Los vecinos de la reina Isabel II se preparan para el último adiós: "Windsor es su casa"
La víspera del funeral de Isabel II, turistas y británicos de luto ponen rumbo al Castillo de Windsor, "donde le gustaba estar", para presentar sus respetos y conseguir recuerdos de la difunta monarca.
Las ventas de los 'souvenirs' se han disparado desde su muerte, el 8 de septiembre, según Samy Kesavan, que dirige la tienda de recuerdos "House of Gifts" al pie del castillo, al oeste de Londres, donde la reina pasó la mayor parte de su tiempo desde la pandemia.
"La gente está desesperada por tener un recuerdo de la reina", dijo a AFP.
Las camisetas y bolsas con la inscripción "RIP Queen Elizabeth II 1926-2002" ocupaban un lugar privilegiado en su tienda, pero ahora están agotadas.
En su lugar, ofrece artículos para el Jubileo de Platino de la reina, que marcó en junio sus 70 años en el trono.
Junto con los comerciantes, la policía local también se está preparando para el cortejo fúnebre que atravesará su ciudad el lunes, su mayor desafío.
El coche fúnebre con el féretro de la reina llegará a Windsor a las 15H06 (14H06 GMT), tras el funeral en la Abadía de Westminster de Londres, que acogerá a decenas de jefes de Estado y reyes.
- Camino de flores -
Tras una ceremonia privada dentro de los muros del castillo, la soberana será enterrada en la capilla de San Jorge, donde ya descansan sus padres y su hermana, y adonde se trasladarán los restos de su esposo Felipe.
"Es un momento histórico, queríamos estar allí", dijo Yo Cousins, de 48 años, que estaba sentada con su hija de 10 años en la hierba junto al "Long Walk", el camino de 4 kilómetros que conduce al castillo.
"Windsor es su casa, donde a la reina le gustaba estar", añadió la profesora, que había llevado un ramo de rosas rojas y estaba escribiendo varios mensajes de despedida para rendir tributo a la difunta monarca.
Antes de poder ver las puertas del castillo, la familia, oriunda de Stubbington (sur de Inglaterra), tuvo que unirse a la procesión de varios miles de personas que recorrían las calles de la ciudad y los controles de seguridad.
Una vez que llegaron al castillo, madre e hija dejaron sus tarjetas al pie de las puertas junto a cientos de mensajes, fotos, dibujos y velas.
Los guardias recogen los homenajes escritos cada noche a las 22H00 para exponerlos en el Panteón Real, explica a AFP Neil Holt, un agente de seguridad vestido de un chaleco fluorescente.
Los ramos pasan por su parte un control de seguridad antes de ser colocados en el recinto real, formando un largo y colorido parterre.
"Cuando el coche fúnebre de su majestad atraviese las puertas, seguirá el largo camino de flores hasta la capilla de San Jorge. Será precioso", dijo el guardia de seguridad, visiblemente emocionado.
- "Lugar de peregrinación" -
En la ciudad, la afluencia de gente bate récords, sobre todo teniendo en cuenta que esta época del año suele ser tranquila.
"Todos nos preguntábamos cómo sería el pueblo cuando muriera la reina, es precioso", explica a AFP Donna Lumbard, gerente del restaurante "Plate at No. 6".
La restauradora, de 32 años, dice estar "muy orgullosa" de que los restos de la soberana reposen en Windsor y cree que la ciudad se convertirá en un "lugar de peregrinación".
Denise Hucinova ha sido contratada para ayudar al personal del pub "The Prince Harry", que estaba desbordado de clientes en la víspera del funeral.
"Windsor es también la residencia favorita del nuevo rey Carlos III, junto con Balmoral", explicó.
Hucinova espera que las visitas periódicas del nuevo monarca, junto con el reciente traslado del príncipe Guillermo y su familia desde Londres, atraigan a los turistas a la bucólica ciudad.
Los comerciantes se comprometen a mantener vivo el recuerdo de la reina Isabel II. El restaurante de Lumbard ya tiene previsto añadir un nuevo cóctel a su carta.
Todavía no sabe su nombre, pero dijo que "será morado o rosa, porque a ella le encantaban los colores vivos".
Jma/tjc/mb