Descubren huellas prehumanas de seis millones de años en Creta
Este hallazgo aporta la evidencia directa más antigua de un pie de un ancestro humano usado para caminar
Las huellas más antiguas conocidas de prehumanos fueron encontradas en la isla mediterránea de Creta y tienen al menos seis millones de años, revela un estudio publicado en Scientific Reports.
Estas huellas en sedimentos fosilizados de la playa se hallaron cerca de la aldea de Trachilos, en el oeste de la isla griega, se hicieron públicas en 2017. Utilizando métodos geofísicos y micropaleontológicos, los investigadores ahora las han fechado en 6,05 millones de años antes de la actualidad, lo que las convierte en la evidencia directa más antigua de un pie de un ancestro humano usado para caminar.
“Las huellas son casi 2,5 millones de años más antiguas que las huellas atribuidas al Australopithecus afarensis (Lucy) de Laetoli en Tanzania”, dijo en un comunicado Uwe Kirscher, autor principal del estudio y científico del Centro Seckenberg para la Evolución Humana de la Universidad de Tubinga. Esto pone las huellas de Trachilos a la misma edad que los fósiles del Orrorin tugenensis de Kenia, que camina erguido. Los hallazgos relacionados con este bípedo incluyen fémures, pero no hay huesos del pie ni huellas.
La datación de las huellas de Creta, por lo tanto, arroja nueva luz sobre la evolución temprana de la deambulación humana hace más de seis millones de años. “El pie humano más antiguo utilizado para caminar erguido tenía una base de pulgar, con un dedo gordo paralelo fuerte y dedos laterales sucesivamente más cortos”, explicó Per Ahlberg, profesor de la Universidad de Uppsala y coautor del estudio. “El pie tenía una suela más corta que el Australopithecus. El arco aun no estaba pronunciado y el talón era más estrecho”.
Hace seis millones de años, Creta estaba conectada con el continente griego a través del Peloponeso. Según la coautora profesora Madelaine Böhme, “no podemos descartar una conexión entre el productor de las pistas y el posible Graecopithecus freybergi prehumano”. Hace varios años, el equipo de Böhme identificó esa especie prehumana previamente desconocida en lo que ahora es Europa sobre la base de fósiles de depósitos de 7,2 millones de años en Atenas, a solo 250 kilómetros de distancia.
Además, el estudio confirma la investigación reciente y las tesis del equipo de Böhme, según las cuales hace seis millones de años el continente europeo y del Cercano Oriente se separó del este de África húmedo por una expansión relativamente breve del Sahara. El análisis geoquímico de los depósitos de playa de Creta de seis millones de años sugiere que el polvo del desierto del norte de África fue transportado allí por el viento. El equipo llegó a una edad de entre 500 y 900 millones de años antes del presente al fechar granos minerales del tamaño de polvo. Estos períodos de tiempo son típicos del polvo del desierto del norte de África, dijeron los autores.
Investigaciones recientes en paleoantropología también sugirieron que el mono africano Sahelanthropus podría descartarse como bípedo, y que Orrorin tugenensis, que se originó en Kenia y vivió hace 6,1 a 5,8 millones de años, es el prehumano más antiguo de África, dice Böhme. Por tanto, la desertificación a corto plazo y la distribución geográfica de los primeros predecesores humanos podrían estar más estrechamente relacionadas de lo que se pensaba.
Por un lado, una fase de desertificación hace 6,25 millones de años en Mesopotamia podría haber iniciado una migración de mamíferos europeos, posiblemente incluidos los simios, a África. Por otro lado, el cierre de la segunda fase de los continentes por el Sahara hace seis millones de años podría haber permitido un desarrollo separado del Orrorin tugenensis prehumano africano en paralelo con un prehumano europeo.
Según este principio, denominado “oscilación del desierto” por Böhme, las sucesivas desertificaciones a corto plazo en Mesopotamia y el Sahara provocaron una migración de mamíferos de Eurasia a África.