Enojo y decepción: la crisis económica derrumba los últimos refugios de la clase media
Expertos anticipan para este segmento un año aún peor que el anterior, en el que ya comenzaron a usar estrategias para no abandonar sus consumos característicos; autónomos e independientes, los más castigados
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El ideario de la clase media argentina es cada vez más eso: un ideario. Los patrones de ascenso social, de estabilidad económica y de consumos típicos se desvanecen mes a mes con la inflación, que licúa su poder adquisitivo. Ya lejos del sueño de comprar una casa propia, cambiar el auto cada cinco años o irse de vacaciones una quincena entera, este segmento de la sociedad lucha por mantenerse por encima de los estándares que constituyeron su modelo de vida.
Hay otros consumos que ilustran la típica clase media en las últimas décadas: aprovechamiento del ocio, como ir al teatro o al cine, el turismo en el exterior, la compra de ropa de temporada; y otros menos suntuarios, como la regularidad en el pago de impuestos, la educación privada o la atención médica del mismo tipo. Son estos los últimos que recorta la clase media cuando debe ajustarse.
“Este año vamos a ver una tensión entre la idea de ‘ahora quiero vivir y disfrutar’ que surgió después de la pandemia y la toma de conciencia de la situación económica. Con la inflación hay incentivo a la compra, pero los pesos queman siempre y cuando los tengas. Los consumos de bienestar van a estar desafiados. Se viene un año de enojo y decepción”, comentó el experto en consumo Guillermo Oliveto, de la consultora W, a LA NACION.
Los números dicen todo. Según Oliveto, en los últimos cinco años, la venta de inmuebles cayó de cerca de 64.000 a 30.000, pese a la depresión en los precios. La venta de autos 0km, de 900.000 a 407.000 por año. Y la cantidad de turistas que viajaron al exterior descendió de 3,7 millones a 2,1 millones, un 43,2% menos.
En gastos de menor valor se expresan cifras disímiles, entre 2019 y 2022. Cayó la compra de ropa (-23%), de hoteles y restaurantes (-14%) y de carne vacuna (-7%). Se mantuvo sin cambios el consumo masivo y crecieron las compras en farmacias (5%), electrodomésticos (10%) e insumos para la construcción (26%).
Así, Oliveto anticipa un año para la clase media aún peor que el anterior, en el que ya habían comenzado a utilizar estrategias para no abandonar sus consumos, porque caen en categoría o en calidad. “El 2023 es de downgrading”, describe el experto. Los momentos de mayor impacto son los de subas abruptas, como al cumplir 12 meses de alquiler, o gastos importantes e inesperados, como pinchar una goma del auto.
“El indicador por excelencia es la distribución del ingreso. Cuando se compara la participación de los deciles medios (del 5 al 8) sobre el total de los ingresos del tercer trimestre de 2022 (último dato disponible) contra dos años atrás se ve que la participación cayó 0,2 puntos porcentuales, que van a los deciles más bajos. Ese movimiento en la distribución es una caída relativa en los ingresos de la clase media en comparación a la clase baja”, explicó Lucio Garay Méndez, economista de Eco Go.
Además de una confirmación a través de cifras que encienden luces amarillas, hay una percepción cada vez mayor de una caída en la pirámide social. Casi el 70% de los encuestados por la Escuela IDAES de la Universidad de San Martín expresaron en agosto del año pasado que creían que bajarían de clase social en los próximos meses. El 83% dijo, además, haber tenido que ajustar gastos por la inflación. Son cifras de 2022, pero son repetidas en cada relevamiento que se realiza desde hace un tiempo.
Por su parte, la consultora Focus Market concluyó que una familia tipo de cuatro integrantes requiere $320.683 en marzo para mantener los mismos servicios que compraba en septiembre del año pasado. Significa un aumento de 79,2% en su canasta, en solo un semestre.
Cuando se suma la canasta de alimentos, que son unos $82.300, arroja que un grupo familiar de clase media requiere por lo menos $402.983 este mes para sostener su costo y nivel de vida. Representa 5,8 salarios mínimos vitales y móviles, expresó Damián Di Pace, titular de la firma.
