Policía indonesio encarcelado por tragedia en estadio de fútbol
Un tribunal de Indonesia condenó este jueves a 18 meses de cárcel a un policía por negligencia en la estampida que dejó 135 muertos en un estadio de fútbol en octubre de 2022.
Hasdarmawan (como muchos indonesios tiene un solo nombre), comandante de la unidad de brigada móvil de la policía de Java Oriental en el momento de la tragedia, fue inmediatamente encarcelado.
"El tribunal condena al acusado, Hasdarmawan, a un año y medio de prisión", declaró el juez Abu Achmad Sidqi Amsya ante el tribunal de Surabaya, capital de Java Oriental.
"El acusado falló al predecir una situación que era de hecho bastante fácil de anticipar. Había la opción de no disparar (gas lacrimógeno) para responder a la violencia de los aficionados", agregó.
La fiscalía había solicitado tres años de cárcel.
Hasdarmawan, que dispone de siete días para apelar, negó que hubiera ordenado a sus subordinados el lanzamiento de gas lacrimógeno hacia los aficionados.
En octubre pasado, una estampida en el estadio de la ciudad de Malang provocó la muerte de 135 personas, incluidos más de 40 niños, tras una derrota del equipo local Arema FC contra sus rivales de Persebaya Surabaya.
Se trata de una de las peores tragedias de la historia en un estadio de fútbol.
Cuando los aficionados invadieron el césped del estadio Kanjuruhan, la policía disparó gases lacrimógenos contra las gradas, provocando una mortífera estampida.
Otro policía, Bambang Sidik Achmadi, acusado de ordenar el uso de gases lacrimógenos, fue absuelto por el tribunal porque los cargos "no fueron probados".
La semana pasada, la justicia condenó a 18 meses de cárcel al jefe del comité organizador del partido, Abdul Haris, y a un año al responsable de seguridad, Suko Sutrisno.
El antiguo director de la empresa que gestiona la primera división de Indonesia también figura como sospechoso y está bajo investigación.
La tragedia de octubre obligó a las autoridades indonesias a enfrentar los fallos en varios aspectos del deporte doméstico, lastrado durante años por precarias infraestructuras, mala gestión y violencia.
El presidente indonesio, Joko Widodo, ordenó una investigación y prometió demoler y reconstruir el estadio siguiendo los estándares de la FIFA.
El órgano especial de investigación del suceso pidió la dimisión de todo el comité ejecutivo de la asociación de fútbol de Indonesia, pero sus miembros se niegan a hacerlo.
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