El grupo EI, bajo presión para recuperar relevancia tras el ataque de Hamás
El grupo Estado Islámico (EI) consideraba al movimiento islamista palestino Hamás como "apóstata". Pero su ataque contra Israel fuerza a la organización yihadista a recuperar su legitimidad en la guerra contra el Estado hebreo y sus aliados.
El ataque del 7 de octubre, el más sangriento en la historia de Israel con 1.140 muertos y 250 rehenes, situó a Hamás en la cima de prioridades de las cancillerías de todo el mundo y relegaron al EI a un segundo plano pese a la intensa actividad de sus filiales.
"Esto pone una presión considerable sobre el EI para seguir siendo relevante", estima Hans-Jakob Schindler, director de la oenegé Counter-Extremism Project (CEP).
"Sin la guerra en Gaza, el EI coparía los grandes titulares", explica a la AFP. Pero "si nadie habla de ti, no existes".
Contrariamente a Al Qaida, que celebró de inmediato el ataque de Hamás, el EI se tomó un tiempo para calibrar cuidadosamente sus declaraciones.
Vincularse de forma unívoca a las acciones de Hamás estaba descartado: el EI, sunita y salafista, se opone a Hamás, aliado de Irán, potencia chiita por excelencia.
Y más cuando el combate de este movimiento se centra en el pueblo palestino, mientras que el grupo yihadista quiere establecer un califato para conquistar el mundo.
"En Oriente Medio, el enemigo de mi enemigo no es forzosamente mi amigo", dice Laurence Bindner, cofundadora de JOS Project, una plataforma de análisis de la propaganda extremista en línea.
Prueba de ello es el doble atentado reivindicado por el grupo yihadista a principios de enero en Kerman, en Irán, donde murieron 89 personas.
Aunque Teherán también aspira a destruir Israel, el EI, más que elegir entre sus enemigos, "adopta otra vía al posicionarse simultáneamente en varios frentes: uno contra los judíos y los apoyos de Israel, otro contra Irán y sus aliados", explica la experta.
- Aprovechar la guerra en Gaza -
A finales de octubre, el grupo publicó en su órgano de comunicación oficial Al Naba un texto titulado "Formas prácticas de respaldar a los musulmanes en Palestina" en el que instaba a sus simpatizantes a atacar Israel, a sus aliados occidentales y a judíos en el mundo entero.
"Israel no es solo un Estado, sino un proyecto judío global y es en esta batalla que los simpatizantes del EI quieren implicarse", asegura Bindner.
"Esto justifica atacar a Israel, a los judíos y a todos aquellos que respaldan el proyecto, incluidos los Estados árabes que normalizan relaciones con Israel", agrega.
En respuesta al ataque del 7 de octubre, Israel lanzó una enorme operación militar sobre Gaza que ha dejado casi 23.500 muertos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Sanidad de Hamás.
El EI puede sacar rédito de esta guerra, estima por su parte Lucas Webber, cofundador de la web especializada Militant Wire. "Es una apertura para una mayor relevancia y éxito", asegura.
Su hostilidad hacia Hamás "no significa que los yihadistas renuncien a aprovecharse de los combates para sus propios objetivos: instar a sus simpatizantes a golpear Occidente, incitar a los indecisos a actuar y radicalizar un potencial creciente de individuos enfadados".
- Competencia -
Para defender la posición de líder mundial del yihadismo que reivindica, el EI necesita visibilidad. En las últimas semanas se han registrado en Europa varios ataques o planes de atentado, de magnitud limitada.
En noviembre, un argelino presuntamente vinculado al EI fue detenido en Italia. El mes siguiente, un profesor de árabe e imam de una mezquita en Madrid fue arrestado sospechoso de reclutar jóvenes para el grupo. Y un franco-iraní que juró fidelidad al grupo mató en París a un joven turista germano-filipino e hirió a otras dos personas.
"Una operación en Europa sería necesaria" para el EI, advierte Hans-Jakob Schindler. El grupo "desplegó redes desde hace tiempo. Ahora necesita hacer algo para volverse a situar en el centro de la agenda".
"Los líderes del EI consideran que la prioridad en este momento es establecer y expandir su influencia, en Oriente Medio o en África Central", explica a la AFP Eva Koulouriotis, experta independiente de la región.
"La competencia consiste en quién puede conquistar mayor popularidad en el seno de las sociedades islámicas y, en consecuencia, captar más miembros", apunta.
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