Identifican un nuevo tratamiento potencial para las alergias alimentarias basado en la inulina
Un estudio de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) ha identificado un nuevo tratamiento potencial para las alergias alimentarias en la inulina, una fibra vegetal natural que se utiliza habitualmente como suplemento, prebiótico en refrescos, sustituto de edulcorantes y para otros productos y fines.
En lo que parece ser un avance importante que ofrece la promesa de alivio a las personas que sufren alergias alimentarias en todo el mundo, el artículo publicado en 'Nature Materials' describe el éxito de la inmunoterapia oral basada en gel de inulina para detener las reacciones alérgicas en ratones, en parte al actuar sobre las bacterias del intestino. El gel evitó reacciones alérgicas graves durante e incluso después de su administración, incluidas reacciones a desencadenantes comunes como los cacahuetes, la clara de huevo y la leche.
La investigación, realizada por un equipo internacional de científicos en ciencias farmacéuticas, ingeniería biomédica y química, medicina interna y otras especialidades, propone que el gel de inulina aborda la causa raíz de las alergias alimentarias, en lugar de limitarse a controlar los síntomas.
El estudio estuvo a cargo de James Moon, de la Facultad de Farmacia de la UM, quien ha estudiado el potencial de la inulina para tratar enfermedades durante años. Moon afirma que la terapia basada en gel de inulina es muy prometedora debido a su perfil de seguridad y su potencial para la producción a gran escala.
"La inulina, una fibra dietética ampliamente consumida y reconocida como segura por la FDA, constituye la base del gel, lo que la convierte en una opción viable y traducible para el uso clínico", señala Moon, cuyo laboratorio desarrolla tecnologías de administración de fármacos combinadas con productos farmacéuticos e ingeniería para identificar formas en que el cuerpo puede combatir las enfermedades. Moon es profesor de Ciencias Farmacéuticas JG Searle.
Si bien se necesitan más investigaciones y ensayos clínicos para comprobar los hallazgos, el estudio, que destaca el papel de la microbiota y los metabolitos del intestino delgado en la regulación de las alergias alimentarias, abre nuevas vías de intervención terapéutica que podrían cambiar la vida, afirmó. Otras opciones de tratamiento más nuevas han tenido una baja aceptación debido a las reacciones adversas y la eficacia irregular.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, hasta uno de cada tres adultos y más de uno de cada cuatro niños tienen alergias alimentarias, una afección que altera la vida y que cada vez es más difícil de controlar debido a que los alérgenos pueden estar ocultos en una variedad de alimentos y bebidas.
Las alergias alimentarias se han convertido en una preocupación importante a nivel mundial, especialmente en los países desarrollados, ya que la exposición accidental a alérgenos puede desencadenar reacciones graves, incluida la muerte.
La investigación descubrió que el gel de inulina, específicamente formulado con un alérgeno, normalizó la microbiota intestinal desequilibrada y los metabolitos en ratones alérgicos. Esta normalización condujo al establecimiento de una tolerancia oral específica al alérgeno, suprimiendo eficazmente las reacciones alérgicas a varios alérgenos alimentarios.
"La terapia mostró una protección duradera incluso después de suspender el tratamiento, lo que indica su potencial para un alivio sostenido de las alergias alimentarias", dijo un estudiante de posgrado que también dirigió los estudios, Fang Xie.
Las inulinas son un grupo de polisacáridos y carbohidratos de almacenamiento natural presentes en más de 36.000 especies de plantas, entre ellas el trigo, la cebolla, los espárragos y la achicoria, que se utilizan con mayor frecuencia para fabricar suplementos.
La fibra también es objeto de investigaciones y ensayos clínicos que investigan su papel en el tratamiento o en la mejora de la comprensión de tumores cancerosos, enfermedades gastrointestinales, diabetes y otras enfermedades.
Los investigadores que participaron en el estudio representan a instituciones de todo el mundo, entre ellas el Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, la Universidad Dongguk de Seúl (República de Corea), la Universidad Estatal de Michigan, la Universidad de Washington y el Centro de Investigación de Fronteras en Inmunología WPI de la Universidad de Osaka (Japón).