El joven acusado de homicidio en las protestas raciales de Kenosha pone su destino en manos de un jurado blanco
El destino de Kyle Rittenhouse, el joven de 18 años que mató a dos personas en agosto del año pasado cuando era menor de edad en los disturbios que derivaron de una protesta contra el racismo en Kenosha, está ya en manos del jurado popular, mayoritariamente blanco, de un tribunal Wisconsin, después de los alegatos finales de este pasado lunes.
Rittenhouse ha sido calificado por parte del fiscal, Thomas Binger, como una suerte de "héroe en un western", o un "aspirante a soldado". El acusado fue "la única amenaza esa noche" en la que dos personas murieron y otra resultó herida por los disparos que realizó con un rifle de asalto semiautomático AR-15, con el que reconoció, se veía "genial".
Los fiscales han rechazado las alegaciones que un plañidero Rittenhouse realizó entre sollozos hace unos días ante el tribunal, asegurando que actuó para protegerse. "Cuando el acusado provoca este incidente, pierde el derecho a la legítima defensa. No se puede reclamar la legítima defensa contra un peligro que él mismo ha creado", ha defendido Binger.
El jurado que deberá decidir si Rittenhouse es culpable de los diferentes cargos de homicidio en las muertes de Anthony Huber, de 26 años; y de Joseph Rosenbaum, de 36; así como del intento de asesinato del único superviviente, Gaige Grosskreutz; está formado por siete mujeres y cinco hombres, todos ellos, salvo uno, blancos.
Los doce miembros del jurado han sido elegidos este martes al azar de entre 18 personas, de los cuales seis han salido de la 'mano inocente' del acusado. El juicio, que ha durado dos semanas, ha vuelto a poner en el centro del debate público de Estados Unidos la cuestión racial y el fácil acceso a armas de fuego.
De hecho, horas antes de los alegatos finales, el juez Bruce Schroeder desestimó un cargo por posesión ilegal de armas de fuego por parte de un menor, que le podría haber supuesto hasta nueve meses de prisión a Rittenhouse, alegando errores de forma en la legislación.
Por su parte, el abogado de la defensa, Mark Richards, ha centrado su estrategia en pintar un paisaje de caos y destrucción, con "coches ardiendo", aquella noche de agosto en la que su cliente Rittenhouse disparó a las víctimas porque suponían una "amenaza" a su integridad, llegando incluso a calificar de "arma mortal" el monopatín con el Huber intentó desarmarle.
"Me alegro de que le disparara porque si Joseph Rosenbaum hubiera tenido esa pistola no dudo ni por un minuto de que la hubiera usado contra otra persona", ha aventurado el abogado de Rittenhouse, a quien ha calificado como víctimas de una "persecución política".
"Esto es un caso político. La oficina del fiscal de distrito (...) necesita un responsable. Necesita señalar a alguien y decir, 'lo hicimos, esta es la persona que trajo el terror a Kenosha', pero Kyle Rittenhouse no es ese individuo. Los alborotadores, los manifestantes que se convirtieron en alborotadores. Ellos son", ha argumentado.
En la noche del 25 de agosto de 2020, Rittenhouse viajó desde Antioch, en el estado de Illinois, hasta Kenosha, en Wisconsin, para, aseguró, proteger la propiedad privada de los disturbios y saqueos en los que derivó la protesta por la muerte a tiros de Jacob Blake, un hombre negro, a manos de un policía.
Rittenhouse está acusado de cinco delitos, entre ellos dos de homicidio en primer grado, uno de intento de asesinato, más otros dos contra la seguridad pública. En caso de ser hallado culpable de alguno de los cargos más graves, podría enfrentarse a una sentencia de cadena perpetua.
Mientras el jurado delibera, el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, ya solicitó el despliegue en Kenosha de unos 500 efectivos de la Guardia Nacional para dar apoyo a los cuerpos locales de policía en previsión de posibles protestas por el veredicto.
Los disturbios de aquellos días se produjeron por la muerte de Blake, de 29 años, un ciudadano afroamericano que, frente a sus hijos, fue tiroteado por la espalda por la Policía, que había respondido a una llamada de violencia doméstica. El suceso provocó una nueva ola de manifestaciones en todo el país, en un momento en el que las protestas por el asesinato de George Floyd aún no habían remitido.