Las cosechas afectadas por las lluvias crean un triple problema para agricultores franceses
Por Sybille de La Hamaide
PARÍS, 12 ago (Reuters) - Jean Lefevre, como muchos agricultores franceses, acaba de vivir una de las peores cosechas de trigo de las últimas décadas, la lluvia casi no se detuvo desde que empezó a sembrar su cereal el pasado octubre hasta que empezó a recoger la cosecha el mes pasado.
Francia, el mayor productor de cereales de la Unión Europea, ha experimentado un clima particularmente húmedo en el último año, incluido un mes de lluvias continuas entre octubre y noviembre, en la primavera más húmeda de la historia y el mes pasado registró violentas tormentas.
El tiempo lluvioso y los campos empapados retrasaron las siembras y perjudicaron el desarrollo de los cultivos, hasta el punto de que el Ministerio de Agricultura calcula que Francia recogerá su peor cosecha de trigo desde los años ochenta, un 25% menos que el año pasado. Otros cereales, como la cebada de invierno, también se han visto muy afectados.
"Desde octubre tenemos los pies en el agua. Hemos sembrado en condiciones muy complicadas, y hoy seguimos cosechando en suelo húmedo otra vez. Tengo vecinos que se han quedado atascados con sus segadoras o con sus remolques", explica Lefevre, de 43 años, que cultiva en la región de Oise, en el norte de Francia.
El trigo es el cereal más cultivado en Francia, y cerca de la mitad se exporta dentro o fuera de la UE, lo que ayuda a la balanza comercial del país, aunque en los últimos años Francia haya tenido que hacer frente a la dura competencia de los países del mar Negro.
Sin embargo, su presencia en el mercado mundial expone a Francia a las oscilaciones de los precios mundiales. Aunque los agricultores esperaban que los precios locales subieran ante la escasez de suministros, lo cierto es que se han visto presionados por la enorme abundancia mundial de cereales, ligada a las copiosas cosechas de grandes productores como Rusia, su competidor.
Todo a la vez
El aumento de los costos de producción desde la pandemia -incluido el equipamiento, los fertilizantes y el alquiler de tierras- ha sido otro problema, que junto con los bajos volúmenes de cosecha y los precios deprimidos suponen un triple golpe para los agricultores.
"Es todo a la vez: cosechas catastróficas, precios bajos y costos que nunca habían sido tan altos", afirmó Laurent Pollet, agricultor de 200 hectáreas en la región de Oise.
La mayoría de los agricultores expresaron su frustración porque la crisis llega cuando Francia solo tiene un gobierno provisional desde las elecciones parlamentarias del mes pasado convocadas por el presidente Emmanuel Macron.
"Cuando tanto las cosechas como los precios van mal, los resultados son catastróficos. Algunas personas necesitarán ayuda psicológica y la mayoría necesitaremos apoyo financiero", dijo Lefevre.
"Pero sin Gobierno, es muy complicado (...) Ya hablábamos con un muro, ahora hablamos con el viento".
Lefevre se unió a los miles de agricultores que protestaron a principios de año, bloqueando las principales autopistas de los alrededores de París, alegando que no se les pagaba lo suficiente y que estaban asfixiados por una excesiva regulación en materia de protección del medio ambiente.
Los cultivadores de trigo dicen que es poco probable que la crisis del grano desencadene nuevas protestas, principalmente porque no tienen tiempo.
"Estamos cosechando, la siembra de colza empieza dentro de 10 días, luego pasamos a la siembra de trigo, tenemos la cosecha de remolacha desde mediados de septiembre, estamos en un túnel hasta el 15 de noviembre. Así que volver a la calle no es un objetivo", explica Emeric Duchesne, otro cerealista del Oise. (Reporte de Sybille de La Hamaide; Editado en Español por Ricardo Figueroa)