Historiadores muestran sus dudas sobre la investigación de la traición a la familia de Ana Frank
Varios historiadores han mostrado este martes sus dudas sobre la investigación que revela que "muy probablemente" un notario judío reveló a los nazis la ubicación de la familia de Ana Frank, escondidos de las autoridades alemanas precisamente por ser judíos en el marco de la Segunda Guerra Mundial.
El profesor Johannes Houwink ten Cate, dedicado al Holocausto y estudios sobre genocidios, ha indicado este martes al diario neerlandés 'NRC Handelsblad' que las pruebas aportadas por los investigadores son muy "endebles". "Las grandes acusaciones necesitan grandes evidencias. No hay ninguna", ha indicado el académico.
No ha sido el único en mostrar sus dudas. Otros historiadores han expresado sus recelos sobre las conclusiones de la investigación y han apuntado a "errores" e "inexactitudes" en el proceso.
Por ejemplo, han indicado que no hay evidencia de que el Consejo Judío, al que pertenecía el notario acusado de traicionar a los Frank, Arnold van den Bergh, tuviera listas con las direcciones de escondites de judíos en aquel período.
Por otro lado, los historiadores tampoco ven el motivo por el que el notario traicionaría a la familia de Ana Frank. La investigación dice que en 1944 perdió la protección de la que gozaba por pertenecer al Consejo Judío y, aparentemente por desesperación, reveló varios escondites. Según han indicado los historiadores, Van den Bergh ya tuvo que esconderse en el verano de ese año.
La investigación, llevada a cabo por un equipo internacional durante cinco años, fue presentada ante los medios neerlandeses el lunes. La principal prueba de la investigación es una copia de una carta anónima que el padre de Ana, Otto Frank, recibió en 1946.
La carta original, que es donde se menciona el nombre del notario, ha desaparecido, pero se ha encontrado una copia en los archivos de la ciudad de Ámsterdam. Los investigadores han asegurado que nunca se había investigado esta pista en detalle.
La familia Frank se escondió junto a otros cuatro judíos en una casa en Ámsterdam desde 1942 hasta 1944. Ana, que nació en 1929 y murió en 1945, escribió su famoso diario allí.
Todos fueron descubiertos por los nazis en agosto de 1944. La familia fue deportada a campos de concentración, donde fueron asesinados. Únicamente sobrevivió Otto Frank.