obispo católico expulsado de nicaragua llega a guatemala entre presiones contra religiosos
(Actualiza con información gobierno Guatemala, cita y detalles)
Ciudad de méxico, 14 nov (reuters) - el presidente de la conferencia episcopal de nicaragua, carlos herrera, fue expulsado del territorio nicaragüense y enviado a guatemala, a donde llegó el jueves, confirmó a reuters la oficina de presidencia del país centroamericano, en medio de presiones contra religiosos.
Monseñor Herrera, de 75 años, fue recibido en la Casa Provincial de Frailes Franciscanos, orden a la cual pertenece el clérigo, de acuerdo a las publicaciones de la prensa en Nicaragua y fuentes allegadas a la iglesia Católica.
"Sí, ingresó hoy al país, no bajo la figura de asilado", dijo a Reuters la secretaría de Comunicación de la presidencia en Guatemala, sin dar más detalles sobre las condiciones en que llegó el obispo al país.
Más temprano, Martha Molina, denunció que Herrera sufrió "persecución por parte de la dictadura, a través del comisionado de policía Horacio Rocha", actual asesor presidencial de asuntos de seguridad, y del alcalde sandinista de Jinotega, Leónidas Centeno.
El Gobierno de Nicaragua no ha confirmado la expulsión de Herrera. Autoridades de Jinotega no respondieron de inmediato a solicitudes de información de Reuters sobre las acusaciones hechas por Molina.
El motivo aparente para el destierro, explicó la abogada, fue porque el domingo el obispo se quejó por el escándalo con altavoces que hacían personas allegadas a la alcaldía de Jinotega cerca de la catedral donde él estaba oficiando misa.
Manuel Salazar, jefe de la Diócesis de Tilarán-Liberia, en el norte de Costa Rica, criticó con un mensaje en Facebook la expulsión del obispo y dijo "¡Que la Inmaculada Concepción aplaste la cabeza de la vieja serpiente!"
Con Herrera, que durante las protestas de 2018 abogó por numerosos jóvenes arrestados por la policía en Jinotega y gestionó su libertad, suman tres obispos expulsados por el Gobierno sandinista desde enero.
En el mismo periodo también han sido denunciados casos similares contra decenas de sacerdotes y monjas, así como contra pastores evangélicos. El presidente Daniel Ortega ha acusado a la iglesia Católica de apoyar a la oposición e incluso ha llamado "demonios" a varios de sus obispos católicos. (Reporte de Gabriela Selser; Reporte adicional de Sofía Menchú en Guatemala y Álvaro Murillo en Costa Rica; Editado por Lizbeth Díaz)