatriotas de Nadal intentar extender su carrera. Si Holanda gana, Nadal se despide.
“Es increíble que pueda ser el último partido que juegue Nadal”, dijo el capitán holandés Paul Haarhuis previo al inicio de la serie. “Y esperamos darle un bonito ‘adiós’”.
Cuando el partido terminó —con Nadal moviéndose hacia su izquierda pero sin poder colocarse en la posición adecuada y enviando un revés a la red— caminó hacia la red para un rápido abrazo con su oponente.
“Fue un partido muy duro de jugar”, dijo van de Zandschulp, señalando que idolatraba a Nadal mientras crecía.
En ciertos aspectos, y por breves intervalos, este fue, inequívocamente, el Nadal que van de Zandschulp — y tantos otros — recuerdan. La cinta blanca en la cabeza, marcada con el logo del toro rojo que Nadal hizo famoso. La cinta blanca envuelta alrededor de los cuatro dedos de su mano izquierda, que sostiene la raqueta. Las botellas de agua junto a su banquillo, colocadas en orden.
Clavó el ocasional ace en la raya. La ocasional incursión de saque y volea en la red. El ocasional martillazo por encima del hombro. Y, sí, el ocasional salto al gritar un ”¡Vamos!” después de ganar un punto clave o cerrar un juego.
Pero también, para disgusto de Nadal y de la mayoría de los 9.200 espectadores, se vieron varios puntos donde parecía lo que realmente es ahora: un jugador mermado por el paso de la edad y las lesiones.
Su revés no siempre tuvo el mismo efecto devastador: sus 10 golpes ganadores desde el fondo fueron apenas la mitad de los 19 de van de Zandschulp. Su juego de pies y velocidad estuvo lejos de ser el ideal, en cierta media responsables de sus 26 errores no forzados.
Nadal simplemente no pudo dar lo mejor de sí, sin importar cuántos cánticos de ”¡Ra-fa!” o ”¡España!” o ”¡Sí, se puede!” resonaron en la arena.
“En este momento de mi carrera no me puedo quejar mucho", manifestó Nadal. "Pero no ha salido bien”.
Esta versión de Nadal viene de problemas de cadera, incluyendo una cirugía en junio de 2023, y problemas abdominales que combinados le limitaron a apenas 23 partidos en los últimos dos años. Tuvo una marca de 12-8 en individuales en 2024.
El partido contra van de Zandschulp — quien sorprendió a Alcaraz en el más reciente Abierto de Estados Unidos — fue el primer partido competitivo de Nadal desde principios de agosto en los Juegos Olímpicos de París. Allí perdió en la segunda ronda de individuales ante Novak Djokovic y cayó en los cuartos de final de dobles junto a Alcaraz.
Nadal y Alcaraz —a los 21 años, un campeón de cuatro grandes que es señalado como su heredero en España— practicaron juntos horas antes del inicio de la jornada.
La antesala de esta Copa Davis se enfocó en recuerdos y homenajes a Nadal, incluida una larga publicación en redes sociales de su rival y amigo Roger Federer.
Nadal será recordado por siempre por sus rivalidades con Federer y Djokovic como parte de los “Tres Grandes” del tenis masculino, un trío de talentos generacionales que dominaron el deporte durante gran parte de las últimas dos décadas.
Federer, ahora de 43 años, anunció su partida en 2022. Djokovic, de 37 años, sigue activo.
Los tres eran talentosos. Los tres tuvieron éxito. Los tres eran populares.
El atractivo de Nadal para los aficionados era tanto cómo jugaba en la cancha como la humildad que mostraba fuera de ella, lo que podría explicar por qué incluso había aficionados vistiendo el naranja que representa a Holanda que aplaudieron cuando fue presentado.
“Cuando escuchamos la noticia de que Rafa se retiraba, esto realmente se convirtió en algo especial, una oportunidad para ver al mejor deportista en la historia del país”, dijo Luis Julve, un estudiante universitario de 19 años que viajó desde Madrid con su madre y su tía.
Ellos y otros locales expresaron su amor una y otra vez, desde la estruendosa ovación de pie que recibió la entrada de Nadal a la cancha hasta la repetición después de la conclusión del partido. En un ejemplo de la ventaja de jugar en casa que se ve frecuentemente en este torneo de equipos — un alboroto propio del fútbol que la sobriedad típica del tenis — abuchearon y silbaron cada vez que el contingente de aficionados holandeses en una pequeña sección del nivel inferior intentó ofrecer ánimo a su jugador.
Nadal no pudo salir adelante esta vez.
“He intentado hacerlo lo mejor posible en pista, estar todo lo positivo que pudiese y con la energía correcta”, señaló Nadal. “No ha sido suficiente. Botic ha sido mejor que yo y enhorabuena a él”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.