La UE y la CELAC buscan relanzar su relación, pese a divergencias sobre Ucrania
El bloque de la Unión Europea (UE) y los 33 países la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebran el lunes y martes una cumbre de dos días en Bruselas en un intento de recomponer un diálogo quebrado, con importantes diferencias sobre la mesa.
La última cumbre de ambos bloques fue en 2015, y ahora las dos partes corren contra el reloj para recuperar una difícil interlocución.
Los dirigentes tienen previsto discutir temas como las relaciones comerciales, incluyendo las negociaciones con el Mercosur, una reforma en la composición del sistema financiero internacional, el cambio climático y las transiciones energética y digital. Además, los negociadores europeos buscan hacer una mención a la guerra en Ucrania.
Lula se reunió en la mañana con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
"Queremos profundizar con la UE la discusión sobre la cuestión climática", dijo Lula.
Lula dijo que "cumplirá con su parte en la cuestión climática. Tenemos un compromiso de deforestación cero para 2030 en la Amazonia".
El tema de la deforestación y las cuestiones ambientales son uno de los escollos de las dilatadas negociaciones para un acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay).
Von der Leyen dijo que la visita de Lula a Brasil tiene "una dimensión histórica".
"Estamos enfrentados con el desafío generacional del cambio climático. Por eso precisamos a nuestros amigos próximos que estén a nuestro lado en estos tiempos de incertidumbres", expresó.
"Por eso, saludo el retorno de Brasil al escenario internacional", afirmó Von der Leyen.
- "No va a ser fácil" -
Esta cumbre fue impulsada principalmente por España, con el apoyo de Portugal. España asumió el 1 de julio la presidencia semestral rotativa del Consejo de la UE, y desde hace por lo menos un año trabajó para fraguar esta cumbre, que espera que sea uno de los legados de su mandato en el bloque europeo.
La canciller de México, Alicia Bárcena, que representará a su país en la cumbre, advirtió el viernes que la reunión "no va a ser fácil".
Después de la última reunión, la UE se sumergió en problemas internos como la gestión de la aguda oleada migratoria de 2015-2016, el Brexit, la pandemia de coronavirus y finalmente la guerra en Ucrania, que generó también una grave crisis energética.
En ese escenario, las relaciones europeas con la región del otro lado del Atlántico quedaron en un compás de espera, y ahora las capitales buscan recuperar el tiempo perdido.
La UE espera dotar a esa relación de una estructura permanente, pero la CELAC no posee el nivel de institucionalidad de la UE, y por ello la idea aún requerirá muchas horas alrededor de las mesas de negociación.
El texto de las conclusiones de la cumbre ha sido objeto de desencuentros desde el inicio de las conversaciones.
El más importante de ellos es la sugerencia de los negociadores europeos de hacer mención a la guerra de Ucrania en el documento, una delicada cuestión en la que los dos bloques no exhiben posiciones siempre alineadas.
Una fuente diplomática sudamericana dijo a AFP que los países de la CELAC entienden la "sensibilidad" del tema, pero apuntó que la contraparte europea igualmente debería comprender que los países latinoamericanos y caribeños tienen posiciones diversas.
La UE ha dejado claro que busca reunir el máximo apoyo internacional a la causa de Ucrania. Una fuente del gobierno francés dijo que "el objetivo es que el conjunto de los países de la región apoyen a Ucrania".
- Tensiones -
Sin embargo, los países de la CELAC alegaron sus propias posiciones desencontradas para evitar meterse de cuerpo entero en el tema.
"Esta no es una cumbre sobre Ucrania, sino sobre las relaciones bilaterales entre CELAC y a UE. (...) ¿El tema surgió en las discusiones? Sí, por supuesto. ¿Es el único tema importante? No lo creo", dijo un alto negociador latinoamericano.
Esta falta de consenso hizo que la participación del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, fuera descartada.
La propia organización de la cumbre fue objeto de tensiones. El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció en una declaración en video la "falta de transparencia y la conducta manipuladora" de la UE. "Resta poco tiempo, pero aún no es demasiado tarde para evitar un fracaso", advirtió.
De su lado, la cancillería de Venezuela apoyó las quejas de Rodríguez y añadió que "la decisión de la UE de imponer su propio formato" a la cumbre "amenaza con llevar al fracaso los esfuerzos realizados para su organización".
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