Ministra brasileña en COP29: "los 'regalos de Dios'" energéticos deben ser consumidos con moderación
Los países que gozan de "regalos de Dios" energéticos deben ser moderados en su consumo, declaró este miércoles la ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, en la COP29.
La ministra respondió así a la declaración en la apertura de la cumbre climática de Bakú que formuló el presidente de Azerbayán y anfitrión, Ilham Aliev.
Los hidrocarburos son "un regalo de Dios" y "no se debe culpar a los países por tenerlos ni por llevar estos recursos al mercado, porque el mercado los necesita", dijo Aliev.
"Dios nos da regalos, pero siempre nos pide que seamos muy moderados. Por ejemplo, si consumimos mucho azúcar, seguro que acabaremos diabéticos", declaró la ministra en rueda de prensa.
Brasil es el principal productor petrolífero de América Latina, con unos 3,5 millones de barriles al día, y como Azerbaiyán, no renuncia a explotar sus recursos, aunque considera que eso es compatible con sus objetivos climáticos.
Brasil presentó este miércoles ante la ONU su nueva contribución nacional de reducción de gases de efecto invernadero (NDC por sus siglas en inglés).
De aquí a 2035 el gigante sudamericano planea reducir entre un 59% y un 67% sus emisiones respecto a 2005.
Eso representa una reducción de entre 1,51 a 1,71 gigatoneladas equivalente a CO2, según esas cifras oficiales.
"Estamos contribuyendo para liderar con el ejemplo y, con ello, ayudar a alentar a que otros países tengan metas igualmente ambiciosas. Somos un país en desarrollo" explicó la ministra.
La COP29 cerró este miércoles una cumbre de líderes a la que acudieron decenas de jefes de Estado y de gobierno, pero el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva no pudo acudir, tras una reciente caída en su domicilio.
En su lugar acudió el vicepresidente Geraldo Alckmin.
Brasil acoge el año que viene en Belém la COP30.
Los expertos del clima acogieron con reservas este nuevo NDC de Brasil, a pesar de que el país se compromete también a lograr la "deforestación cero".
"Queremos llegar a la deforestación cero en 2030" aseguró Silva.
El objetivo propuesto por el gobierno brasileño equivale, en términos absolutos, a una reducción de emisiones para alcanzar entre 850 millones y 1.050 millones de toneladas de gas carbónico en 2035.
Pero esa franja no es compatible con el objetivo mundial de mantener el aumento de la temperatura media del planeta en +,15 ºC, según el Observatorio del Clima, una entidad independiente brasileña.
"El NDC ni siquiera se equipara con la ambición a la que Brasil se había comprometido", según esa entidad.
Además, Brasil cuenta con sus propios planes de expansión de la explotación petrolífera, recordó el Observatorio.
Jz/mb