Los 'químicos eternos' circulan atrapados en un bucle océanico
Las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) circulan en aguas polares en un circuito de retroalimentación por el que el Ártico exporta al Atlántico casi tantos 'químicos eternos' como recibe.
Es la conclusión de una investigación de la Sociedad Química Americana publicada en 'Environmental Science & Technology Letters', que añade que dico circuito océanico hace finalmente circular estos compuestos por todo el mundo.
Los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) son una gran familia de químicos fabricados por el ser humano que abarca más de 4.000 sustancias diferentes. Conocidos como Los químicos eternos (forever chemicals), reciben este sobrenombre consecuencia de su extremada persistencia en el medioambiente, al permanecer en el entorno natural sin apenas degradarse.
Según el nuevo trabajo, para llegar al Océano Ártico, algunas PFAS viajan en el aire y caen sobre la superficie del océano, pero otras ingresan desde océanos adyacentes. El impacto potencial de estos compuestos en los organismos marinos depende de qué PFAS estén presentes y en qué cantidad, ya que cambian constantemente a medida que el agua fluye entre el Océano Ártico y el Océano Atlántico Norte.
Estos cuerpos de agua están conectados por el estrecho de Fram, que se encuentra al noreste de Groenlandia, cerca del archipiélago de Svalbard. El agua cálida viaja hacia el norte por el lado oriental del estrecho y el agua fría fluye hacia el sur a lo largo del lado occidental, lo que proporciona una puerta de entrada dinámica para el transporte de PFAS.
Por eso, el autor del trabajo, Rainer Lohmann se fijó como objetivo rastrear el movimiento de PFAS en esta región e identificar cómo la circulación del agua influye en la mezcla de contaminantes en el Océano Ártico.
Para ello, los investigadores implementaron sistemas de muestreo pasivos, que absorbieron PFAS en una membrana microporosa llena de absorbente del agua a medida que pasaba. Igualmente, colocaron los sistemas en tres lugares del estrecho de Fram y a cuatro profundidades en cada lugar. Después de un año, el equipo recuperó los sistemas y midió los PFAS recolectados mediante cromatografía líquida-espectrometría de masas.
El informe concluye que se detectaron diez PFAS en al menos un muestreador pasivo, sin embargo, una sustancia detectada en el área por equipos de investigación anteriores no estaba entre ellas.
Por otra parte, dos compuestos conocidos como PFOA y PFOS, que están siendo eliminados, estaban presentes en los niveles más altos. También se encontraban habitualmente presentes PFAS más nuevos de cadena corta. Se encontraron varios PFAS en agua a menos de 1.000 metros de profundidad. El equipo sugiere que estos compuestos podrían haber llegado allí adhiriéndose a partículas que caían al fondo marino.
El equipo calculó las cantidades de PFAS que fluyen en cada dirección a través del estrecho de Fram. Sus datos mostraron que en un año alrededor de 123 toneladas viajaron al Océano Ártico y alrededor de 110 toneladas al Océano Atlántico. Según los investigadores, estos valores son los mayores de cualquier contaminante registrado en el estrecho, lo que demuestra cuán importante es la circulación de ida y vuelta de PFAS en el Océano Ártico.