Francia: extrema derecha protesta contra certificación COVID
PARÍS (AP) — Activistas de la extrema derecha y miembros del movimiento de los chalecos amarillos convocaron a protestas el sábado contra un proyecto de ley por el cual todos necesitarían un pase especial COVID-19 para entrar a restaurantes y otros locales y todos los trabajadores de la salud estarían obligados a vacunarse contra el coronavirus.
Los senadores debatían el proyecto el sábado luego de su aprobación en la víspera por la cámara baja.
El contagio se está propagando en Francia y aumentan las hospitalizaciones. El gobierno intenta acelerar la campaña de vacunación para proteger a las poblaciones vulnerables y evitar nuevas cuarentenas.
La mayoría de los adultos han recibido todas sus dosis de vacunas y las encuestas indican que la mayoría de los franceses aprueban las nuevas medidas.
La mayoría, pero no todos. Manifestantes marcharon por París al grito de “¡libertad, libertad!”, en uno de varios eventos previstos para la jornada. Varios miles se concentraron al otro lado del río Sena frente a la Torre Eiffel, un acto organizado por un exdirigente del partido antiinmigrante de Marine Le Pen.
Aunque la mayoría de los manifestantes mantuvieron la calma, en la marcha cerca de la Bastilla, alguien arrojó una silla a la policía, que respondió con gases lacrimógenos. Se vieron otros proyectiles en un video del incidente.
Muchos manifestantes dirigieron su furia al “pase de salud” obligatorio para entrar a museos, cines y sitios turísticos. El proyecto en debate obligaría a usar el pase para entrar a bares, restaurantes otros locales. Para obtener el pase es necesario estar vacunado, dar negativo en un test o demostrar que uno se ha curado del virus.
Entre los legisladores hay diferencias en cuanto a la obligatoriedad de los pases o de la vacunación en algunos sectores como los trabajadores de la salud.
El fin de semana pasado más de 100.000 personas protestaron contra las medidas. Entre ellas había políticos y activistas de extrema derecha además de gente enojada con el presidente Emmanuel Macron por otras razones.
Los miembros que le restan al movimiento de chalecos amarillos intentan aprovechar el proyecto sobre el coronavirus para reavivar la llama. El movimiento comenzó en 2018 para oponerse a las injusticias económicas percibidas y provocó choques violentos con la policía durante varios meses, pero perdió fuerza cuando el gobierno respondió a muchos de sus reclamos.