“Se ve una tendencia negativa. El PBI per cápita está cayendo, lo que significa que la economía está peor. Algunos sectores de la clase media lograron que sus ingresos acompañen la inflación, pero una buena parte, los autónomos e independientes, no”, dijo María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos.
El último cambio que suele hacer la clase media es el del tipo de educación. También la salud y la conectividad. La Asociación de Colegios Privados de la provincia de Buenos Aires advirtió esta semana que se está evidenciando una caída en la cantidad de alumnos en las escuelas que reúne. Particularmente, afecta al nivel inicial, que incluye a los jardines de infantes y maternales, en los que registraron caídas de entre 10% y 15% en las matriculaciones entre los primeros meses de 2022 y los mismos de 2023. Los niveles primarios y secundarios no tuvieron bajas, pero tampoco nuevas incorporaciones. Una posibilidad es que los ingresantes se hayan volcado al sector público, aventuran en el sector.
Fuentes del sector de la medicina privada aportan un dato a LA NACION que va en el mismo sentido. Aunque hicieron hincapié en que no se trata de un fenómeno generalizado o masivo, admiten que es “inédito”, por lo menos en las últimas décadas: registran un déficit entre ingresos y egresos en las prepagas. Es decir, hay clientes que están dejando sus planes de “toda la vida”, tras haber intentado distintas opciones, como bajar la categoría de prestación o cambiar a una empresa más barata. “Deciden pasarse a las que tienen por empresa o convenio, o directamente a la salud pública”, indicaron.
En 2022, además, cayeron las líneas de crédito. El total de préstamos al sector privado en pesos aumentó 66,9% anual, valores que se encuentran por debajo de la inflación anual (94,8%), cerrando un diciembre, el último trimestre, semestre y año con caídas en términos reales, según datos de First Capital Group.
Los préstamos personales crecieron 57,4% en términos nominales y el uso de tarjetas de crédito, 70,2%, ambos muy por debajo del aumento de precios del año. Además, entre 2018 y 2022, los bancos dieron de baja 3,7 millones de plásticos, particularmente a clientes de ingresos medios y bajos, según Atayc, la cámara que agrupa al sector.
El consumo en general y el de bienes típicos de la clase media en particular también se encuentran en caída. Un nuevo indicador de la Cámara de Comercio y Servicios reveló que, durante la presidencia del Frente de Todos, el consumo no creció más allá del nivel que dejó Mauricio Macri en 2019 y se deprimió respecto de 2018. En cuanto a los distintos sectores, durante esta gestión, se observaron importantes caídas del consumo en Indumentaria y calzado, y Recreación y cultura, entre enero de 2020 y el mismo mes de este año. Las bajas fueron de 19,7% y 16%, respectivamente.
Un punto interesante es que, en cambio, creció el consumo en Vivienda, alquileres y servicios públicos (13,4%), lo que significa que representan un gasto mayor en el bolsillo de los hogares. Transporte y vehículos trepó 5,4% y el resto de los consumos cayeron 0,3% en este período.
Los economistas apuntan a una morosidad en los impuestos y otros gastos creciente. El Colegio Único de Corredores Inmobiliarios (Cuciba) informó a LA NACION que, si bien no se perciben porcentajes de falta de pago superiores a un dígito en lo que respecta a alquileres -se ubica cerca de 7%-, sí se detectaron subas mayores en demoras en el cumplimiento del pago de las expensas. Ya alcanzan el 14% (en los inmuebles que administran las inmobiliarias) y, en algunos departamentos, los valores alcanzan al 50% del alquiler. Además, casi uno de cada tres inquilinos se retrasa en el pago de estas obligaciones, especificaron.
“La brutal caída de la oferta de inmuebles para alquilar y el imparable incremento de los valores, que son las principales consecuencias de la actual Ley de Alquileres, han dificultado enormemente a miles de familias de clase media al memento de conseguir un techo que se adapte a sus necesidades y que puedan pagar”, cerró Marta Liotto, su titular.
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