La Policía dice que la disolución del polémico SARS es parte de los motivos del aumento de la inseguridad
El jefe de la Policía de Nigeria, Alkali Usman Baba, ha resaltado que la disolución del polémico Escuadrón Especial Contra el Robo (SARS), acusado de abusos contra la población civil, es parte de los motivos del aumento de la inseguridad en el país debido al vacío que ha generado en los esfuerzos de las autoridades.
Baba ha dicho que las masivas movilizaciones registradas en 2020 contra el SARS, que se recrudecieron a causa de la violencia policial para reprimirlas, han provocado además una desmoralización de las fuerzas de seguridad y ha agregado que los agentes no han podido aún rellenar el vacío creado por la disolución de esta unidad.
Las autoridades nigerianas anunciaron inmediatamente después de la disolución del SARS la creación de una nueva unidad --Unidades y Tácticas Especiales (SWAT)-- para "llenar los huecos" dejados por el SARS y agregaron que los agentes desmovilizados recibirían "entrenamiento y reorientación antes de ser redesplegados para tareas policiales generales".
"Con la disolución del SARS y la creación del SWAT, que aún no actúa a pleno rendimiento, hemos tenido un vacío a la hora de hacer frente a los crímenes más violentos desde una posición de fuerza, en lo relativo a tener una fuerza de acción dedicada a eso, en lugar de tener a agentes normales con medios habituales", ha argüido.
En este sentido, Baba ha resaltado que las autoridades "intentan recuperar esta valentía del personal implicado en casos de crímenes violentos y les hemos dado lecciones para enviarles a secciones contra el robo e investigación de crímenes violentos, entre ellos robos, secuestros, bandidaje y sectas", según ha informado el diario nigeriano 'Vanguard'.
Las protestas contra el SARS estallaron tras la publicación de un vídeo en el que miembros de la SARS golpeaban hasta la muerte a un hombre en la ciudad de Ughelli, en el estado de Delta. A pesar de su disolución, las protestas continuaron para reclamar una reforma en el seno de las fuerzas de seguridad y que los responsables de abusos fueran juzgados.
En este sentido, la organización no gubernamental Amnistía Internacional acusó en junio de 2020 a miembros del SARS de torturas y malos tratos para "ejecutar, castigar y extraer información a sospechosos", con un total de 82 casos documentados entre enero de 2017 y mayo de 2020.
Los ataques en Nigeria, anteriormente centrados en la zona noreste del país, donde operan Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA), se han extendido durante los últimos meses a otras zonas del norte y el noroeste, haciendo saltar las alarmas por la posible expansión de estas redes terroristas y criminales.
Asimismo, el sur y el sureste del país han sido escenario de un repunte de los ataques, achacados por las autoridades principalmente al Pueblo Indígena de Biafra (IPOB), una organización fundada por Nnamdi Kanu en Reino Unido en 2014 y declarada en 2018 un grupo terrorista por Abuya.
Aunque partidario de la no violencia, el IPOB ha organizado en los últimos tiempos manifestaciones multitudinarias, incluidas las que tuvieron lugar en el aniversario de la independencia en 2016, en las que, según Amnistía Internacional, murieron más de 60 partidarios del grupo.