Johnson recibe a Viktor Orban entre las críticas de la oposición por la retórica racista del líder húngaro
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha transmitido este viernes sus "importantes preocupaciones" en materia de libertad de expresión y de Derechos Humanos a su homólogo de Hungría, Viktor Orban, durante su controvertido y ampliamente criticado paso por Londres.
Entre las preocupaciones que Johnson le ha hecho saber al líder húngaro de ultraderecha figuran los ataques a "los Derechos Humanos en Hungría, incluyendo la igualdad de género, los derechos LGBT y la libertad de los medios de comunicación", ha informado Downing Street.
La visita de Orban ha sido ampliamente criticada por la oposición y grupos antiracistas, debido a sus continuos ataques sobre las minorías. Antes de la reunión con Johnson, el primer ministro húngaro ha tenido ocasión de volver a insistir en que los refugiados musulmanes son "invasores", apuntan medios británicos.
"Ambos líderes ha abordado la importancia de que Reino Unido y Hungría trabajen juntos para aumentar la seguridad y la prosperidad en nuestros países y para abordar desafíos globales como el cambio climático", dice el comunicado del Gobierno británico.
Londres también ha comunicado que los dos líderes han discutido "una serie de temas en materia de política exterior, incluyendo Rusia, Bielorrusia y China", al mismo tiempo que el primer ministro Johnson "ha alentado a Hungría a utilizar su influencia para promover la democracia y la estabilidad".
El primer ministro británico, que comparte con su invitado su escepticismo con respecto a Europa, ha justificado el encuentro afirmando que debe mantener relaciones bilaterales con los líderes de la UE y ha recordado que Hungría ostenta actualmente la Presidencia del Grupo de Visegrado, el ente regional que forma con Polonia, República Checa y Eslovaquia.
Por su parte, Orbán ha subrayado la posibilidad de desarrollar nuevos vínculos con Reino Unido una vez fuera de la Unión Europea, en cuestiones, sobre todo, de seguridad y energía.
Ante las preguntas de los medios, Orbán ha rechazado las acusaciones sobre él de antisemita, ha justificado sus comentarios racistas sobre los refugiados y migrantes musulmanes y ha defendido la libertad del poder judicial y de prensa de su país, pues "si vas a un quiosco húngaro y pides un periódico que ataque al Gobierno, obtendrás una docena de inmediato", ha dicho.
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