Levantadora de pesas hubbard será la primera atleta transgénero que compite en los juegos olímpicos
WELLINGTON, 21 jun (Reuters) - La levantadora de pesas Laurel Hubbard se convertirá en la primera atleta transgénero que compite en los Juegos Olímpicos tras ser seleccionada por Nueva Zelanda para la prueba femenina de los Juegos de Tokio, una decisión que reavivará el debate sobre la inclusión y la equidad en el deporte.
Hubbard competirá en la categoría de peso superpesado de más de 87 kilos, y su selección fue posible gracias a una actualización de los requisitos de clasificación en mayo.
La deportista de 43 años, que será la levantadora de más edad en los Juegos, había competido en halterofilia masculina antes de hacer la transición en 2013.
"Me siento agradecida y honrada por la amabilidad y el apoyo que me han dado tantos neozelandeses", dijo Hubbard en un comunicado emitido por el Comité Olímpico de Nueva Zelanda (NZOC, por su sigla en inglés) el lunes.
El jefe del NZOC, Kereyn Smith, dijo que era un "momento histórico en el deporte y para el equipo de Nueva Zelanda".
"Es nuestra primera deportista olímpica que ha hecho la transición de hombre a mujer", dijo a periodistas.
"Sabemos que hay muchas preguntas sobre la equidad de los atletas transexuales que compiten en los Juegos Olímpicos, pero me gustaría aprovechar esta oportunidad para recordar que Laurel ha cumplido todos los criterios requeridos", añadió.
Hubbard ha sido elegible para competir en los Juegos Olímpicos desde 2015, cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) emitió directrices que permiten a cualquier atleta transgénero competir como mujer siempre que sus niveles de testosterona estén por debajo de 10 nanomoles por litro durante al menos 12 meses antes de su primera competición.
Algunos científicos han afirmado que las directrices hacen poco por mitigar las ventajas biológicas de quienes han pasado por la pubertad como varones. Los defensores de la inclusión de los transexuales argumentan que el proceso de transición disminuye considerablemente esa ventaja, y que las diferencias físicas entre los atletas hacen que nunca haya una verdadera igualdad de condiciones.
(Reporte de Praveen Menon; reporte adicional de Ian Ransom in Melbourne; Editado en español por Gabriela Donoso)