La UE revelará planes contra la crisis energética
YAKARTA, Indonesia (AP) — La Unión Europea revelará la semana entrante sus próximos pasos para afrontar la crisis energética que se agrava desde la invasión rusa a Ucrania, dijo la comisaria europea de energía el martes.
Muchos países europeos se han ajustado el cinturón a medida que los precios de la energía se van a las nubes. La empresa energética estatal rusa mantiene cerrado el gasoducto que trasporta gas natural a Europa, medida que las autoridades alemanas consideran un juego político, y la presidenta de la Comisión Europea dice que el mercado de la electricidad europeo “ha dejado de funcionar” como consecuencia de la guerra en Ucrania.
Los ministros de energía de la Unión Europea se reunirán en Bruselas el viernes para discutir un paquete de soluciones a los aumentos de costos, dijo la comisaria europea para la energía, Kadri Simson, en entrevista con The Associated Press.
La Comisión Europea prevé que se aprobará el paquete el miércoles siguiente, el cual contendría, según Simson, el desacople de precios de gas y electricidad, aumento de liquidez para el mercado y reducción coordinada de la demanda. Esto significaría imponer un tope temporario al precio del gas utilizado para generar electricidad, modificar las normas de intercambio de energía y medidas coordinadas de reducción de la demanda como las que se aplicaron durante los meses de verano.
“Sabemos que hay horas pico en las que nuestros hogares y empresas ven precios por hora extremadamente altos”, dijo en la entrevista en la oficina de la Delegación Europea en Yakarta. “Parte de la propuesta tratará de las horas pico y cómo reducir la demanda en estos espacios de tiempo”.
Las naciones europeas han buscado alternativas energéticas creativas. Una de corto plazo sería la de 20 terminales flotantes que recibirían gas natural licuado de otros países y lo convertirían en gas natural para hogares y empresas.
El plan de las terminales flotantes, que empezará a proveer gas a fines de año, ha provocado la alarma entre los expertos que temen consecuencias ambientales a largo plazo. Advierten que las terminales perpetuarían la dependencia europea del gas natural, que libera metano y dióxido de carbono, gases de calentamiento climático, cuando se lo produce, trasporta y consume.