El gobierno laborista británico trata de frenar las primeras críticas con un mensaje esperanzador
El gobierno laborista británico, en el poder desde principios de julio y ya criticado por su gestión, lanzó este lunes mensajes esperanzadores en la segunda jornada de su congreso en Liverpool, con la promesa estelar de "reconstruir" el país.
La ministra de Finanzas, Rachel Reeves, prometió en su discurso en la ciudad del norte de Inglaterra una mejora de la economía del Reino Unido tras 14 años de gobiernos conservadores.
Reeves anunció así una "década de renovación nacional", aunque aparejada a "decisiones difíciles", reiterando la necesidad de una "disciplina férrea" en la economía en medio de una creciente deuda estatal.
Según la ministra, su primer presupuesto, a finales de octubre, abrirá el camino para inversiones empresariales que brindarían al país un "crecimiento sostenible" y "ayudará a reconstruir el Reino Unido, para lograr el cambio prometido por los laboristas".
El gobierno laborista intenta lanzar un mensaje más optimista sobre el futuro del país, tras una furiosa reacción de los sindicatos ante los recortes propuestos en asistencia social y las informaciones de los regalos recibidos procedentes de donantes del partido al primer ministro, Keir Starmer, y otros miembros del ejecutivo.
- Regalos a ministros -
Todos los obsequios fueron declarados y ninguno infringe las normas parlamentarias, pero trascendieron después de que el gobierno advirtiera a la población que se prepare para hacer esfuerzos debido a futuras restricciones presupuestarias, incluyendo la supresión de un subsidio de 300 libras (400 dólares) para ayudar en los gastos de combustible energético de invierno para 10 millones de pensionistas.
Sharon Graham, secretaria general del sindicato Unite, calificó el domingo de "cruel" este recorte a los jubilados.
Junto a esta medida impopular, salió a la luz pública que el primer ministro Starmer recibió desde 2019 una serie de regalos, como ropa para su mujer y él mismo y entradas para partidos de fútbol y conciertos de música por unos 141.000 dólares.
También se supo que Reeves, la titular de Finanzas, recibió ropa como regalo por un valor de unas 7.500 libras (unos 10.000 dólares), y que la viceprimera ministra, Angela Rayner, aceptó el préstamo de un apartamento en Nueva York para pasar unas vacaciones.
La ministra de Educación, Bridget Phillipson, también admitió haber recibido una donación de 14.000 libras (unos 18.600 dólares) para financiar un evento de un cumpleaños y otra recepción.
La ministra se defendió afirmando que fueron recibidos "en un contexto laboral".
El ministro de Comercio, Douglas Alexander, admitió que estas informaciones sobre regalos a miembros del gobierno "no son los titulares que hubiéramos elegido" para el primer congreso del partido desde que llegó al poder.
Menos de tres meses después de las elecciones, un sondeo publicado este lunes por YouGov señala que uno de cada tres británicos (34%) dice tener una opinión positiva del Partido Laborista, mientras que es negativa para un 57%.
- Agujero en las finanzas públicas -
El ejecutivo laborista culpa de los problemas económicos a los 14 años de gobiernos conservadores, a los que achaca un "agujero" que cifra en 22.000 millones de libras (29.300 millones de dólares) en las finanzas públicas.
La Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) informó esta semana que la deuda pública británica llegó en agosto al 100% del producto interior bruto, elevando la presión sobre el gobierno a pocas semanas de lanzar su primer presupuesto, que Starmer previno que será "doloroso".
La ministra de Finanzas habló de la necesidad de tomar "decisiones difíciles", pero descartó medidas de austeridad o aumentos de impuestos para los trabajadores, en sintonía con las declaraciones hechas por su líder a medios británicos el domingo.
Reeves, que no se refirió en su discurso a los regalos recibidos, confirmó una ampliación del impuesto sobre los beneficios de las empresas energéticas y la introducción del IVA en las tasas de matrícula de las escuelas privadas.
También prometió intensificar la lucha contra la evasión fiscal y atacar a las empresas que se hayan beneficiado indebidamente de las ayudas relacionadas con el covid.
El discurso de la ministra fue interrumpido por un activista medioambiental opuesto a la venta de armas británicas a Israel, que fue rápidamente reducido y sacado de la sala.
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