Pedro Sánchez defiende al Gobierno español ante nuevas acusaciones de corrupción
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, afirmó este jueves que el suyo es un Ejecutivo "limpio", ante nuevas acusaciones de corrupción que llevaron a la oposición de derecha a amenazar con una moción de censura para desalojarlo del poder.
"Este Gobierno, mi Gobierno, es un Gobierno limpio", aseveró ante periodistas el dirigente socialista a la salida del Congreso, que aprobó un paquete fiscal de su Ejecutivo.
Sánchez reaccionó a la declaración ante un juez del empresario Víctor de Aldama, uno de los presuntos cabecillas de una trama de corrupción por la que está investigado un exministro y exhombre de confianza de Sánchez, José Luis Ábalos.
Según la prensa española, Aldama, quien se encuentra en prisión provisional por otro caso, confesó sobornos a Ábalos y otros altos directivos socialistas y afirmó que el propio Sánchez pidió conocerlo, por lo que fue a un evento donde conversó y se fotografió con el presidente del Gobierno.
"Las declaraciones de un presunto delincuente que está en prisión preventiva, que ha salido para testificar" ante un juez "me merece el crédito que tiene: Ninguno", dijo Sánchez, quien afirmó que tendrá que ser Aldama "quien pruebe esas insinuaciones y esas acusaciones".
"Yo, desde luego, le puedo garantizar que estamos tranquilos porque (...) todo lo que ha dicho este señor es categóricamente falso", subrayó Sánchez, quien anteriormente había asegurado que no conocía a Aldama.
Las declaraciones del empresario llevaron a Alberto Núñez Feijóo, jefe del Partido Popular (PP), principal formación de derecha, a decir de Sánchez que si tuviera "un mínimo de decencia" debería "dimitir, marcharse y dejar en paz a los españoles".
Feijóo admitió que actualmente la derecha no cuenta con los respaldos suficientes en el Congreso para aprobar una moción de censura que desaloje a Sánchez del poder, pero invitó a "alguno de los socios" de Sánchez a respaldar a su partido para "abrir una nueva etapa".
Pero para poder ganar una moción de censura, el PP necesitaría además de los votos de la extrema derecha de algún partido nacionalista o independentista regional, una combinación que en principio se antoja muy complicada.
Sánchez, que llegó al poder por primera vez a mediados de 2018 gracias a una moción de censura que sacó del poder a la derecha, dijo tener "máximo respeto" por la iniciativa de la derecha, pero hizo referencia a su falta de votos para llevarla a cabo.
"La debilidad parlamentaria es la de aquellas formaciones políticas que no son capaces de armar mayorías", dijo.
El Gobierno de Sánchez también se ha visto desgastado por otro caso judicial, el de su esposa, Begoña Gómez, investigada por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios, sospechosa de haber aprovechado el cargo de su marido para conseguir favores de empresas.
Du/mdm/mb