Gioconda Belli: “Ortega no está dispuesto a perder el poder”
MANAGUA (AP) — La poeta y activista nicaragüense Gioconda Belli dijo el miércoles que el presidente Daniel Ortega quedó “profundamente traumado” por haber entregado el gobierno a Violeta Barrios de Chamorro en 1990 y que ahora desoye todas las críticas internacionales porque “no está dispuesto a perder el poder”.
En una entrevista con The Associated Press, la autora de “La mujer habitada” y "Fiebres de la memoria” lamentó que Ortega haya ordenado encarcelar a cinco aspirantes a la presidencia en las elecciones del 7 de noviembre y a otros 13 opositores pese a que gobiernos y organismos internacionales lo han instado a garantizar comicios libres y transparentes.
Ortega “está exponiéndose a la crítica mundial, pero no le importa absolutamente nada con tal de perpetuarse en el poder. Ese es su objetivo: él no está dispuesto a perder el poder”, afirmó la reconocida poeta, que apoyó activamente al primer gobierno sandinista en la década de 1980.
Según Belli, “Daniel Ortega quedó profundamente traumado después de la derrota electoral de 1990, pasó por encima de todos sus principios, perdió todos los escrúpulos y ya no tiene más norte que conservar su poder al costo que sea”.
A sus casi 76 años Ortega, que gobernó Nicaragua por primera vez en la década de 1980 y volvió al poder en 2007, busca llegar a los comicios de noviembre sin contratiempos ni voces disidentes que dificulten su tercera reelección para un quinto mandato presidencial.
La escritora denunció la semana pasada el allanamiento realizado por la policía de Nicaragua a la residencia de su hermano, el empresario opositor y exministro de Educación Humberto Belli, quien huyó del país y no acudió a una cita en la Fiscalía para declarar en una investigación que involucra a 13 directivos del sector privado.
“Eso fue terrible, porque no solamente allanaron su casa 30 policías, sino que la madrugada siguiente hubo un asalto de 10 hombres encapuchados que amarraron a mi cuñada y a mi sobrina y se llevaron todo de la casa. Amenazaron con violar a mi sobrina y las sometieron a un estado de terror, fue como una venganza porque mi hermano escapó”, relató Belli.
La escritora dijo que en su país “no existe un sistema jurídico sano” y que a todos los opositores que han sido citados por la Fiscalía en el último mes “los han echado presos”. Belli es también presidenta de la filial en Nicaragua del Centro PEN, una organización internacional de escritores que promueve la libertad de expresión y que suspendió sus operaciones en febrero por presiones de la llamada Ley de Agentes Extranjeros aprobada por el Congreso de mayoría sandinista para fiscalizar los recursos externos que reciben las organizaciones no gubernamentales.
“A la prensa independiente la han criminalizado, a la Fundación Violeta Chamorro (de promoción de la libertad de prensa) le han inventado pruebas y la mayoría de los más de 120 presos políticos han sido acusados de crímenes que no cometieron. Y ahora con Ley 1055 cualquiera puede ser acusado de traición a la patria, algo muy grave”, resumió en referencia a esa norma.
Belli también cuestionó la restricción del derecho a la protesta, ya que las manifestaciones opositoras están prohibidas por la policía desde septiembre de 2018, mientras los simpatizantes del oficialismo pueden realizar marchas y actividades políticas con normalidad.
Ortega ha calificado de “golpistas” y “terroristas” a los opositores que participaron en las protestas sociales que estallaron en 2018 y que dejaron al menos 328 muertos, cientos de detenidos y unos 100.000 exiliados por la represión estatal, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“En Nicaragua existe una inseguridad total y la represión está en todas las esquinas, se observa en la cantidad de policías que hay por todas partes y en que cualquier acto de protesta es reprimido inmediatamente y las personas son detenidas”, afirmó.
A juicio de Belli, la comunidad internacional “debe seguir demandando elecciones libres y que se detenga esta oleada represiva contra el pueblo de Nicaragua. Tiene que haber una condena internacional, porque este es un muy mal ejemplo en América Latina: si este hombre logra hacer todo lo que está haciendo sin pagar ningún costo, después van a seguir El Salvador, Guatemala, Honduras".
La escritora, quien realiza actualmente una visita a familiares en Estados Unidos, dijo que espera regresar pronto a su país y que no piensa volver a exiliarse, como lo hizo en la década de 1970 durante la dictadura de Anastasio Somoza. “No quiero un segundo exilio a estas alturas de mi vida, pero voy a valorar los riesgos antes de regresar”, señaló.