Países de la UE prevén aprobar importantes aranceles a automóviles eléctricos chinos
Los países de la Unión Europea (UE) tienen previsto dar este viernes su luz verde a la adopción de unos importantes aranceles a automóviles eléctricos chinos, una iniciativa que ha resquebrajado la unidad del bloque.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, adelantó en julio que impondría fuertes aranceles provisionales a importantes fabricantes chinos, por sospechas de que esas firmas se benefician de ayudas estatales.
La idea es aplicar aranceles de hasta el 35% a esos automóviles producidos en China, que se sumarían a los aranceles actuales de 10%.
China tachó la medida de "proteccionista" y advirtió que esta iniciativa podría derivar en una guerra comercial.
Estos aranceles se tornarían definitivos en un plazo de cinco años a partir del 31 de octubre, pero ahora los Estados miembros del bloque europeo deberán dar su opinión en una votación, prevista para este viernes en la mañana.
La iniciativa, sin embargo, se topa con la oposición de Alemania, España, Eslovaquia y Hungría, pero fuentes diplomáticas aseguraron a AFP que no hay suficientes países en contra como para frenarla.
Las normas de la UE estipulan que para detener los aranceles adicionales de la comisión es necesario el voto de al menos 15 Estados que representen al 65% de la población del bloque..
Se espera que Francia, Italia y Polonia, así como los Estados bálticos, respalden los aranceles.
Canadá y Estados Unidos han impuesto en meses recientes aranceles mucho más elevados, del 100% , a las importaciones de automóviles eléctricos chinos.
- Divisiones internas -
La idea de esta tasa ha enfrentado a Francia y Alemania, las dos mayores economías del bloque.
Francia, de un lado, sostiene que la medida es necesaria para nivelar la competencia, pues los fabricantes de automóviles de la UE están en clara desventaja frente a sus competidores chinos.
Sin embargo, Alemania, reconocida por su fuerte industria automotriz -y cuyos mayores fabricantes, incluidos BMW, Volkswagen y Mercedes, han invertido fuertemente en China-, advirtió que la UE debe evitar perjudicarse a sí misma y pidió que continúen las negociaciones con las autoridades chinas.
Hungría también ha manifestado abiertamente su oposición a la idea, al punto que el ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, describió esta semana esa iniciativa como una propuesta "peligrosa", por lo que Budapest votaría en contra.
China, a su vez, ha amenazado con tomar represalias contra los aranceles y ha iniciado investigaciones sobre el brandy, los lácteos y los productos porcinos importados desde países europeos.
El gigante asiático intentó detener la iniciativa e insistió en resolver el problema a través del diálogo, pero hasta ahora las conversaciones no han logrado conducir a un acuerdo que satisfaga a ninguna de las partes.
La Comisión Europea ha reiterado que cualquier arancel podría eliminarse si China aborda las preocupaciones de la UE.
Las tensiones comerciales entre China y la UE no se limitan a los coches eléctricos: el bloque abrió investigaciones sobre subsidios chinos a paneles solares y turbinas eólicas.
La UE enfrenta una tarea difícil, ya que debe equilibrar la defensa de su industria de tecnologías limpias y la inversión en la transición verde, pero sin desatar una guerra comercial con China.
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