Gran parte de Cuba recupera la luz tras paso de huracán Rafael
La gran mayoría de las provincias de Cuba recuperaron el viernes el servicio eléctrico, dos días después de que el huracán Rafael azotara el oeste del país dejándolo a oscuras, sin reportes de pérdidas humanas, pero con cuantiosos daños materiales, informaron las autoridades.
Rafael golpeó Cuba el miércoles como categoría 3, semanas después de que el ciclón Oscar entrara por el este de la isla en medio de otro corte nacional de electricidad de cuatro días.
El viernes por la mañana, las autoridades anunciaron que trece de las quince provincias del país habían sido "interconectadas" al sistema eléctrico nacional, a excepción de las provincias occidentales de Artemisa, la más afectada por Rafael, y Pinar del Río.
"Se trabaja en las provincias occidentales en celaje de circuitos, levantamiento de postes y tendido eléctrico. La Habana empezó a recibir corriente", dijo la presidencia en X.
Los técnicos de la compañía eléctrica trabajaban a marchas forzadas para levantar los postes y reponer cables y transformadores dañados en La Habana y las provincias vecinas de Artemisa, Mayabeque y Pinar del Río.
En La Habana, donde viven dos millones de personas, un 15% de la población contaba con luz. Gran parte de los habitantes de la capital continúa sin algunos suministros, como el gas y el agua.
En la urbe, donde seguían las labores de limpieza de árboles y escombros que quedaron en las calles, se registraron 461 derrumbes totales o parciales por la caída de techos de lámina, de muros y escaleras, que implican pérdidas "millonarias", precisaron autoridades locales.
De acuerdo con imágenes aéreas mostradas el jueves por la televisión oficial, Rafael arrasó con techos y casas en pueblos costeros y dejó anegadas amplias áreas rurales con grandes pérdidas en cultivos en Artemisa, una región que produce una buena parte de los productos agrícolas que consume la capital.
Rafael atravesó el miércoles la isla de sur a norte con fuertes vientos de hasta 185 km/h durante más de dos horas, antes de entrar en el Golfo de México, donde se espera que pierda fuerza hasta morir, según las últimas informaciones del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.
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