Líbano desmiente cualquier acuerdo con Israel para la importación de gas en plena crisis económica
El Ministerio de Energía de Líbano ha desmentido categóricamente una información del Canal 12 de la televisión israelí en la que se aseguraba que Israel estaba desarrollando un plan para exportar gas al país en un intento de garantizar su estabilidad y paliar la crisis económica galopante que le sacude.
El Ministerio ha recordado que semejante acuerdo sería "políticamente explosivo" dada la extraordinaria influencia en el país de grupos chiíes como Hezbolá, respaldado por Irán, enemigo declarado de Israel. La cartera, en un comunicado recogido por Bloomberg, garantiza que el gas natural solo llegará a través de Egipto por Jordania y Siria.
No obstante, Hasán Nasralá, el líder de Hezbolá, ya anunció en agosto que Irán estaba enviando combustible a Líbano para ayudar a aliviar la crisis. De hecho, el primer petrolero iraní encargado por Hezbolá llegó al puerto sirio de Baniyas en septiembre y el diésel fue trasladado por tierra a Líbano, donde fue recibido con disparos de celebración.
La información del canal israelí, que no cita fuentes, apunta que el pacto fue firmado en secreto durante el fin de semana, previa negociación del enviado especial y coordinador de Asuntos Energéticos Internacionales de Washington, Amos Hochstein.
La idea consiste en transferir el gas desde el campo de Leviatán en alta mar a Jordania, y desde allí a Siria y finalmente a Líbano, aunque la medida requiere la reparación y la extensión de un gasoducto siriolibanés; una labor que podría tardar años.
El convenio ha sido aprobado por Estados Unidos y coordinado con el presidente ruso, Vladimir Putin, según la información, recogida por la agencia oficial de noticias rusa, Sputnik. De hecho, este acuerdo supondría un levantamiento puntual de las sanciones estadounidenses que pesan sobre el Gobierno sirio por la guerra en el país.
Líbano está padeciendo la peor crisis financiera de su historia, con una moneda que ha perdido alrededor del 90 por ciento de su valor, los ahorros de los ciudadanos están atrapados en los bancos y la mano de obra calificada emigra en masa. La grave escasez de combustible ha provocado cortes de energía y esperas de horas en las estaciones de servicio.