La batalla ideológica del aborto abre en España un año electoral
Una propuesta de la extrema derecha sobre el aborto, inspirada en la Hungría de Viktor Orban, dio alas al gobierno de izquierdas de España para alertar del peligro de estas fuerzas, en lo que se adivina como un argumento central en un año de citas electorales.
El vicepresidente de Castilla y León (norte), Juan García-Gallardo, abrió la polémica la semana pasada al anunciar que se iba a obligar a los médicos de esta región a proponer a las mujeres que quieren abortar "escuchar el latido de su hijo" y ver "un video" del feto.
La idea es "favorecer la natalidad y apoyar las familias", aseguró este político del partido de extrema derecha Vox, que de este modo profundizó en un tema recurrente entre corrientes ideológicamente similares, como la de Donald Trump en Estados Unidos.
En España, el aborto se despenalizó en 1985 y se legalizó en 2010. Es libre hasta la decimocuarta semana de embarazo y luego, con condiciones.
En estos momentos, está en trámite parlamentario una ley del gobierno para blindar el aborto en la sanidad pública.
En setiembre del año pasado, el gobierno ultraconservador húngaro de Orban, al que Vox confiesa admiración, aprobó que las mujeres que quieran abortar sean confrontadas a "las funciones vitales" del feto.
- Combatirlos como a los rusos -
Por primera vez desde que nació en 2013, Vox forma parte de un gobierno regional, el de Castilla y León, como socio minoritario de una coalición con el Partido Popular (PP), conservador.
El experimento castellano-leonés está siendo muy observado, porque varias encuestas auguran que el PP ganará las elecciones legislativas nacionales de finales de año, pero que podría necesitar el apoyo de la formación de extrema derecha para gobernar.
Antes, en mayo, habrá elecciones municipales en una docena de regiones.
En lo que se percibió como una alusión a Castilla y León, el presidente de izquierdas del gobierno, Pedro Sánchez, usó su discurso del martes en el foro internacional de Davos para avisar del peligro de que la ultraderecha en Europa llegue al poder de la mano de formaciones moderadas.
"Tenemos que evitar que estas fuerzas políticas alcancen las instituciones (...) porque la amenaza es muy real, especialmente en aquellos países donde las fuerzas de extrema derecha tienen el apoyo de partidos conservadores tradicionales que les abren las puertas", afirmó Sánchez.
"Los combatiremos con la misma determinación y convicción con que los ucranianos están combatiendo a las fuerzas rusas", aseguró el dirigente, tras asegurar que son instrumentos de influencia del presidente ruso Vladimir Putin.
El Partido Popular intenta desmarcarse de la polémica asegurando que esas medidas no se aplicarán, que no se transmitieron a los profesionales, y acusó a Sánchez de estar "sobreactuando y haciendo propaganda", dijo este jueves el portavoz del gobierno regional, Carlos Fernández Carriedo.
- Alejar al PP del centro -
"Ni en Castilla y León ni en ningún lugar donde gobierne el PP, se puede coaccionar a ninguna mujer que quiere interrumpir voluntariamente su embarazo conforme a la ley", insistió el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en una entrevista en la televisión Telemadrid el martes.
Al mismo tiempo, Feijóo no ocultó su malestar con Vox, quien "se equivoca profundamente" iniciando una polémica que "está clarísimo" que beneficia a un gobierno con "muchos problemas".
La controversia dejó atrás a otras que afectaban al gobierno de Sánchez, como la derivada de una ley para endurecer el castigo a los agresores sexuales que tuvo el efecto indeseado de reducir las penas de muchos, o las aparentes concesiones a sus socios parlamentarios del independentismo catalán.
En un comentario sobre la situación política española publicado el miércoles, Antonio Barroso, analista de la consultora internacional Teneo, estimó que Vox "intenta abrir una brecha en el PP impulsando iniciativas que alejen al partido del centro".
Ahora, polémicas como la del aborto pueden servir a Sánchez "para movilizar al electorado de izquierdas aprovechando sus posibles temores a un gobierno PP-Vox", continuó Barroso.
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