El Papa alerta de que Tierra Santa "se está despoblando de cristianos" y pide un "alto el fuego"
El Papa ha alertado de una "situación fea" en Tierra Santa porque "se está despoblando de cristianos" por la guerra que hace estragos "de manera atroz", al tiempo que ha reclamado un "alto el fuego" en la Franja de Gaza.
"Pienso en una situación fea, que esa tierra se esté despoblando de cristianos....", ha explicado Francisco en su audiencia a los participantes de la 97ª Asamblea Plenaria de la Reunión de Obras de Ayuda a la Iglesia en Oriente (R.O.A.C.O) que ha concluido este jueves 27 de junio.
El Pontífice ha instado a las Iglesias Orientales, que ha calificado como "Iglesias de mártires", a animar a los cristianos, allí y en todo Oriente Próximo, a ser más fuertes que la tentación de abandonar sus tierras devastadas por el conflicto.
"¡Cuánto dolor causa la guerra, aún más estridente y absurda en los lugares donde se promulgó el Evangelio de la paz!", ha lamentado el Papa. Así, ha aprovechado su alocución pública para reclamar nuevamente la paz en la región. "¡Deténganse! Deténganse, porque la violencia nunca traerá la paz --ha instado a quienes desempeñan funciones de responsabilidad política en los conflictos--. Es urgente un alto el fuego, encontrarnos y dialogar para permitir la convivencia entre pueblos diferentes, único camino posible para un futuro estable", ha asegurado sobre la situación en la Franja de Gaza.
Además, se ha mostrado preocupado por el riesgo de que el conflicto se extienda a otras zonas de la región y ha asegurado que la guerra es una "aventura sin sentido e inconclusa" en la que "nadie será vencedor". "Todos serán perdedores, porque la guerra, desde el principio, ya es una derrota", ha asegurado.
Así, ha instado a escuchar a la sociedad civil que "está cansada de retóricas belicosas, de estribillos estériles que siempre echan la culpa a los demás, dividiendo el mundo en buenos y malos, de líderes que se esfuerzan por sentarse a una mesa para encontrar mediaciones y favorecer soluciones".
Finalmente, ha denunciado que las Iglesias orientales viven "aplastadas por una pesada cruz", pues están "heridas y sangrando por los conflictos y la violencia que sufren".