Ignazio La Russa, la "eminencia gris" de la futura primera ministra de Italia
Amante de las reliquias fascistas, Ignazio La Russa, la "eminencia gris" de la futura primera ministra de Italia, la posfascista Giorgia Meloni, fue elegido este jueves presidente del Senado, el segundo cargo en importancia después del de Presidente de la República.
"Rasputín", como lo llamaban por la larga barba y melena que lucía en la década del 70, inspirada a la del consejero del último zar ruso Nicolás II, será clave para el primer gobierno liderado por una mujer y que proviene de la ultraderecha.
El veterano político, de 75 años, ha participado en los últimos treinta años en todas las maniobras políticas de la derecha italiana.
Su elección como presidente del Senado, con 116 votos a favor por encima de los 104 necesarios, generó reacciones debido a que no contó con el apoyo de los senadores de uno de los partidos de la coalición de derecha vencedora de las elecciones.
Hábil estratega, La Russa cuenta con la experiencia necesaria para aconsejar a Meloni gracias a su ininterrumpida carrera de parlamentario desde 1992.
Ignazio La Russa, cuyo segundo nombre es Benito, como Mussolini, nació el 18 de julio de 1947 en Paternò, cerca a Catania, Sicilia, en el seno de una familia de terratenientes.
Su vocación política proviene de su padre, Antonino La Russa, quien fue secretario de la sección local del Partido Nacional Fascista (PNF).
Militante desde joven del Movimiento Social Italiano, fue diputado y senador del partido de los herederos del fascismo tras la Segunda Guerra Mundial, el mismo en el que inició su carrera siendo adolescente Giorgia Meloni.
"El MSI fue el partido de los que perdieron la guerra, pero su gran mérito es que nunca pensaron en el terrorismo ni en la rebelión y siempre en la democracia", explicó La Russa al diario Il Corriere della Sera.
"Por supuesto, tenían una visión diferente de la historia, pero construyeron un partido muy democrático", sostiene.
Licenciado en derecho en la Universidad de Pavía, abogado de profesión, a los 38 años se lanzó a la política como consejero regional de MSI en Lombardía, la región más industrializada de la península.
Tras la disolución del minoritario MSI, formó parte del grupo fundador de la conservadora Alianza Nacional, liderada entonces por Gianfranco Fini, partido que abandonó por el Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi, quien lo nombró entre otras ministro de Defensa (2008-2011).
Desató reacciones en toda Europa su oposición en 2009 a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que condenaba la presencia de crucifijos en las escuelas italianas.
La sentencia fue anulada y desde entonces la jurisprudencia italiana aprueba la libre elección en las escuelas de exponer el crucifijo bajo el principio de que "no es ni obligatorio ni discriminatorio".
- "Todos somos herederos del 'Duce'" -
Ambiguo sobre el régimen fascista, suele lanzar provocaciones, habla con la prensa y en ocasiones resulta divertido, como cuando prestó su voz ronca al personaje Garth, de la serie de Los Simpson, "un villano simpático", dijo.
Recientemente su hermano, Romano, responsable de Seguridad de la Región de Lombardía, desató polémicas durante la campaña electoral al hacer el saludo fascista durante el funeral de un militante neofascista.
"Fue un grave error", lamentó, aunque pocos días después comentó: "Todos somos herederos del Duce", dijo en un programa de televisión, "en el sentido de que somos los herederos de nuestros padres y de nuestros abuelos".
En febrero de 2020, para mofarse de las medidas de distanciamiento por la pandemia de coronavirus, publicó un controvertido tuit en su cuenta que tuvo que retirar: "No te acerques a nadie, es mortal contaminarse. Haz el saludo romano: es antiviral y contra los microbios".
Padre de tres hijos, es famosa su colección de reliquias fascistas, estatuas y medallas de Mussolini, así como de fotografías y libros sobre los Camisas Negras y la Italia colonial.
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